La tormenta
Aquella tarde tronaba una tormenta de verano en las cercanías del castillo. Lady Raquel se hallaban melancolica apoyada en uno de los ventanales del segundo piso mientras la lluvia repiqueteaba en los cristales. Al ser verano el tiempo era caluroso y húmedo y Lady Raquel llevaba puesto uno de sus vaporosos vestidos que dejaban adivinar al trasluz la lozanía de su joven anatomía. Mientras miraba por la ventana vio a Miguel el campesino que bajo la lluvia acarreaba una carretilla de heno para las caballerizas. Le saludo con la mano al campesino y este le devolvió el saludo mientras continuaba con su trabajo. Miguel era el nuevo inquilino del castillo, Lady Raquel haciendo gala de su benevolencia le dejaba vivir en el mismo a cambio de ciertos trabajos.
La tormenta no cesaba y delante del castillo se habían formado grandes charcos que imposibilitaban el trabajo. Lady Raquel bajo a las caballerizas para comunicar al campesino que se cogiese la tarde de descanso. Mientras bajaba por la escalinata observo por uno de los ventanucos que daban a la entrada del castillo que una figura misteriosa se acercaba al castillo. Envuelto en una capa la lluvia no dejaba ver de quien se trataba, Lady Raquel se asusto momentaneamnete y acelero el paso hasta las caballerizas. Alli se encontró a Miguel secándose tras haber trabajado bajo la lluvia.
Miguel- dijo Lady R- puedes coger la tarde libre, es imposible trabajar con este tiempo.
Le agradezco señora- contesto con una amplia sonrisa el campesino adoptado.
Otras cosa Miguel- añadió Lady R- Se acerca alguien al castillo, he sentido cierto miedo.
Miguel salio hacia la entrada para comprobar lo que acababa de decirle la señora.
Es una mujer! -exclamó Miguel mientras oteaba el panorama- y también le ha pillado la tormenta.
Lady R se acerco hasta el campesino y le pregunto: ¿Tendra buenas intenciones?
“Dudo que sean peores que la suyas milady” –contestó con una picara sonrisa el campesino a su señora.
Lady R pegó fuerte un manotazo en la nalga del campesino mientras sonreía. El manotazo le alteró al empapado trabajador.
“Y cámbiate que te pillas un catarro”- fue lo ultimo que dijo Lady R mientras se aceraba al extranjero.
“Buenas tardes caballero ¿qué es lo que le trae por aquí? – Pregunto Lady R al extraño mientras este se intentaba cobijar bajo la bóveda de la entrada.
“Buenas tardes milady, siento el atrevimiento” –contexto el intruso, para sorpresa de Lady R. No se trataba de un hombre sino de una mujer. Al quitarse la capa mojada mostro una melena rubia y un atlético cuerpo bajo un apretado vestido.ç
“Perdonad señora, no os reconocia por la lluvia, sois una mujer como yo”
La extraña sonrió maliciosamente mientras añadia: -Soy Madame de Leon, a vuestro servicio, os agraedezco la calida bienvenida, me he perdido mientras paseaba por estos lares.
-Yo Lady Raquel, encantada, os doy la bienvenida a mi castillo. -añadió Lady R mientras hacia una reverencia- Estais empapada por la lluvia, subid a mis aposentos y os dare ropa para cambiaros.
Asi las dos señoras subieron por la escalera y se reconfortaron de la tormenta mientras hablaban de cosas sin demasiado fundamento. Miguel mientras las observaba irse, tomo la decisión de subir tras ellas y exclamo:
-¿Puedo secarme yo también señora?
-No hace falta que preguntes bobo, sube - contesto Lady R mientras la respuesta provocaba la risita de su nueva acompañante.
Los tres se dirigieron hacia la alcoba de invitados en la que una gran cama presidia la estancia. Alli guardaba Lady R la ropa sobrante que había acumulado durante años.
-Esta es vuestra habitación Madame de Leon, aquí disponeis de vestidos, enaguas, calzado y todo lo que necesite. Tambien disponeis de una bañera de agua caliente por si el frio ha penetrado hasta dentro de vuestros huesos.
Miguel dejo escapar una carcajada, que hizo ruborizar a lady R.
-¿De que te ries tonto?-exclamo la señora.
-Supongo que será por lo de penetrar, eso nos hace gracia a los chicos- añadió Madame de Leon mientras se quitaba el vestido delante de sus anfitriones.
Lady Raquel y Miguel miraron anodadados la escena: una vez quitada la capa, Madame de Leon, quitose el vestido azul empapado que llevaba puesto y mostro a sus aturdidos espectadores un atlético y delgado cuerpo de hombre. El contraste era raro, medias blancas hasta el muslo, tacones y un minúsculo slip blanco que tapaba a duras penas lo que dentro se intentaba esconder, un bien formado pecho con pezones rectos, y unos musculados hombros y brazos que los dos anfitriones no dejaban de mirar.
-No se como explicarlo- añadió madame de Leon a sus dos nuevos amigos mientras se sentaba en la cama para quitarse los tacones y las medias. Lady Raquel y Miguel se miraron y con gran complicidad, se sentaron cada uno a cada lado de Madame de Leon sin decir nada.
–Oh ¿me quieren acompañar a desvestirme? Los dos asintieron con la cabeza mientras Miguel por un lado y Lady Raquel por otro comenzaban a extraer las medias blancas de las piernas del extraño visitante.
El deseo se podía entrever en las miradas de los tres aposentados sobre la cama. De repente y sin mediar palabra Madame de Leon puso una mano encima del muslo de Lady Raquel mientras metia el morro a Miguel, este le respondio de la misma manera y comenzaron a besarse apasionadamente mientras arrancaba la ropa a Miguel. Lady R miraba de reojo mientras acariciaba el cuerpo al extraño. Madame de Leon corto el beso inesperadamente con el campesino y lanzo su boca hacia la señora que estaba a su lado. por lo que ella contesto de la misma manera. Mientras el extraño besaba a la señora, Miguel el campesino besaba el cuello del visitante, se formo una apasionada figura mientras los tres amigos se comían las bocas y la tormenta no amainaba en el exterior.
Madame de Leon se irguió ante sus dos anfitriones y comenzó a contonearse ante sus atónitas miradas. Denajo su minúsculo slip blanco se podía vislumbrar un miembro erecto. Miguel el campesino lo siguió con la mirada, alucinaba con aquel joven de melena rubia y miembro erecto. Lady Raquel tan impulsiva como de constumbre empujo suavemente la cabeza del campesion ahcia el miembro del visitante.
- ¿La quieres comer? – pregunto el extraño.
- SI, ESTA DESEANDO- contesto la señora fruto de la excitación, y agarro del culo a Madame de Leon acercando asi su verga a la boca del campesino.
Este arranco el minúsculo trapo al visitante que dejo ver un erecto miembro brillante y deseoso. Acto seguido el campesino comenzó a lamer suavemente dicho pene, mientras los ojos de madame de león se ponían en blanco por el placer obtenido. Lady R observaba la escena con total placer y decidio ayudar a su trabajador con su trabajo. Mientras Miguel lamia la punta y el tronco, Lady R comenzó a pasar la lengua suavemente por los huevos de madame de Leon….
El visitante quito el vestido vaporoso a Lady R y asi el tríptico de amantes deseosos en aquella habitacion quedo desnudo bajo aquella noche de tormenta que no remitia. Fueron incontables los besos a tres bandas, lamidas, caricias, risas que prosiguieron. Madamed de Leon lamia con pasión el pene erecto de Miguel, en un momento este agarro al visitante tumbándolo sobre la cama con las piernas abiertas y introduciendo su miembro en su musculoso trasero, Lady R se coloco en ese instante detrás de su trabajador mientras le besaba la nuca y jugueteaba con sus dedos y el culete del mismo. Miguel follaba a Leon de menos a mas, mientras el activo agitaba el miembro del pasivo, lady R totalmente excitada deseaba estar en todos los sitios a la vez, besaba al pasivo tumbado, lamia sus pezones, su miembro, empujaba al activo, introducia dedos en sus posaderas, hasta que el campesino paro de bombear al visitante.
-Creo que no estamos prestando la atención suficiente a nuestra querida anfitriona- añadió mientras sacaba el pene del culo del visitante y estos dos se tumbaban en la cama dejando un hueco en la mitad a la tan deseosa señora Lady Raquel se coloco al instante entre los dos amantes y fue agasajada con besos por ambos lados. Cuello, tetas, caricias, incontables risas, grititos y gemidos y ojos en blanco, en un instante las dos manos de la señora agarraron ambos miembros de sus acompañantes, y comenzó a masturbarlos compulsivamente.
-Me gusta complacer a mis invitados- afirmo Lady R. En cuanto los chicos estuvieron suficientemente erectos Lady R. Exclamo: ¿Y ahora que hacemos?
Miguel se incorporo y puso a su señora de pie en la cama.
-¿ Me ayudais Leon? –pregunto el campesino
-Os ayudare si con eso hacemos disfrutar a Lady R. Contesto Leon mientras se colocaba delante del sexo de la anfitriona. Miguel hizo lo mismo. Los dos chicos se colocaron ambos a cada lado de su cuerpo. Miguel con la cara hacia el culo de su señora y Leon con la cara hacia su sexo. A la de tres comenzaron a lamer a la anfitriona que a duras penas aguantaba de pie. Los dos agarraban los sensuales muslos de la señora mientras realizaban su trabajo. Dos bocas trabajando sus partes bajas, mientras Lady R. con sus manos agarraba ambas cabezas para obligarles a seguir y de paso no perder el equilibro. Así fue el primer orgasmo de ella. Ellos sonrieron con sus bocas empapadas mientras ella fruto del cansancio se tiraba al centro de sus acompañantes.
La noche fue a mas, cambios de posturas, cambios de roles, orgasmos varios, juguetes de la señora….hasta que los tres se durmieron entrelazados bajo aquella tormenta que no cesaba.