El AVE
La mañana amaneció soleada y yo tomaba un AVE camino del sur. Me senté en mi lugar leyendo un insulso libro. En ese momento el tren arrancaba y se sentó junto a mi una hermosa mujer de cabellos dorados y ojos vivarachos. Llevaba un ceñido vestido insinuando unos generosos pechos marcando sus rosados pezones. A mis papilas olfativas llegaba un dulce olor húmedo que me ignotizaba. Se cruzó de piernas y pude divisar su apetitoso sexo. Me quedé ruborizado al comprobar el bulto de mis pantalones. Me levanté presuroso hacia el baño. Al cabo de unos segundos se oía un toc toc en la puerta.... ¿Sería ella?....Comence a acarciar mi pene esperando que apareciera...
La puerta se abre y una voz ronca dice "Su Billete por favor". Era el revisor..
Me morí de vergüenza y mi miebro se escondió.