Contra las cuerdas

*******ikov Hombre
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Contra las cuerdas
Sentí como me mirabas y no pude evitar imaginarte acercándote a mi y susurrándome al oido... "Voy a ducharme" .
Generalmente no pasan esas cosas. Pero sigo notando tus ojos en mi mientras me seco con la toalla.
       No me mires así, con esa mirada escrupulosa. Entiende que generalmente no busco. Me encuentran. Pero tú no eres un generalmente. tu mirada cálida y pícara convierte los grises de tu piel en todos los colores. Diría que tus fotos huelen a limpio. Y cómo eres de todos los colores, es fácil jugar a encontrarte. la chica morena del escotazo que  me miraba a los ojos en el banco, eras tú. Y La mamá sexy de los taconazos que deja a los niños con prisas fingidas, también eras tú... Ahora sé que la chica del escote me miraba por descubrirme averiguando tus lunares en sus tetas, y la mamá, que me devolvía juguetona la sonrisa es, definitivamente, un generalmente. En cambio, la chica del gimnasio que sueño que me mira, se quita las vendas de las manos despacio, y se recrea ante el espejo coqueta mientras se toca el cuello dolorido. Si, debes ser tú. Y parece que necesita un masaje. Y como los sueños son una sorpresa, te levantas y acercas tu boca a mi oido. Y no me importa lo que vayas a decirme. Te tapo la boca con un dedo y soy yo quien habla.. - "no te duches, te quiero así. Sucia" y como no hay nadie en las duchas, no espero. Te sujeto levemente por la coleta y mirándote a los ojos deslizo mi mano por el sudor de tus pechos, tu vientre, tu pubis. Eso ya no es sudor, Bea. Y sin dejar de mirarte, uno de mis dedos entra fácilmente en ti. Sólo para que sepas... que acepto el reto. Entonces, Te beso.

 

              Si no fuese tan tímido hubiese besado tus nudillos enrrojecidos y castigados por el saco. Pero como lo soy y tu mano duda, la guio para que sienta lo que tu cuerpo sudoroso me provoca. Está fría y yo hirviendo. Aprietas. Noto en tus labios una sonrisa pequeñita, y tu mirada divertida, se escapa al rabillo del ojo. Aprobé. Con nota. Pero como el tiempo es también un sueño,  con un chasquido de tus pestañas estamos desnudos en una cama deshecha. Estás boca abajo. Si querías un masaje... ¿por qué te mueves así?. Mis manos se vuelven enormes en tu espalda. Miro hacia abajo, y sobre tu culo, ya soy un gigante. Supongo que te das la vuelta porque he tenido suficiente y, sin ningún motivo, te imaginas de nuevo en el gimnasio, sobre la lona del ring.. Tú sabrás porqué. Yo solo puedo prometerte que este beso será largo, mientras me aprieto entre tus piernas hasta hacernos un poco de daño. Soy un centauro y sobre mi cintura ya no soy yo. Te beso despacio y vuelvo a leer en tus labios una sonrisa pequeñita.. tienes un rio allí abajo. Y como el espacio también es un acertijo, mi cara está entre tus muslos. No sé cómo llegué hasta aquí. Supongo que no quise hacer un viaje por el mapa de tu cuerpo. Un viaje de cosquillas, nervios y piel de gallina que hoy no toca. Acerté. Uso mis labios al principio, para notar todo el calor y el aroma de tu coño rojo e hinchado. Casi palpitante. Me sorprende que mi lengua actúe antes de que se lo pida. Y recorre a lo largo, el paisaje que beso. Desde tu culo a tu pubis. Mi lengua y mis labios acuerdan convertirse en un motorcito a medida para ti. Succionan, pellizcan y lamen. Gimes.
  Créeme  que no exagero. Me gusta más que a ti. Por eso me froto contra la cama mientras entre tus piernas, fabrico a la maravillosa mujer fuente. Como si tu cuerpo no acabase en tu sexo, si no que fluyese a lo largo de la cama para apretarse caliente y leve contra el gigante que has fabricado allá abajo. De pronto, y como tu cuerpo es una sorpresa, arqueas la espalda y tiemblas. No voy a dejar que pase. Así que vuelvo a tu boca, sobrevolando los lunares de tus tetas en un instante, como un caza de combate. Ya habrá tiempo de eso. Ahora no toca. El rey del río desea a la reina del cuadrilátero.
El sexo es un acertijo. Tú sabes, que yo sé, que tu sabes, que te excita averiguar el sabor de tu coño en mi boca.  Por eso  este beso es distinto. Fanático. Unos instantes mas para ver como abres los ojos de par en par, para dejarme entrar de un empujón y llenarte. Sin remilgos. Hoy no tocan. Buscas torpemente con tus manos mi cuerpo. Cómo un púgil novato la primera vez que sube al ring. Va a pasar. Apuro el ritmo enterrándome en ti con fuerza, casi con violencia. De pronto un gemido ahogado, hermoso. Y te penetro muy despacio sujetándote las muñecas con firmeza. Quiero que sea largo. Te descompones. Ni rastro de barra de labios en tu boca y apenas un recuerdo de Rimmel  en la planta carnívora que son ya tus ojos, que van del qué quieres, al qué haces.. del qué haces, al quién soy..  sólo encontrarás  asombro en los míos, poorque voy a ceder el control. Me vacío sobre tus pechos. Normalmente te recreas en eso. Te gusta notar las gotas de semen caliente bombardeando tu cuerpo. Pero me miras a los ojos de forma meticulosa, casi científica. Ahora no mando. Me corro. Y no pierdes detalle de la belleza de este K.O. Como Alí viendo caer a Foreman. Eres una sorpresa, Bea. Cómo se puede tener la mente tan sucia...

Y la mirada tan limpia
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