El Diluvio
Con el permiso de los moderadores, sabedora que el cuadro no es tan erótico y explícito como tantos se han publicado en este foro. El nombre del cuadro es El Diluvio de Paul Merwart.
Están siendo días muy duros, catastróficos, para Valencia y otras zonas por donde el agua ha pasado en su peor versión.
D.E.P. y mi abrazo más sincero y amplio para todos y todas.
Intentaba recordar, en el mundo del Arte alguna relación, una podría ser de origen bíblico, que sí sucedió durante 9 días y 9 noches, la otra es de origen mitología griega.
El Diluvio
Se trata de la pareja formada por Deucalión y Pirra. Dos amantes supervivientes al diluvio desatado por la furia de Zeus para acabar con la humanidad en la Edad de Bronce. Deucalión era hijo del Prometeo (el Titán que robó el fuego a los dioses para entregárselo a los hombres y que lo pudieran usar para calentarse y cocinar, cambiando por completo la historia de la humanidad).
Por su lado los padres de Pirra eran Pandora (quien abrió la caja que le dieron los dioses y que contenía todos los males del mundo) y Epimeteo (que también era un Titán y hermano de Prometeo y podía ver las cosas que ya habían sucedido). Por lo tanto, eran primos y esposos.
Cuando Zeus decide destruir el mundo Prometeo avisa a su hijo que construye una barca para salvarse. Así, después de 9 días y 9 noches de diluvio, la barca se posa sobre un montículo, representado por un montón de tierra. Ese montículo era el monte Etna, el volcán de Italia.
Una vez allí acuden al templo de Delfos a pedir ayuda al oráculo. Allí hablan con la diosa Temis cuya profecía es: Alejaos del templo, cubríos la cabeza, desatad el cinturón de vuestros vestidos y arrojad a vuestra espalda los huesos de la Gran Madre.
En un principio Pirra rechazó esta idea escandalizada, sin embargo Deucalión descifró el mensaje y entendió que la Gran Madre era la madre Tierra. Entonces ambos comenzaron a arrojar piedras sobre sus espaldas. Por cada piedra que caía, aparecía un hombre si la piedra la había sido lanzada por Deucalión y una mujer si era Pirra quien la tiraba.
Así fueron, poco a poco, repoblando la tierra. Por su lado, Gaia, la diosa tierra madre, también hizo brotar y criar plantas y animales. Así es narrado el comienzo de la Edad de Hierro, una nueva época para los humanos.
El Diluvio
Es esta historia la que sirve de excusa para crear la magnífica escena en la que Deucalión sostiene sobre su cabeza a Pirra en mitad del diluvio.
En obras como éstas se mantiene el dibujo neoclásico pero se introducen rasgos distintivos como el juego de luces y sombras. Se marca el foco de luz desde la parte derecha del cuadro reflejando e intensificando la blancura del cuerpo de Pirra.
Esto contrasta con la piel de Deucalión, más oscura, lo cual nos puede hacer recordar este recurso característico del arte egipcio en el que hombres y mujeres se dibujaban en tonos diferentes. Pirra es la belleza, la pureza y la sensualidad, blanca, casi translúcida. Deucalión representa al hombre fuerte, sostén de la familia y la humanidad, salvador en aguas turbulentas. Así, en una única imagen se transmite el rol propio de cada género ideal en la sociedad del siglo XIX.
La composición del cuadro es una vertical curva desde los pies de Deucalión y sigue ininterrumpidamente hasta la cabeza de Pirra, convirtiendo a la pareja en un estandarte que lucha y se mantiene frente a la fuerza imparable de la naturaleza. Y así es el romanticismo, que frente al racionalismo, la virtud y los modelos ideales del neoclasicismo, expone pasión, desorden, exaltación y locura.
El hombre contra lo superior, lo inevitable, lo sublime, quedando a merced de algo mayor que sí mismo. Esta obra muestra la superioridad del corazón sobre la razón, utilizando el recurso de bañarlo todo bajo una luz trágica que enfatiza la situación de tensión.
La fuerza de la naturaleza, desatada y sin control es otro de los puntos fuertes de esta pintura. La excusa de un diluvio destructor de la humanidad otorga el escenario perfecto para desatar pasiones.
La supremacía de la naturaleza por delante de los frágiles planes de los hombres y mujeres. En efecto, los artistas románticos son especialistas en representar ruinas, naufragios, masacres y locuras. Aguas turbulentas para acoger la tragedia de una pareja que no conoce su final.