Recuerdos en mi cama

• Doy vueltas por cama, me pasa siempre que él ya no está en ella, mi subconsciente le echa de menos, mis piernas le reclaman, no pueden entrelazarse con las suyas, intento por todos los medios coger una buena postura, una que consiga que no me levante aun, es pronto y fuera hace frío, no pienses, me digo, deja la mente en blanco y te volverás a dormir, no funciona y pienso, noto mis pechos más llenos y pesados, siento mis pezones duros, sensibles incluso al roce de las sabanas, la sangre caliente, mi sexo húmedo…


Recuerdo aquella vez, los labios de ella en los míos, las manos de él recorriendo mi piel, su boca… esa boca que tanto placer me da esta vez se lo está dando a ella, gime, se mueve a un compás que quiero seguir, guío su cuerpo hasta recostarla en la cama, me pongo a su lado, quedamos a merced de sus bocas, de sus lenguas…


• Me parece estar oyendo sus gemidos, sintiendo su aliento caliente en mi boca, y cada vez estoy más excitada, más húmeda, no puedo evitar meter mi mano entre mis bragas, cubro mi sexo con ella, ejerzo un poco de presión, oh si, si…


Nuestras piernas abiertas de par en par dejando libre el fruto prohibido, sus lenguas entre los pliegues, lamen sin cesar, mi cuerpo se curva, veo en ella ese gesto de placer que tanto me gusta, él, dibuja círculos en mi clítoris, ahora su lengua se mueve en zigzag, dios, me está volviendo loca y como si quisiera castigarle cojo su cabeza con mis manos, impidiendo que se mueva de ahí.


• Necesito más, dos de mis dedos se hacen camino en mi hendidura ¡joder! estoy empapada, me acaricio recorriendo cada recoveco de mi coño, primero solamente con la yema de mis dedos, después con su totalidad, un escalofrío va de mi sexo a mi nuca, paso mi lengua por mis labios.


Los dedos de mis pies, se encogen apoyados en el colchón de la cama, estoy cerca, aprovecha que mis manos le liberan para levantar la cabeza y mirarme a los ojos, sonríe de medio lado, sabe que me gusta, sabe que me tiene donde el quería, a mi lado, los cuerpos cambian de postura, ella se arrodilla, besa, lame, muerde mis pezones sin compasión

el que antes tenia entre sus piernas se arrodilla al otro lado de mi cara ofreciéndome su polla, puedo ver una gota salir de su glande, mi legua la recoge, me gusta su sabor y no puedo desperdiciarla, la cojo con una mano, aprieto solo un poco, lanza un suspiro al aire, mi lengua juega con ella, se recrea en sus venas cada vez más hinchadas.


• Abro el cajón de mi mesita de noche, es el ultimo de ellos, el lugar donde escondo mis juguetes de niña grande, de niña mala… lo primero que veo es un gel con sabor afrutado… pero no lo necesito, a su lado, uno de mis favoritos, un consolador, no es muy grande, pero llega justo donde tiene que llegar, al punto interno que incendia mis sentidos, lo cojo, y me dirijo a la entrada que tanto desea ser atravesada… pero antes aprieto uno de sus botones y empieza a vibrar, estoy muy caliente y sin más dilación lo introduzco en mi coño, si, joder siii, lo saco y meto varias veces seguidas, una detrás de otra, sin esperas, dentro, fuera… dentro, fuera…


Le acerco más a mi para poder meterla en mi boca, disfruto del camino, desde el principio hasta el final, noto como unos dedos entran en mí, rodean mis paredes internas, me torturan sin piedad, mientras, sus dientes muerden mi pezón ,y sus dedos aprisionan el otro como una pinza, tira de él, gimo con la polla en mi boca, me retuerzo de placer, con mi mano derecha busco su agujero, está tan mojado como el mío, masajeo el exterior, subo al clítoris y vuelvo a su entrada, está ansiosa, y ella misma se deja caer introduciéndose mis dedos hasta el fondo

chilla, cabalga sobre ellos, con mi palma abarco el botón de su deseo, se restriega en mí, apenas tengo que hacer nada, siento como unas manos me cogen del pelo, duele, pero es un dolor placentero, y gimo, gimo sin cesar mientras me folla la boca con ímpetu, voy a correrme, lo sé, mi cuerpo no aguanta más, siento ganas de orinar intento cerrar las piernas pero el me lo impide y… ohh siiii , me corrooo, me corro en su boca, en sus dedos, ella da manotazos en mis tetas las aprieta, el sigue metiendo su polla en mi boca una y otra vez, duro, como si no hubiera un mañana, mi espalda se curva, chillo, libera mi boca y grito de placer, simultáneamente noto un río sobre mi mano, ella también se ha corrido...


• Retuerzo los dedos de mis pies contra el colchón, solo con recordar esa escena podría llegar al clímax, pero quiero disfrutar lo máximo que mi cuerpo aguante, yo misma retuerzo uno de mis pezones, mientras que con la otra mano manejo el aparato a mi conveniencia, sigo haciendo memoria.


Puedo ver como mete sus dedos empapados de mi néctar en la insaciable boca de ella, los relame, se acerca a mi oído y pronuncia una palabra: delicioso... los chicos deciden que es hora de cambiar de postura, y nos lo hacen saber manejándonos como muñecas a su antojo, nos ponen a cuatro patas una al lado de la otra, aquel que ha dado quiere recibir y a la inversa, este ultimo ha estado a punto de correrse en mi boca, y de momento no desea hacerlo…

Se pone detrás de nosotras dejando sitio libre a su compañero de cama, que de muy buen agrado ocupa su lugar, oigo una palmada, y un sollozo a su vez, nuestras miradas se cruzan nos sonreímos, tenemos ante nosotras un mástil duro con el que jugar, y no vamos a perder la ocasión de hacerlo.

• Decido que es hora de sacar otro juguetito del cajón, pero esta vez si me sirvo un poco de ese gel de frambuesas, mi sexo reconoce su frescor en su delicada y caliente piel, lo agradece y disfruta de sus contrariados sentidos… dejo caer el bote en mi cama y acerco a mi ya sensible botón el succionador, uno de los juguetes mas placenteros que he probado… oh dios mío siii siento su fuerza, como atrapa mi clítoris y eleva mi placer al cuadrado.


Nuestras lenguas juegan con la punta de su verga, incluso nos atrevemos a acariciarla con los dientes, el suspira, saca el aire de sus pulmones y vuelve a cogerlo con fuerza, la cojo y se la ofrezco como tributo, ella no tarda en coger el regalo y meterlo en su boca, lo veo desaparecer en ella, y volver a aparecer

ahora la meto en la mía, la rodeo con mis labios a la vez que mi lengua se mueve traviesa, llega hasta el fondo de mi garganta, la relajo aunque noto caer una lágrima por mi mejilla, es su turno, la mete y la saca con rapidez, una, dos, tres veces… la tenemos en medio de nuestras bocas como si fuera un helado al que chupar, y la succionamos cada una por un lado desde la base a la punta y al revés, siento mis nalgas calientes, un azote, una caricia, un azote, una caricia, joder me estoy volviendo loca de lujuria


• Quien hubiera imaginado que esa pareja a la que un día conocimos por internet pudiera compaginar tan bien con nosotros… me centro en escuchar sus gemidos como si estuvieran aquí, en el calor que siento en mi trasero, en el olor a sexo, en sus caras de gozo, sigo metiendo y sacando de mi cueva el vibrador, noto lo hinchado que está mi clítoris rindiéndose al placer


Necesitamos sentir sus pollas dentro de nosotras, y si lo queremos vamos a por ello, nos incorporamos, cada una baja por un lado de la cama, ellos nos miran expectantes, ponemos nuestras manos en sus pechos y los empujamos, ellos caen sobre la cama, con sus pies tocan el suelo, los enfundamos mientras los miramos a los ojos, los suyos desprenden deseo, impaciencia, me monto encima de el y veo que ella hace lo mismo, la tengo frente a mi y puedo observarla en todo su esplendor

mi cuerpo se retuerce de placer al sentir como su polla me llena por completo, me muevo despacio, hago círculos imaginarios como un compás con mi cuerpo, mis manos se apoyan en su pecho, las suyas sujetan con firmeza mis caderas, veo como su cuello se curva hacia atrás como sus pechos rebotan ante mis ojos, acelero el ritmo

esta vez arriba y abajo, mi cuerpo se hace al suyo y a la inversa, jadeo, ahora es mi cabeza la que se inclina hacia atrás dejando una cortina de pelo negro caer sobre sus piernas su polla cada vez mas dura, mi coño cada vez mas cerrado, contraigo las paredes vaginales, gozo cada centímetro de su miembro, siento sus gemidos, sus jadeos, el sonido de unos cuerpos chocar contra otros al unísono, mis manos están ahora en sus piernas mi cuerpo hacia atrás intenta contener cada resquicio de placer.


• No aguantaré mucho más tiempo, tengo los sentidos a flor de piel, noto su vibrar en el punto exacto de mi deseo, en ese que te lleva a la cima sin vuelta atrás, subo la potencia que tortura sin compasión el sitio mas sensible de mi coño, y succiona, ¡joder si succiona! El tiempo pasa cada vez más rápido al paso con los latidos de mi corazón, con los latidos de mi sexo, que palpita y palpita sin parar…


¡Sigue! No pares, sigue cabalgando, así... sí, ¡así!, Unas gotas de sudor resbalan por mi espalda, sus gritos se mezclan con los míos, ya no puedo reconocer que jadeo es de quien, ella, está echada sobre él, que la rodea con sus brazos con fuerza dándole el impulso que necesita, su pelo corto y rubio descansa sobre su hombro, húmedo por los esfuerzos del placer, mi cuerpo se mueve sin tregua de delante a atrás de arriba abajo, cada vez más fuerte, cada vez más rápido

noto la garganta seca, y el sexo mojado, la presión de sus dedos en mis nalgas me dice que está a punto de llegar al orgasmo, mis tetas se mueven sin descanso, tengo los pezones doloridos, ese dolor electrizante recorre mi cuerpo, ella grita, grita mas alto que nunca, el la aprisiona hacia abajo contra su cuerpo que hace lo contrario para unirse en mitad de camino de un golpe certero que le hace explotar


• Mi cabeza aplasta la almohada la planta de mis pies pisan con fuerza el colchón, mis caderas se levantan…


Sus respiraciones intentan compensarse, aún abrazados, mientras tanto, hago un último esfuerzo con su ayuda, mi cuerpo parece estar montando a un toro mecánico de las ferias, pero en esta ocasión espero que ganemos los dos la partida, me inclino hacia delante, nuestras miradas se funden en una, me besa con pasión desmedida, no aguanto más, voy a llegar a la cumbre en brazos de este hombre, y callo mi grito mordiendo su hombro, me estremezco de una forma violenta, y mis piernas hacen prisionero a su cuerpo, su boca emite un sonido que no puedo descifrar, me agarra tan fuerte que duele… y puedo sentir como su polla expulsa su leche quedando atrapada en el condón


• Una corriente eléctrica va de mi sexo a los dedos de mis pies, y de estos a mis pezones duros como piedras, y sensibles como el polen de una flor, muerdo mi labio inferior acallando un grito de satisfacción, disfruto de los últimos latigazos de placer poniendo cada aparato a su velocidad mínima.


Intentamos recobrar el aliento, el acaricia mi espalda con las yemas de sus dedos, mis labios se posan donde mis dientes antes le mordieron, como si así, pudiera calmar el dolor causado, su corazón y el mío se compensan aminorando el ritmo de las pulsaciones, mi cuerpo queda totalmente laxo encima del suyo, pero parece no importarle, lleva mi pelo hacia un lado poniendo un mechón tras mi oreja, le dedica unos mimos...

sus manos, son puro bálsamo para mí, me susurra al oído que ha sido increíble, y no puedo más que sonreír, agradeciendo sus palabras de ese modo, alzo mi cabeza para poder mirarle a los ojos, éstos me dedican una mirada dulce, le beso con ternura, me ha regalado el don de volar, y eso, no te lo regala cualquiera…


• Estoy agotada, felizmente exhausta, y aun ni me he levantado de la cama, siento mis parpados pesados, las cortinas de mis ojos se cierran sin una orden, mi cuerpo se relaja, y me rindo acunada por los brazos de Morfeo.