J’accuse…!
Tal y como publicara Emile Zola en 1898 su famoso alegato sobre el "Caso Dreyfus", aquí me encuentro para defender la libertad de un inocente.El mundo liberal no es sino una pequeña muestra de lo que vemos en nuestro día a día, con sus alegrías y decepciones quizá un poco magnificadas porque entran en juego lo sentimental y lo sexual.
Y aquí entramos en un tema delicado, el del consentimiento.
Parece una obviedad pero no lo es. Y sobre todo a los hombres nos queda aún camino que recorrer, aunque unos van más avanzados que otros.
Lo más importante, y donde quiero poner el foco, son ellas. Las mujeres.
Son la clave en general, en la sociedad, y aún más en este pequeño mundo que seguimos construyendo.
Por eso mismo cuando escucho noticias de acoso, intimidación o agresión (delitos penados por ley) salta una alarma dentro de mí sobre qué actos puedo o podemos cometer por torpeza y que se malinterpreten como algo premeditado. Más que nada porque tengo una hija pequeña y solo con pensarlo se me revuelven las tripas. De hecho, ella es mi referencia en cuanto al respeto al género femenino e intento tratar a las mujeres como me gustaría que en el futuro la traten a ella.
Sé de buena tinta que el que ha sido declarado "culpable" no lo es y que hay otros vistos como inocentes que tampoco lo son.
Por todo esto, desde aquí quiero pedir mil disculpas si en algún momento yo mismo he podido actuar de alguna manera en la que haya violentado e incomodado a alguna chica o pareja por mi carácter demasiado extrovertido. Y aprender de esos "vicios" para no volver a caer con la misma piedra.
Sigamos trabajando por una comunidad virtual (y no virtual) lo más sana y segura posible.