Un encuentro
... Cierro los ojos mientras mis pulmones expulsan el humo del cigarrillo que acabo de apagar en el suelo, mientras trato de bajar el ritmo de mi pulso apurando los últimos minutos que me separan de ti...... Saco el teléfono del bolsillo para volver a leer tu mensaje, los nervios hacen que la vista se me nuble debiendo detener los pasos que me llevan hacia ti... Cierro los ojos, respiro lentamente, me calmo, los vuelvo a abrir y leo habitación 219 a las 10 y media.
El pasillo es estrecho y las luces iluminan poco más qué el número de las habitaciones. La larga alfombra ocultan mis temblorosos pasos. Unos pocos metros me separan de tu puerta, se me hacen eternos. Mi reloj marca la hora exacta cuando por fin estoy delante de tu habitación. Apoyo mi mano en la puerta, la has dejado empujada y no necesito llamar. Respiro pausadamente buscando calmar mis nervios y me decido a empujar la puerta con mi vista clavada en el suelo.
La cierro tras de mi sin levantar la mirada. No puedo hacerlo aún, mi sangre corre desbocada por mi cuerpo haciendo que mis piernas tiemblen. La habitación está a oscuras y el silencio permite escuchar el latido de mi corazón. Poco a poco mis ojos empiezan a buscarte en la oscuridad, unos pocos rayos de luz entran por la ventana iluminando levemente el suelo.
Abanzo despacio por la habitación guiando mis pasos hacia esa poca luz, cuando sin levantar aún la mirada veo como surgen del suelo unos pies desnudos, poco a poco alzó la vista y voy viendo cómo la escasa luz que rompe la oscuridad ilumina el costado de tu cuerpo, bibujando una figura esbelta que me da la espalda.
La puedo mirar por primera vez y aún es más maravillosa de lo que nunca pude imaginar... El corazón se dispara cuando mis pasos se dirigen a tu encuentro y los pulmones se llenan del aroma que desprendes. Si alargará el brazo podría llegar ya a tocarte, pero aún no quiero. Estoy cada vez más cerca y puedo apreciar como tu cuerpo desnudo solo está adornado con un culotte negro de encaje... Tu pelo cae por delante de tu cuerpo dejando la plenitud de tu espalda al descubierto. Estoy a un paso de poder golpear tu cuello con mi aliento.
Extiendo mi mano y es la yema de mi dedo la que roza levemente la piel de tu brazo, es mi aliento el que sientes acercándose, son mis ojos los que se cierran cuando mis labios tocan por primera vez tu cuello. Noto cómo tu cabeza se recuesta en mi hombro y mis besos subiendo desde tu hombro hacen que tu boca se abra levemente...