Acuerdo Relacional
La no monogamia no tiene normas estipuladas, porque cada persona construye relaciones y acuerdos en base a sus preferencias, sus experiencias vitales, sus traumas e inseguridades, etc. Y es cierto que hay definidos varios tipos de relaciones no monógamas (poliamor, polifidelidad, pareja swinger…) pero la no monogamia es un traje que cada uno hace a su medida y al de sus relaciones.(Antes de empezar, recuerda: acordar unos términos no tiene sentido si no existe una voluntad de cumplirlos. Al final, nadie te estará obligando a nada, y todo dependerá de vuestra buena voluntad, vuestra capacidad de autocrítica y de autoconocimiento, y vuestra inteligencia emocional. Y, sobre todo, un acuerdo relacional es una herramienta para facilitar la comunicación, y no un arma para blandir contra tu pareja.)
Cuando empiezas una relación no monógama (por ejemplo, cuando decides abrir tu relación), es recomendable establecer unas bases mínimas para tener claro a qué atenerte. Dependiendo de factores como vuestra experiencia vital o vuestra personalidad, la cantidad de acuerdos que establezcáis y lo que pactéis en ellos será distinta. Porque cada persona, cada relación y cada momento es diferente, y debéis encontrar lo que os funcione a vosotras.
Podríais empezar, por ejemplo, intentando plantear estas tres cuestiones:
1. Cómo queréis definir vuestra relación.
Planteáos qué es lo que esperáis al abriros a otras personas.
¿Queréis poder tener relaciones sexuales con terceros? ¿Queréis poder tener otras relaciones al mismo nivel que la vuestra? ¿Queréis poder enamoraros, pero manteniendo vuestra relación como la relación principal? Esto lo podéis utilizar para plantar una base sobre la que empezar a construir.
2. Qué queréis hacer con otras personas.
Definid de forma concreta lo que buscáis u os interesaría: sexo esporádico, una relación sexual y afectiva, una relación dominante/sumisa… Cuanto más específico sea, más fácil lo tendrá la otra persona para hacerse una idea.
3. Qué podéis gestionar y qué no.
Para acordar este punto debéis pensar en vuestros límites, en aquello que para vosotras sería una línea a no cruzar: sexo en vuestra cama, sexo con las amigas de la otra persona, viajes con otra pareja… Habrá inseguridades que tendréis que ir trabajando poco a poco para que vuestra relación sea lo más sana posible, por supuesto, pero es importante no ceder demasiado en el momento de pactar este punto, porque lo que estáis haciendo aquí es proteger vuestra salud mental. No se trata de acceder a que la otra persona haga cosas con las que tú no estás convencida, sino en encontrar un punto en común que sea una zona segura y satisfactoria para todas las partes. Y, por supuesto, los límites deberían ser los mismos para todas las partes para evitar crear una situación de desigualdad.
Cuando pactéis estos acuerdos podéis añadir todo aquello que queráis delimitar.
“¿Y qué pasa si mi pareja rompe un acuerdo? ¿Me está siendo infiel? ¿Le dejo?”
Eso no puede responderlo nadie más que tú.
En la no monogamia deberíamos pensar en el término “infidelidad” como la ruptura de alguno de los acuerdos relacionales. Pero piensa en qué es lo importante para ti. En qué sientes tú, para que así pongas los límites donde tú consideres oportuno. ¿Qué acuerdo ha roto tu pareja? ¿Uno que consideras que era fundamental? ¿Sientes que no podrás volver a confiar en ella? Ahí tendrás tus respuestas.
Cada persona llega a la no monogamia con una mochila emocional distinta, y no puedes exigirte no tener acuerdos en tus relaciones si realmente los necesitas. Al final, un acuerdo relacional no es un compendio de leyes, sino unas pautas que utilizamos para proteger nuestra salud mental y asegurar el bienestar de todas las partes. No se utilizan (o no deberían utilizarse) para prohibir, sino para proteger.
Para acabar, tened en cuenta también que estos acuerdos no son inamovibles y que querréis revisarlos de vez en cuando. Por un lado, porque vosotras y vuestra relación cambiará con el tiempo, y porque es normal que cuantas más inseguridades deconstruyas, menos acuerdos necesites. Por otro lado, porque cada persona que conozcáis y cada relación que establezcáis será distinta, y es posible que necesitéis reajustar los acuerdos para ese caso concreto. Por ejemplo, quizá tenéis acordado no iros de viaje con vuestras relaciones, pero has conocido a la relación de tu pareja y no tienes malas sensaciones al pensar que se van unos días juntas. O tenéis acordado que no os importa que vuestra pareja traiga a sus relaciones a vuestra casa, pero con X persona no te acabas de sentir cómoda con esta idea. Porque realmente la clave del éxito de una relación no monógama no son los acuerdos per se, sino la comunicación, la confianza, la empatía, el querer alegrarte de la felicidad de las personas que quieres, el poder hablar sin convertirlo en una discusión… y echarle ganas y paciencia.