Cornudos no consentidos - II (BEHR)
—y con los prejuicios hay que negociar siempre porque en principio les pertenecemos—,Jorge Bustos.
Al igual que “Cornudos no consentidos – I”, está basado en hechos reales.
Hace tiempo que notaba el acercamiento de mí amiga, hasta que llegó el día que me dijo que yo le gustaba, y que le gustaría que la llevara a un club liberal - si hay alguno -, y si no, a tomar una copa, y etcétera.
El problema estaba en el etcétera, y en su marido, ya que yo soy amigo de ella, y por añadidura de él.
Como no tenía claro que decisión tomar, y era la primera vez que me lo planteaban, decidí esperar a Alan, que va a venir la próxima semana, y seguro que él tiene mucha experiencia en todos estos temas.
Le conté a Alan la duda que tenía, y me habló largo y tendido sobre el tema, sus experiencias, y lo que él había deducido de lo vivido y estudiado sobre esto.
• Verás Juan, yo he vivido algunos casos en concreto, y en una época un poco distinta a ésta. Y digo un poco, porque sigo viendo estos casos, en menor cantidad, porque la mentalidad está cambiando, pero continúo viéndolos, porque la base sigue siendo la misma, el matrimonio, pareja, compañero o como quieras llamarlo, a fin de cuentas, son dos que se juntan bajo unas reglas “impuestas en sus mentes”, por unas leyes y normas sociales, políticas y religiosas; que les influencian en su forma de pensar, y en sus actos.
• Bueno…el rollo filosófico te lo suelto al final, después de contarte los casos que me he encontrado y vivido.
• He conocido el caso: “Marido machista”.
• También he conocido el caso: “Marido pasivo o consiente, pero no con conocidos”.
• Este caso no lo he conocido: “Marido consiente, con conocidos; no he conocido ninguno en aquella época”.
• Y de éste he conocido varios casos: “Hacerlo por internet sin verse la cara, y cuando se la ven son amigos de las parejas. Y ya puestos…continúan y en real”.
• Y el caso de ser compañeros de trabajo, liarse a follar, y luego en las reuniones familiares que monta la empresa, se conocen las familias, se hacen amigos, se van juntos incluso de vacaciones, y la puesta de cuernos continúa, y se convierte en el caso primero.
• Hablando ahora del caso “marido pasivo o consiente, pero no con conocidos”, los que yo viví eran así más o menos:
“…
Es el machista, sólo que le importa un rábano lo que haga su mujer, mientras él no se entere. Es aquello de, “ojos que no ven, corazón que no siente”. Éste suele vivir bien, no tiene problemas económicos. Disfruta con sus “juguetes y las reuniones y comilonas con sus amigotes”. Si surge la ocasión también se va de putas o de lo que sea. Y luego en casa, ni folla ni atiende como debe a su mujer.
Y luego están los dos casos asociados, la mujer que sigue aguantando esto, y la que se divorcia.
La que sigue aguantando es como él, le da igual lo que él haga, y ella hace lo que quiere con sus amigas, y amigos.
…”
• Te cuento un ejemplo que me pasó.
Un matrimonio con un hijo recién nacido, y yo amigo de los dos, me invitaron a la fiesta de despedida de él, porque se iba de trabajo durante unos meses. En la cena estaba el padre de él, que se va a quedar a vivir con ellos para ayudarla a ella en las faenas de la casa, el hermano mayor de ella, y un montón de amigos de él, y de sus aficiones. Hubo dos grupos, ella con su suegro, su hermano y yo, y otro formado por su marido, y sus amigos, y los juguetes de todos ellos.
Pasados dos meses me invitan a cenar ella y su suegro, la cena trascurre fenomenal. Una vez terminada, nos sentamos en los sofás a tomar unas copas, mientras escuchamos música, y hablamos de la vida en general.
Llegado un punto de música para bailar “agarrados”, ella dice: “me apetece bailar, ¿te importa bailar conmigo Alan?”.
• ¡Será un placer Mónica!
Nos ponemos a bailar, y ella poco a poco, mientras me habla susurrando, se acerca hasta tener los cuerpos rozándonos.
Cuando empiezo a tenerla dura, y rozándola con su vientre, me para y dice: “ahora le toca a Manolo”, yo me siento, y su suegro ocupa mi lugar.
Los observo, y veo que ella hace la misma jugada que hizo conmigo, solo que esta vez, la consuma, literalmente “se pega” a su suegro, lo abraza por el cuello, junta su cara con la de él, y él con un buen bulto, se la pone en el bajo vientre a ella.
Los dos con los ojos cerrados, siguen el ritmo lento de la música, a ella le noto descaradamente como mueve las caderas y las nalgas al frotarse, contra el bulto de él.
Él ni se inmuta, más aún, la agarra firmemente de ambas nalgas. Me quedo sorprendido.
Al rato, ella se separa y dice: “Alan te toca otra vez”.
Ocupo el lugar del suegro, mirándola con un poco de sorpresa, ella responde con una mirada y sonrisa de pícara total.
Me abraza igual que al suegro, y yo directamente, le agarro las nalgas. Me responde con un beso en el cuello, y un apretón de todo su cuerpo. Le empujo con la polla dura, y ella me empuja también.
• Me gustaría que te quedaras toda la noche – me susurra al oído.
• ¿Y tú suegro?
• Mi suegro, es una maravilla follando, y hoy me apetecen dos hombres.
• ¿Follas con tú suegro?
• Desde el tercer día que se fue mi marido. Mi suegro tiene una polla muy grande, y sabe usarla de maravilla, su hijo no se parece en nada, ni en tamaño, ni en saber usarla. Y yo necesito follar, me lo pide el cuerpo, y si mi marido no me lo da, me lo tengo que buscar.
• ¿Te apuntas o tengo que violarte?
• Para que sea alguien desconocido, prefiero alguien allegado, y además sabes de sobra que me gustas mucho.
• Que remedio…me quedo, ja, ja
Hicimos un brindis por tal acontecimiento, y nos fuimos al dormitorio de ella.
Lina se fue hacia su suegro, se despojó del vestido, el sujetador y las bragas, y a él le rompió los botones de la camisa y se la quitó a tirones – él sonrió complacido, parecía una especie de costumbre.
Le agarró fuerte de los hombros, y le empujó hacia el suelo para que se tumbara boca arriba.
• ¡Hoy vas a recordar cómo se usa la lengua y los labios, y todo esa enorme y sabrosa boca que tienes! – le espetó ella.
Y sin más preámbulos se plantó a horcajadas, sobre la cara de él, y le plantó toda su esplendorosa vulva en la boca.
Al ver llegar a su cara esa carnosa vulva, con un pedazo de raja bien marcada y centrada, le revolvió el cuerpo, a Manolo.
Tenía enterrada su cara entre la vulva y los hermosos muslos de ella.
Ella estaba chorreando, y nada más rozarse con esa bocaza se derramó en su cara, él se bebía todo.
A ella le venían mareos y tubo que apoyarse con las manos en el borde de la cama.
Él le agarró los muslos, luego los glúteos, y deseaba darle la vuelta y comérselos.
Ella tiene unos pechos tan exuberantes como la vulva. Blancos preciosos, y unos pezones color de las rosas rojas, - ¡madre del amor hermoso, vaya coño y que tetas! – fue lo último que logré pensar mientras los veía sentado en un butacón.
Mientras ella apoyada con las manos en la cama, no paraba de restregar la vulva por su cara, él le magreaba las tetas, y le retorcía los pezones. Esas fuertes, y ásperas manos, la provocaban una nueva sensación de placer, a veces se retorcía un poco por el gusto mezclado con dolor.
Al pegarle un apretón simultáneo en las tetas, acompañado de un enorme bocado con lengua en el coño, le provocó el primer orgasmo. Clavó los dedos en la cama hasta crisparlos. Y volvió a chorrearle en la cara, él se volvía como loco, absorbiendo esos jugos.
Con la lengua empapada de saliva y de esos fluidos, le engrasó el culo, una y otra vez, hasta que pudo meterla un poco. A ella le encantó.
Sacó la lengua, y enseguida le metió el dedo por el culo. De placer, ella vio las estrellas. Ese enorme dedo parecía la polla de un hombre normal - ¡dios que gusto! – gritaba ella.
Y la lengua se la metió por la raja - ¡me voy a morir! – volvió a gritar ella.
• ¡Dios! ¡me voy! ¡me voy otra vez! – y se volvió a correr, empapando la cara de Manolo.
No paraba de cabalgar, y restregar su coño en la cara de él, estaba al límite.
Él tenía su boca llena con el coño de ella, y no tenía intención de soltarlo, devoró su clítoris, sus labios, sus jugos, todo lo que había en esa sabrosa vulva.
Ella apretaba los músculos de su trasero alrededor del dedo de él, y jadeaba sacudiendo su melena.
Le cogió la cabeza por detrás, y se la clavó todo lo que pudo entre sus muslos y su coño, sin dejar de restregarla con todas sus fuerzas.
El clítoris como una diminuta cereza, iba a eclosionar en la boca de él.
Y sus pechos y pezones iban a reventar entre esas fornidas manos, que no paraban de magrearlos y retorcerlos, más y más fuerte, y más y más rápido.
Gritó a todo pulmón, continuó gritando hasta estar inconsciente de su propio cuerpo, estaba teniendo una serie de orgasmos uno tras otro.
Ese continuo placer la fue llevando hasta el límite, derrumbándose encima de él en un loco orgasmo.
Ella cayó de espaldas sobre el pecho y vientre de él, quedándose la enorme polla entre su hombro izquierdo y su cara. La miró y dijo - ¡madre mía, que pedazo de tronco!, en la boca no me cabe, pero en el coño ¡sí! -. También notó en la espalda el abundante y espeso semen de él, que había caído en el vientre.
La cogió con la mano izquierda, y se puso a limpiarla, lamiéndola, chupándola y dándole de vez en cuando un mordisquito con fuerza. Cada vez que le daba el mordisco, ese tronco respingaba endureciéndose.
Él con sus manos le acariciaba los muslos, y toda la vulva. Se paraba en la entrada de la raja, y con los pulgares le masajeaba al mismo tiempo, ambos labios vaginales.
Luego los subía hasta llegar al clítoris, y se lo apretaba con los propios labios, dando arremolinadas fricciones con esos fuertes dedos. Ella se retorcía de gusto, intentaba cerrar las piernas para no correrse ya, pero él se las tenía bloqueadas con sus fuertes brazos.
Mientras él seguía con su especial baile de manos, ella con su derecha se sobaba los pechos.
Cuando llegó al glande, yo pensé – ¡vaya fruta tropical que se va a comer!, ¡es como la mitad de un buen aguacate! -.
Se lo metió en la boca y le entraba lo justo.
Sujetándolo con firmeza, lo chupó durante un rato moviendo la cabeza de un lado para otro.
Luego empezó a masturbarle despacio, subía y bajaba la mano, sin descanso. Y retorcía la lengua por todo el glande, se paraba especialmente detrás, donde el frenillo, cada vez que le daba lengüetazo, ese aparato se tensaba. Lo mismo cuando le lamía la punta con la punta de su lengua. Le pegaba unos chupones como si estuviera comiéndose el más grande y sabroso de los helados de cucurucho.
• ¡Mmmmmmm, mmmmmm! – no paraba ella de gemir y retorcerse.
Ya no aguantaba más, se enderezó poniendo sus rodillas en el suelo. Los pechos cayeron sobre la cara de él, se puso a chuparlos mientras le agarraba las nalgas con fuerza.
Ella cogió con una mano esa enorme y dura polla, y la guio lentamente a su coño. Sentía como esa enorme cabeza se habría espacio por los labios vaginales y empezaba a entrar en ella. Luego la soltó y dejo que se deslizara poco a poco hasta tener dentro lo que pudo.
Le besaba el cuello y la boca, sin dejar de subir y bajar el coño lentamente, haciéndose cada vez más espacio dentro de su vagina.
Lo tenía tan duro, gordo y grande, que podía sentir cada vena y la presión que le ejercía. Ya empezaba a notar la dura punta presionando el cuello uterino.
Despacio se dejó caer sobre él, y sintió como esa polla se deslizaba más profundamente, y la presión de antes se convirtió en un poco de dolor, y todavía quedaba polla por entrar.
Él no dejaba de gemir, ella aceleró un poco, no quería perderse ese increíble encuentro.
Apretó la boca y presionó fuerte, el dolor aumentó, pero lo notó tocar el fondo.
Lo hizo nuevamente, despacio, sin parar, hasta que el dolor se fue convirtiendo en placer.
Ya notaba como esa enorme polla formaba parte de su cuerpo, y estaba comenzando a desarrollarse en su interior, otro explosivo orgasmo.
Se dejó caer de golpe, y el glande entró llenando su útero, sintió que entraba en un estado de nirvana, - lo tengo todo dentro, dentro de mi vientre, ¡Dios que gusto! - gritó.
Aumentó el ritmo hacia arriba y hacia abajo, abrió más las piernas, y notaba en todo su esplendor como esa enorme cabeza entraba y salía de su útero.
• ¡Dios mío, Dios mío!
• ¡córrete dentro!, ¡córrete dentro por favor!
• ¡hay Dios que me voy, que me voy, ya, ya!
• ¡Ya, yaaa, yaaa!, ¡Diosssssssss!
La cabeza de esa polla se hundió en lo más profundo de ella, donde sólo llegaba esa polla, la de su suegro.
Ella abrió los ojos y miró a los de él, Manuel ya estaba mirándola. En un perfecto acto de complicidad, ambas miradas se dijeron: “Eres mi hombre…”, ”Eres mi hembra…”.
Sin dejar de jadear ella esbozó una sensual, y pícara sonrisa, y volvió a cerrar los ojos.
Él le agarró las caderas con fuerza, y la apretó contra él hasta unir las pelvis, y ella notar totalmente tiesa y dura esa verga dentro de su vientre, envolviendo con la boca del útero la punta de la polla.
Empezó a sentir los movimientos peristálticos de ese pollazo, y al momento notó la primera descarga de semen en su vientre.
Él estaba tensado como un arco cuando le vino otra descarga, esta fue más intensa que la anterior, notó más cantidad de caliente semen en su interior.
• ¡No pares, sigue, sigue cariño, sigue mi amorrrrrr!
Y entre convulsiones, Manolo derramó un rio de ardiente semen. Ella notaba como le inundaba todo el útero, y le venía por la vagina, empapando los labios y pelvis.
A ella le explotó el volcán que lleva dentro, se corrió estruendosamente.
• ¡Oh, Diosssss, Diosssssssssss, Dios mio que gustoooo, por favorrrr……!
Ella se abrazó a la cabeza de él, y él la abrazó con una mano en las nalgas de ella, y con la otra en la espalda.
Pasado un rato, ella se levantó y vino hacía mí, se sentó a horcajadas encima de mis piernas, me sonrió con lascivia, y me dijo: “a llegado tú turno corazón”.
Cuando terminamos, antes de despedirme me dijo con toda la frialdad y tranquilidad del mundo:
• Otro día haremos un trío, o mejor un cuarteto, con mi hermano.
• ¿Tú hermano? – le pregunté con los ojos de par en par.
• ¡Ja, ja, sí, mi hermano!
• Veras…mí hermano de joven ya le zumbaba a mí madre, la obligaba a ponerla de rodillas, y que se la mamara. Y cuando yo cumplí mayoría de edad, me hacia lo mismo, y luego me follaba. Y así llevamos desde siempre, es un secreto de familia, ja, jaaa.
• ¡Wow, vaya sorpresa después de tanto tiempo! ¿Por qué te casaste?
• Pues sinceramente, ya no lo sé. Vivimos en una sociedad, que parece que tienes que seguir los carriles marcados por no se sabe quién, y si no los sigues estás mal vista o … no se … La cuestión es que estoy donde estoy y con quien estoy, y ya veremos lo que hago más adelante.
• ¿Y el bebé de quién es?
• No lo sé, y me da igual, yo quería un bebé y ya lo tengo. Cuando tenga un tiempo, ya veremos a quien se parece, ja, jaaa.
• ¡Joder Mónica, vaya sorpresas que das!
• ¡Ja, jaa, y tú no querías follar conmigo, por él!, y ya ves como lo que más le importa son “sus juguetes y sus amigotes”.
• Y más pronto o más tarde, seguro que me divorcio, como casi todas las parejas, mira las estadísticas, hay más divorcios que matrimonios, y cada vez se divorcian más pronto.
• ¿Qué demuestra eso?, que somos polígamos, poliamorosos y poli lo que quieras, todo menos monógamos, monoamoros y mono lo que quieras – continuó diciendo.
• La madre Naturaleza no ha hecho durables las relaciones del hombre y la mujer. Y hoy engañadas y engañadoras mañana, siempre buscadas y eligiendo y casi siempre fracasadas en la elección de su amor – seguía diciendo.
• Y parece que en esta vida lo normal es someterse. La libertad por lo que se ve, anida en un puñado de insensatos en cada sociedad, y por eso los liberales auténticos casi nunca convencen a los demás, ni en sexo, ni en política, ni en religión, etcétera. Sólo convencen en la Ciencia, y porque ahí, hay que demostrar que tus teorías funcionan en el mundo real.
• Hay que leer, leer y leer, leer historia de dónde vienen las raíces de la amistad, de la pareja, del matrimonio, etcétera, si no sales de la TV, de los blogs y las redes, serás lo que te digan machaconamente los anuncios, los seriales… y además, la mayoría de los que opinan son unos incultos que no han leído ni diez libros en su vida, y acabas siendo como la masa, un seguidor de los manuales de instrucciones.
• Lo fácil es seguir las instrucciones de un manual, lo difícil escribirlo – apostilló.
Al cabo de unos meses, Mónica me llamó.
• ¡Hola Alan!, ¡Me he divorciado, vivo sola con mi bebé, y estoy como Dios!
• ¿Y él?
• ¡Ahí le he dejado, con “sus juguetes y sus amigotes”!
• ¿Y por qué te has divorciado ya?
• ¡Porque pertenecer a un hombre a quien no amo, sólo por la razón de que le amé alguna vez, me parece una forma absurda de perder mi vida, y hacérsela perder a él! Y alguno de los dos, tenía que tomar la decisión.
• Bueno, ya te lo explicaré todo cara a cara, ¿cuándo quieres venir a cenar?
• Y este es uno de los muchos casos parecidos que he conocido, así que, verás Juan…, después de años de tener experiencias sobre este tema, y haber leído mucho sobre el tema de la amistad, del matrimonio, pareja o como quieras llamarlo, desde la prehistoria hasta ahora, sus formas en las diversas culturas y razas, la influencia religiosa, política y económica en este tipo de institución social, etcétera, mi conclusión, es que a mí personalmente, no me vale para nada este invento de las sociedades modernas.
• Me explico por encima, porque esto es un tema tan largo como su propia fundación, y ni los estudiosos del tema lo tienen claro.
• Mi padre me aconsejaba: “Es premisa fundamental mantener siempre, un sano escepticismo”. Y tenía toda la razón. Tienes que analizar las costumbres y comportamientos heredados, no hay otra manera de ser libre mentalmente.
• Mira…pensamos que para comer todo el planeta se junta en familia, y para hacer caquitas, nos escondemos en el baño. Pues en un documental del National Geographic de cuando yo era un chaval, ví qué en un pueblo del Himalaya, se juntaban en corro para hacer las caquitas, charlaban, y se reían; y para comer se escondía cada uno por separado. En otro pueblo muy primitivo, es decir, muy antiguo sin contacto con nosotros, se ha descubierto que el sexo los tiene tan divididos, que hay un idioma para ellos, y otro para ellas. Esto me chocó muchísimo, y me advirtió de no creerme nada sin antes haber analizado y estudiado el tema, por lo menos lo suficiente, para no dejarme engañar.
• Tienes razón, a la mínima de cambio, entre las razas, las culturas, los sexos, las religiones, los políticos, los nacionalismos, los señores feudales de antes y de ahora, y otros a sus servicios, nos convencen de sus intereses, y nos los tragamos tranquilamente, como si fueran nuestros, salidos de nuestros pensamientos.
• La monogamia es muy escasa en la Naturaleza, eso sí, al igual que los humanes, luchan por la herencia, es decir, el territorio y los alimentos, y también se matan por las hembras, sobre todo si hay escasez, idéntico a como pasa en determinados poblados del planeta. Bueno, incluso en las sociedades modernas occidentales, los machotes se matan por las hembras, para hacer los famosos tríos.
• En las sociedades no cristianas, judías o musulmanas, el matrimonio no era la norma, el matrimonio era utilizado solo por los poderosos, por las clases altas, para transmitir su patrimonio a sus descendientes directos. Cuando se carecía de patrimonio o bienes el matrimonio era un trámite prescindible, y los esclavos directamente carecían del derecho de hacerlo.
• Nosotros somos la excepción: la familia mononuclear -la soledad de marido, mujer e hijos- es una reciente invención. Para eso hizo falta el advenimiento del socialismo-capitalismo y del trabajo asalariado, que ha destruido a la familia ampliada, que era también una entidad económica, y que ha creado a la pareja como la conocemos hoy.
• Sabemos que somos monógamos en el presente y polígamos en el tiempo (la altísima tasa de separaciones lo demuestra). ¿Por qué no aceptar que somos una sociedad de muchos amores pero que asegura y protege las herencias que éstos producen, hijos, parientes, compras, socios, bienes?
• Luego tenemos otro tema tabú, el incesto. Ni la teoría de los resultados desgraciados de la endogamia, ni la de la defensa de la solidaridad familiar, ni la de la repugnancia instintiva, ni la de la anestesia sexual, ni la de Freud han conseguido explicar esto, así que yo paso. Lo que sí se, es que tengo amigas, que en sus familias han follado hermanos, primas, tíos, y no ha pasado nada…y hay pueblos donde la iniciación al sexo en ellas, se lo hace el padre…y encima, desde pequeño he visto follar en los pajares de los campos que pasé mi infancia, a primos con primas, hermanos con hermanas, y al casarse algunas ya ir embarazada del primo o del hermano. Y no hablemos, de las endogamias de los reyes y la burguesía, no tienes más que verles las caras en los cuadros desde hace cientos de años.
• Así que dejarme de rollos, de razas, de sexo, éticos, morales, religiosos, políticos, sociales o de cualquier especie, la naturaleza animal es todavía un misterio, y que cada cual haga lo que quiera, mientras no se maten. Creo que hacemos del sexo un tabú como el Everest, mientras a nuestro alrededor, la Naturaleza no le da más importancia, que la necesaria, o sea, un montículo.
• Además, para mí, mi amigo casi siempre es ella, porque es a la primera que conozco, luego conozco a ellos por añadidura, así que tengo que cuidar por mi amistad, además se casan y divorcian con tanta facilidad que para que, vamos a dejar de follar…, luego tienen otro hombre u otra mujer, o ninguno, y así ad infinitum…
• Juan…ya tienes mi opinión … ¡folla!, “semen retectum venenum est” en cualquier circunstancia.
FIN