Relaciones en los clubes liberales
Sé que el título es muy genérico y algo confuso, pero trataré de acotarlo compartiendo con todos vosotros/as mi experiencia. He frecuentado locales de intercambio de manera intermitente, siempre cuando no estaba en una relación formal (todas mis relaciones formales han sido monógamas) y siempre como chico solo. Hace unos cuantos meses terminó mi última relación sentimental y volví al ambiente liberal, no sin una cierta melancolía y dolor en el alma. Uno de esos días me encontré en un club a una pareja y nos caímos bien. Resulta que la pareja, que no eran novios, se conocieron la semana anterior en ese club y volvieron a quedar. La chica solía acudir sola o a veces acompañada de algún amigo. Yo le dije de broma: "Una chica así es lo que necesito yo", y ella me respondió que nos podíamos dar los teléfonos una vez fuera. Un inciso, soy reacio a dar mis datos personales fuera del ambiente porque soy muy celoso de mi intimidad, pero en este caso me dio bastante confianza. Nos dimos los teléfonos y, pensé, que seguramente lo hizo por puro compromiso y que todo quedaría ahí. A la semana siguiente me llamó por si me apetecía ir al club con ella. Y a la otra. Y a la otra...Seguro que muchos y muchas de vosotros tenéis ese tipo de relación que se dan exclusivamente en un entorno concreto. Puede ser el gimnasio, puede ser un club de senderismo, puede ser una Peña o una Falla. Esas relaciones de hobbies, que llamo yo. Bien, pues yo tengo una relación así relacionada con un club de intercambio. Cuando vamos a un local nos gusta ir a relajarnos y ver qué pasa. Solemos follar entre nosotros pero también nos gusta mirar, tocar, que nos miren, ligar con otras parejas, bromear y reír mucho. A mí me gusta ver cómo se la follan entre dos chicos (seleccionados por mí según sus gustos) y a ella le gusta ver cómo me follo a otras. A veces hacemos orgías, follamos con varios chicos y chicas, y otras veces no nos comemos un colín. Cuando sucede eso nos ponemos a hablar y a hacernos reír el uno al otro. A mí no me importa que acuda al local con otra persona si yo no puedo acompañarla. No somos pareja, no somos novios, cada uno tenemos nuestros problemas particulares, pero es acudir allí y olvidarnos por unas horas de todo. Es nuestra terapia. También nos escribimos para interesarnos el uno por el otro, para apoyarnos en nuestra vida cotidiana. No todo va a ser follar.
No sé, es una relación de amistad reciente pero donde hay mucha comprensión y cariño sincero. Tenemos muy claro que no somos pareja y que esto será, muy posiblemente, puntual. Pero qué bonito es compartirlo con alguien así.