Sergio y Sonia
El autor total de este relato tan especial es @****BO, que muy amablemente ha cumplido nuestra fantasía de ser los protas de un Relato... nos lo ha mandado en privado, pero, tras pedirle permiso he creído que se merece estar aquí.Gracias por tomarte las molestias de hacer realidad esta fantasía (véase en un hilo del foro)
-- ¡Maldito cabrón! Gritaba Sonia mientras le tiraba de todo a su marido. -- ¡Eres un cerdo! Que te has creído que soy yo tu puta.
El pobre Sergio no sabía dónde meterse. Y todo por un regalo de cumpleaños.
Junto a Sergio yacía en el suelo su regalo.
Un conjunto monísimo de lencería. Lo cual no habría sido motivo para la bronca si no hubiera sido acompañado de un mensaje.
Sergio cogió su chaqueta y salió por la puerta con un gran disgusto.
Por su lado Sonia cogió la carta y sentada en la cama la releyó.
Por sus mejillas se deslizaban lágrimas de color negro rímel de amargo sabor. Que apenas podían diluir el disgusto por tan inesperada proposición.
Sonia arrugaba con rabia el maldito papel y formando una bola la tiró contra la pared.
Fue al baño de su suite de hotel de lujo. La misma que tuvieron diez años atrás como suite nupcial.
Estaba claro que no podía enfrentarse a su marido ni a nadie con esas pintas así que se desnudó y se metió en la ducha.
(Se lo voy a poner muy clarito) Pensaba ella. (Si quiere seguir con este matrimonio muchas cosas han de cambiar)
Cogió el jabón y embadurno la esponja. Frotaba su cuerpo con dureza con rabia.
Un cuerpo precioso. No muy alta pero guapísima con una preciosa melena negra que tal solo era el perfecto marco para su cara. Ojos azul claro ahora profundos como el abismo, ahora gemas brillantes de luz propia. Sus labios una promesa de amor y fuente para su bella sonrisa.
Pero por qué se engañaba estaba enamorada de ese cerdo hasta las trancas. Lo deseaba lo amaba. Tal vez debería asumir su nuevo papel y complacerlo.
Pero no reprimió una nueva lágrima y salió resoluta de la ducha.
Tras el ritual de secarse la melena empezó con el maquillaje.
Al terminar sonrío (Estoy guapísima. No sabe que se le viene encima)
Miró su lencería, pero al final optó por la que él le había regalado.
La verdad es que era espectacular. Medias negras, tanga y liguero, el sujetador de encaje muy cómodo y bonito realzaba su delicado pecho. También había unos zapatos de tacón exagerado de tamaño DOMINATRIX. Aunque la verdad muy chulos. Depuso su vestido negro más sexy y salió dispuesta a no sabía aún que.
La verdad es que los hombres la miraban con deseo y las mujeres con envidia algunas, rabia otras y deseo no pocas.
En el salón del hotel se celebraba una fiesta y los asistentes iban con sus mejores galas y los camareros repartían canapés y bebidas.
Sonia de inmediato tuvo tres bandejas donde elegir y sin dudarlo cogió una copa de cava, se la bebió de un trago y la cambió por una nueva.
Así que recorrió el salón en busca de su marido. En cuanto detenía su paso un hombre o una mujer se le acercaban y la saludaban con más o menos gracia. Aunque todos salían rechazados sin respuesta.
Cada vez más rabiosa salió al jardín pensando que se sometería a los deseos de su amor y al siguiente paso cambiaba de idea y deseaba darle una patada en los huevos con puntiagudos zapatos de Domina.
Pero cuando lo vio en aquel banco con aquella tremenda rubia de ojos azules y tetas enormes, se hundió como una niña.
Se escondió tras unos arbustos y se acercó cuanto pudo.
-- Por Dios Sergio cuenta conmigo para lo que quieras. Esa puta acariciaba el pelo de su marido metiendo los dedos entre ellos. Sonia deseaba llorar, pero no podía.
-- Gracias Noemí. Se que lo dices en serio.
-- Desde luego, ya sabes que siempre te he querido y deseado. Un puñal clavado en el corazón le habría dolido menos.
-- Ya lo sé preciosa. Contestó él sonriendo y dándole a Noemí un beso en los labios.
-- Pero por mucho que me guste o de deseo mi amor es Sonia y tengo que arreglarlo no estropearlo más.
Los ojos de Sonia se abrieron como platos. (La estaba rechazando. Estaba rechazando a esa diosa porno y no era la primera vez ya la conocía)
-- Sabes que una vez intenté ligar con ella. Confesó Noemí.
A si, y que paso que no me recuerda. Estaba hablando de ti a una amiga.
--¿Te gustan las mujeres? Preguntó Sergio sorprendido.
-- Noooo. Río ella. -- Pero ella sí me gusta me la tiraría.
-- Que puta que eres. Río él.
-- Me perdonas tengo que ir a buscarla.
Se dieron un besito y. Se separaron.
Sonia hizo lo que pudo para salir corriendo y adelantarse a su marido.
Se detuvo con una copa de cava en la puerta del jardín y lo espero disimulando.
Cuando él llegó se detuvo a un par de metros con la cabeza gacha. Sonia se percató que detrás de él estaba la rubia, muy sexy, muy guapa, preciosa.
-- Estás guapísima. Dijo él -- Bueno como si no estuvieras siempre preciosa. Sonia se hacía derrotar. El dio un paso y se acercó. -- Siempre recordaré el primer día que te vi salir de la ducha con tu melena mojada y tu preciosa cara limpia de maquillaje. Sonreí y me sentí afortunado de estar con una mujer tan bonita. Sergio acarició la cara de su esposa, que sintió un escalofrío y algo más.
Noemí que había visto la escena se repuso el pelo tras la oreja y dándose media vuelta se dispuso a desaparecer.
-- ¿Es ella tu amante? Preguntó en voz alta Sonia. Cosa que paró en seco a la mujer.
-- ¿Quién es ella? Tartamudeo él.
-- Os he visto y oído en el parque. Dijo Sonia cogiéndolo por la cara y le dio un gran beso. Miró a la mujer y con una sonrisa dijo. -- Gracias--
Sonia extendió la mano hacia la hermosa rubia invitándole a unirse a ellos.
Noemí dudo un segundo pero acepto.
-- ¿Qué estás haciendo? Preguntó Sergio sorprendido.
-- No deseas ampliar nuestras experiencias sexuales acudiendo a esa orgia. El afirmó algo asustado.
Pues por ahora no.
Pero si me gustaría tener mi primera experiencia con una mujer y mi primer trio.
Os apuntáis.
Sonia llevó muy decidida a los dos por el hotel hasta el ascensor y subieron al primer piso y Sonia y Noemí se sonrieron.
Segundo piso y las dos miraron coquetas al pobre Sergio.
Tercer piso se abrieron las puertas y un matrimonio con hijos los vieron, pero no entraron. Por fin el cuarto piso y los tres cogidos recorrían el pasillo cuando Sonia empezó a verse como se iba haciendo realidad esa fantasía que nunca pensó en hacer realidad. Un sudor frío invadió su cuerpo mientras Sergio abría la puerta. Ya entrar en la habitación fue un gran esfuerzo.
-- Perdonarme, voy al baño. Se excuso Sonia mientras salía huyendo.
Al entrar se sentó sudorosa en la esquina de la bañera. El temblaban las manos y las piernas. Ella nunca había ni fantaseado con un trío y menos con estar con otra mujer.
Pero no deseaba negarle el capricho a su marido a su amante al único hombre mujer o bestia con quién deseaba tener una intimidad sexual. Recomponte y vamos al lío pensó ella, pero la imagen de ver a su marido tocando a otra mujer le aterraba, verlo besarse contra mujer le ponía enferma pero que follara con la otra le produjo arcadas.
No podría ser, que le pidiera disculpas Sergio y porque no a Noemí y que sea lo que Dios quiera.
Ya con la mano en el pomo, cuando se abrió la puerta y entró la sonriente Noemi.
-- ¿Qué te pasa cariño? preguntó ella al verla nerviosa y asustada.
-- Lo he intentado, Dios sabe que lo he intentado que deseaba complacer. De nuevo se sentó en la bañera.
Noemi se sentó al lado y poniéndole el brazo sobre el hombre le preguntó.
-- ¿Perdona? que dices de hacer algo por complacerlo a él. De eso nada. Noemi le cogió por la mandíbula con dos dedos y la obligó a mirarla.
-- Yo me voy ahora mismo, nunca te obligaría a ti ni a nadie a compartir nada ni sexo ni marido ni nada. las dos se abrazaron. -- Eso si prométeme que le echarás ahora mismo el mejor polvo de su vida.
Ya me gustaría, pero como ves soy muy tímida lo de ahí fuera ha sido algo muy excepcional
-- Chicas que hacéis en el baño. Gritaba él desde la cama. Yo ya estoy preparado.
Las dos salieron de la mano y se dirigieron a la puerta.
-- Por favor si encima está bien armado el cabron. Bromeaba Noemí, relamiéndose como quien saborea un manjar.
Él alto y fibrado exhibía un pene que sin ser una exageración haría las delicias de la más exigente mujeres
Noemí lo miró y lanzándole un beso se dispuso a irse. con la puerta entreabierta.
-- Adiós. Eres muy bella, hubiera deseado hacerte el amor amarte. Dijo Noemí con una sonrisa dispuesta a irse sin decir nada más. Cuando Sonia le cogió la mano y la arrastró hacia ella dándole un pequeño beso en los labios.
Noemí algo sorprendida sonrió. Pero fue Sonia la más sorprendida.
Cogió la cara de la bella mujer con las dos manos y acercándose le dio un nuevo beso que Noemí aceptó con placer.
El beso fue subiendo de tono y con naturalidad las dos mujeres se abrazaron con pasión. Las manos de las dos buscaron acariciarse la una a la otra y mientras Noemí recorría el redondo y firme culo de Sonia, está buscó los hermosos y generosos pechos de Noemí.
Las dos se separaron lo suficiente como para dejar caer los dos vestidos y desvelar la lencería. La morena con una sexy lencería negra. Mientras que la rubia Lucía un conjunto de encaje blanco
Un sujetador intencionadamente pequeño para esos pechos, un culito que mostraba generosamente la firmes y también generosas nalgas de la exuberante hembra. Las medias blancas con unas preciosas sandalias también blancas completan una imagen super erótica.
Mientras tanto él estirado boca abajo en la cama observaba. boquiabierto el espectáculo. pequeños movimientos revelaban que estaba frotando su pene contra las sábanas, en una lenta masturbación. Aunque yo diría que ni cuenta se daba.
Pero si se dio cuenta Noemi, que a diferencia de Sonia que ya estaba demasiado excitada como para darse cuenta de nada.
Giro a su compañera y abrazándola por detrás, con una mano la cogió por la garganta, mientras que la otra se deslizaba despacio, insinuante por el cuerpo de Sonia hasta esconderse por debajo del diminuto tanga. Todo esto mirando fijamente a Sergio que trato de masturbarse con la mano, pero con un leve movimiento de cabeza Noemi se lo prohibió.
El sexo de Sonia estaba muy excitado, húmedo y dilatado era fácil deslizarse dentro de él.
Pero Noemi decidió acariciar sus labios vaginales mientras su boca besaba, mordía y lamia el cuello las orejas o las mejillas. Su mano en el cuello la agarraba con firmeza, pero aun sin demasiada fuerza dominando por completo a la entregada mujer.
al fin los dedos entraron muy despacio en el mojado sexo buscando el clítoris. Un clítoris inflamado y super sensible que se erizo junto al cuerpo de su dueña con el primer contacto.
las constantes y delicadas caricias fueron subiendo el tono de los gemidos y suspiros de la indefensa mujer. Pronto empezó a notar como la firme mano femenina apretaba la garganta cada vez más y más. Lo que por un instante asustó a la víctima, pero enseguida se convirtió en un elemento más de excitación.
El orgasmo no se hizo esperar y fue de los intenso. Sonia apenas se sostenía en pie. Le temblaban las piernas y parecía una muñeca rota en manos de su titiritera.
Cayó de rodillas esperando que su amiga le dejara descansar, pero no fue así.
le quito el sujetador que ya no ocultaba nada y el tanga completamente mojado por el flujo vaginal que también corría por sus temblorosos muslos.
Pero sacando fuerza de flaqueza se dio la vuelta y empezó a besar el sexo aun oculto por el culot.
Noemi se sacó el sujetador desvelando sus pechos y sus pezones explosivos. Como toda ella era espectaculares mucho más grandes que los de Sonia, aunque sin ser desagradables más bien todo lo contrario gritaban ¡chúpame!
Sonia bajo la última prenda íntima de la explosiva rubia, para descubrirlo casi del todo depilado tan solo un pequeño triángulo recordaba donde estaba el bello público antaño.
La lengua de Sonia se aventuró un segundo en el interior de sexo, pero Noemi. Se apartó y se agacho diciéndole algo al oído de Sonia.
Pero esta sonrió y se estiró. Noemi se sentó en la cara sonriente mujer y mientras la lengua de una le disfrutaba del sexo femenino, muy despacio con delicadeza, estaba este muy excitado húmedo, caliente y dilatado.
Noemi por su parte cogió con una mano el sexo de su compañera y lo apretó con delicadeza al principio igual que había hecho con la garganta antes.
Pero a medida que la lengua de Sonia la iba excitando y sus fluidos iban en aumento apretaba más y más el coño que tenía atrapado con sus rojas uñas.
Pronto los gemidos pasaron a gritos y a insultos. -- ¡Sucia puta no pares, no pares guarra!
Los muslos se cerraban contra la cabeza de Sonia y sus uñas se clavaban en el sexo. hasta provocar un grito de dolor ahogado por el sexo que no dejo de comer en ningún momento. enseguida Noemi se corrió eyaculando una gran cantidad de flujo contra la boca de su amiga.
-- ¡Sigue puta sigue! - Gritaba mientras convulsionaba arrastrada por las oleadas de placer. Otra eyaculación más y otro tremendo orgasmo.
Enseguida se dejó caer aparentemente rendida al lado de su compañera que tenía la cara completamente mojada por los fluidos vaginales. Las dos con una gran sonrisa se miraron un segundo.
-- ¿Tú no eyaculas? Pregunto Noemi. Sonia solo negó con la cabeza.
Los labios de Noemi empezaron a recorrer y sabores la cara de su amiga como quien saborea un delicioso dulce.
Pero no tardó mucho en ponerla a cuatro patas y hacer una señal al aparentemente olvidado macho. Este se encontró con el coño de su mujer a unos milímetros de su cara y se lanzó a comérselo desesperadamente.
-- No, no nada de comer sol con la puntita de la lengua no seas goloso. Reprendió Noemi, que controlaba todo el encuentro sexual.
mientras su marido tocaba su clítoris con la punta de su lengua. Su amiga introducía dos dedos en el interior de la vagina. Parecía intentar acariciar el clítoris por dentro mientras el marido lo hacía por fuera.
Así puesta se cogió a los huevos y la pollla de su marido que temiendo lo peor apretó los dientes
Pronto los gemidos fueron aumentando y al dejarse ir la antaño tímida Sonia se expresaba con toda claridad. -- Si por dios no paréis. Si, más más fuerte maricon-- Ya los dedos de Noemi entraban y salían a gran velocidad y al notar las contracciones vaginales aún más.
Las manos apretaban más y más los torturados huevos del pobre hombre, pero lejos de quejarse se aplicaba con más intensidad con el delicioso clítoris
De repente se incorporó al tiempo que un chorro se derramaba contra la cara de su sorprendido marido que no dudó en beber ansiosamente de esa recién descubierta fuente.
-- ¡Mas quiero más sexo! gritaba estirando del pelo.
--¡Por dios quiero probar más cosas nuevas quiero más!! Estaba del todo lanzada abducida por su recién descubierta sexualidad.
Noemi ni lo dudo sacó de su diminuto bolsito un pequeño tubito con lubricante y poniendo de nuevo a Sonia sobre su marido. Esta vez de cara a cara se lubrico un dedo y deslizándose por el culo llegó junto al ano de Sonia que como era de esperar seguía aun virgen. Se introdujo con facilidad, aunque Sonia se sorprendió se dejó hacer. Mientras él jugaba con su pene y los labios vaginales de ella. Pronto apareció un segundo dedo que produjo primero un quejido, pero que pronto se transformaría en un suspiro.
Cuando Noemi pensó que ya estaba bien dilatado condujo el pene de Sergio hacia la entrada trasera de Sonia que lo acepto encantada.
Poco a poco centímetro a centímetro Noemí fue guiando a Sonia a meterse más y más adentro falo de su amante.
Después de limpiarse con unas toallitas húmedas se puso encima de Sergio que enseguida se lanzó a comerle el coño.
Ellas dos se acariciaban, besaban y abrazaban según iban o venían las oleadas de placer. la primera en correrse fue Noemi que esta vez inundó la boda de Sergio que al estar más atento bebió con avidez todo lo que pudo de aquel néctar algo saladito pero delicioso.
Era puro sexo líquido, placer emoción, pasión en forma fluida. El ya no podía excitarse más cuando de repente su mujer no solo llego al orgasmo anal, sino que también eyaculo encima de su estómago.
Bueno encima de sus impresionantes abdominales.
Esta vez sí se dejaron ir los tres al suelo. Y así pasaron unos minutos.
Fue Sergio el primero en ir a ducharse pues estaba cubierto de fluido sexual. Pero al salir se las encontró a ellas en la cama besuqueándose.
--¿No os ducháis? Preguntó él secándose el pelo, con una toalla en la cintura como si tuviera algo que esconder.
Sonia le extendió la mano invitándole a unirse a ellas.
-- ¿No queréis ducharos? Preguntó torpemente otra vez.
-- No quiero quitarme este olor nunca en mi vida.
Él aceptó la mano de Sonia y esta lo puso entre ellas dos. las dos empezaron a besarlo y a acariciarlo. No tardaron nada en hacer que de nuevo apareciera una nueva erección.
-- Mmmmmm. Mi juguete preferido. Sonia bajó por el cuerpo de su marido hasta llegar a su polla. La cogió con las dos manos y con voz extraña digo.
-- Mia es mía, es mi tesoro. Y empezó a besarle la punta del prepucio besitos y mordisquitos. que los lamió como si fuera un polo y empezó a chuparla con morbosidad.
Noemi con una mirada de excitante bajo junto a su amiga y le dijo muy bajito.
-- Traga, traga. Y Sonia empezó a chupa y tragar la berga de su hombre, pero solo llegaba a meterse poco menos de la mitad y la verdad era impresionante.
Noemi empezó a comerle los huevos se los metió enteros en la boca y estiró de ellos.
enseguida sustituye a Sonia y comiéndose la puntita al principio entraba y salía el prepucio de su boca, pero después desapareció un poco más y un poco más de ese pene en la boca de ella.
Ya se había tragado más de la mitad cuando de repente desapareció casi todas y al final toda.
Aparecía y desaparecía el pene en su boca como si no tuviera fondo y cuando ya no se veía más insistió en empujar aún más adentro.
Él ya no decía nada se dejaba hacer extasiado por la mamada.
Sonia que veis maravillada lo que pasaba deseaba hacerlo ella también así que le pidió a Noemi que se apartara.
Empezó como su amiga a tragar despacio, cada vez un poco más, un poco más. Pero al llegar a la mitad sintió arcadas y casi vomita encima de Sergio. -- Insiste yo te ayudo. La animó Noemi.
Y de nuevo el pene de Sergio se perdía poco a poco en la boca de su esposa. Esta vez Noemi reunió la negra melena de Sonia en una coleta que utilizó para guiar la cabeza en su vaivén.
-- Tu traga relajada no lo fuerces y se irá metiendo toda. Noemi tocó la garganta de su compañera notando como el miembro viril llegaba hasta el cuello entrando y saliendo. Casi había entrado toda cuando una nueva arcada hizo a Sonia sacarla de la boca en un rápido movimiento.
-- con practica te será más fácil ya lo tienes y te las tragaras por grandes que sean. Pero Sonia no había terminado así que se subió encima de él y empezó a fallárselo muy despacio con movimientos lentos y muy calientes, que poco a poco fueron cada vez más fuertes y rápidos.
Esta vez no dijo nada no soltó sonido alguno mientras su coño disfrutaba del placer en silencio, Noemi se limitó a masturbarse mirando la escena y no ella no tardó en llegar al clímax y dejarse llevar por los impulsos de su vagina. Cuando él se corrió fue algo más escandaloso, pero apenas duró nada y su juguetito cayó rendido derrotado en batalla.
Sonia sacó lentamente el pene de su marido de dentro de ella dejando caer una pequeña cantidad de esperma que de inmediato atesoro Noemi en su boca. después que busco más en el sexo de su amante y cuando tuvo suficientes y poniéndose a la altura de ella compartió el esperma boca contra boca y las dos se lo tragaron en un morreo tan caliente que quemaba Noemi se apartó un poquito de ella y le dijo muy bajito.
-- Os quiero. Te quiero.