Clase de baile
Hoy he ido a unas puertas abiertas de una escuela de baile con mi amiga María. No llevo muchas expectativas, bailando sola, muevo las caderas como quiero, pero si alguien intenta llevarme... me convierto en un bicho palo.
Hay zumos, grupos, risas, chicos, chicas, estoy empezando a hiperventilar ¿Qué hago yo aquí?
Busco rápido mi bolso y mi chaqueta, estoy llegando a la puerta sin percances.
La puerta abre y una mano me coge de la cintura haciéndome girar.
Me mira un chico de piel color canela, ojos negros como el azabache y una sonrisa que invita a devolvérsela.
• La clase está apunto de empezar y luego no podrás entrar.
" Era la intención " pero solo lo pienso con una sonrisa bastante apurada.
Coge de mis manos lo que llevo y vuelve a dejarlo en una silla.
• ¿Empezamos la clase?- dice estirando una mano hacia mi.
-¿Ya? Yo no...
"Ay, Ay Ay Ay amor
Eres la rosa que me da calor
Eres el sueño de mi soledad
Un letargo de azul
Un eclipse de mar Pero..."
Ya me ha cogido, una mano en mi cintura y la otra en mi mano.
Va contando los pasos. No es tan difícil así... estoy empezando a disfrutar el baile incluso sin escuchar la música.
Toca descansar, María se me acerca con una gran sonrisa y 2 vasos.
• ¿Te lo estás pasando bien?
Bebo el vaso que me ofrece de un trago, estoy sedienta y quema al bajar por mi garganta. María ríe.
• ¿Pero no era zumo? - Le pregunto aún más sofocada.
• ¿Desde cuando bebo yo zumo?- y se va riéndose la muy capulla.
Termina la pausa, y veo un grupo de chicas alrededor de mi profesor.
• Chicas, chicas, hoy hay chica nueva y soy todo suyo- veo que me mira mientras lo dice y viene hacia mi.
Vuelve a coger mi mano, y no veas como arrima cebolleta.
• Ahora toca bachata. Primero te explico los pasos y así será más fácil cuando yo te marque con la mano algún giro o aproximación- ¿más aproximación?
Pero mi cabeza marca afirmativamente como si me estuviera enterando de algo.
Empieza a sonar la canción El pañuelo de Romeo Santos y Rosalía.
Mientras cuenta pasos y me los explica. Y empezamos.
"Te incito
A aliviarnos las penas y curarno' en la cama
Te admito
Baby, si hace' que lo olvide, puede que vuelva mañana
Te aseguro, mami, seré el pañuelo
Mata a la angustia aquí en mi cuerpo
Papi, dame un consuelo
Seré la cura, quiero tu cuerpo"
Ahora mismo no sé cómo sigo sus movimientos , pero lo hago, y cuando aprieta mi mano, giro hacia donde me ha dicho. Y yo, no me lo puedo creer, estoy bailando y creo que no soy un bicho palo.
Mis caderas se mueven al compás de la música, sus manos apoyadas en ellas para no perder el paso y esa brillante sonrisa que deslumbra a media sala.
"Ja, ¿a ti te gusta mi bachata, amiguita?
Ajá
La ROSALÍA (jeje)
Es evidente que pasamo' por lo mismo
Pero nadie ha mori'o por amor
Esta noche ven, refúgiate en mis brazos
Desquítate con rabia pasional
No es casual que nos hayamos encontrao' (come on)"
Está terminando y acaba con mis manos giradas sobre mi parte delantera y mis posaderas en sus partes, que se aprecian grandes.
Reímos.
• Para ser tu primera clase, yo diría que se te ha dado muy bien- me dice al oído con voz melosa.
El bicho palo amenaza con venir y hacerse el muerto cuando aparece María con 3 chupitos.
• Venga que nos lo merecemos. Por mi amiga Eva y dejar de ser un bicho palo. Joder, Leroy, le dice, lo tuyo no es normal.
Brindamos y sin preguntar me bebo el chupito que me quema la garganta y toso.
Marta ríe, y Leroy se preocupa hasta que se me pasa la tos.
• Bueno y ahora a la discoteca a practicar- dice Marta.
Mis pies están muertos y los de Leroy con mis pisotones no deben andar mucho mejor.
-¡Venga!- se escucha en la sala- ya estamos todos.
Total, que está decidido. Vamos a una discoteca, donde busco un sofá como loca.
Leroy está rodeado de féminas que quieren bailar con él y yo observo con una cerveza en la mano como mueve sus caderas y me imagino lo que debe hacer en la cama con ese movimiento.
¿Por qué pienso eso?
Decido buscar el baño, ya no puedo aguantar más el pis.
Estoy dentro y se oyen unos golpes en la puerta.
• ¡Ocupado!
Termino, tiro de la cadena y abro la puerta. Allí está Leroy y me vuelve a meter dentro con un pequeño empujón.
Me besa en los labios como si fueran una nube. Sus manos recorren mi cuerpo como en la pista de baile, pero con más fuegos.
Mis pupilas se dilatan, las suyas no lo sé, así de negros tiene los ojos.
Mi vestido sube y él se agacha ya sin camiseta. ¿Todo eso será de bailar?
Besa mis piernas, llega al interior de mis muslos y me tiemblan las piernas mientras me cojo a las paredes y trato de disimular un gemido, que ni de coña consigo.
Saca mi vestido por encima de mis hombros y sigue acariciando y besando mi cuerpo. Juguetea con mis pezones, erizado solo por su contacto.
Necesito tocarle la polla y una de mis manos hace caso a mi cerebro y baja la mano.
• Madre de Dios santísimo y todos los Másters del Universo juntos y los de Marvel ya puestos.
Pero este hombre qué tiene ahí y dónde pretende meterlo.
Saca un condón y se sienta en la taza del váter, estoy tan lubricada que aquello entra con suma facilidad.
Lo cabalgo ya sin disimular mis gemidos ni gritos.
Ese hombre mueve las caderas incluso sentado y yo le hago una demostración de cómo muevo las mías cuando nadie me dirige.
Nos miramos a los ojos, nos besamos sin cerrarlos y sabemos que nuestros cuerpos se han convertido en un barco en plena tormenta, todo tiembla. Todo gira.
• Vayámonos de aquí- me pide.
• Sí x favor- digo consciente de que follar en un baño no era tal vez la mejor idea. Pero era imposible resistirse a ella.
Salimos retocándonos y una fila larga de gente, en vez de enfadados parecen exultantes y nos corean y aplauden.
Yo quiero que me trague la tierra y salgo corriendo cual famoso huye de los paparazzi.
Busco a María con la vista, baila, perfectamente, todo hay que decirlo, con un chico que yo diría no estaba antes.
• María- digo con la respiración aún agitada. Me mira parando un momento el baile.
• Tú has follado- me dice en voz alta.
• ¿Cuánto has bebido?- Le pregunto.
• Diría que menos orgasmos de los que tú has tenido, pero no creo- arrastra las erres.
• ¿La llevarás a su casa o llamarás a un taxi? O mejor me quedo y lo llamo yo, digo cruzándome de brazos.
Alguien se sitúa detrás demi, por su olor, aún rellenando mis fosas nasales, sé que es Leroy y mientras me besa en el cuello pregunta.
• ¿Algún problema por aquí?
Me giro y le explico cómo va María.
• Nos la llevamos- dice completamente serio.
María se ríe.
• Eh tú, que estás buenorro pero un trío de buenas a primeras...
Ni lo había pensado ¿querrá eso?
La coge en brazos para sacarla de local.
-¡Miradme!- grita- soy Julia Roberts en Oficial y caballero ¿o era en Pretty Woman? Bah- dice girándose a Leroy- tú tampoco te pareces a Richard Gere.
La gente se ríe mientras les deja pasar y yo voy detrás de ellos observando el buen rollo que se respira.
Llegamos al coche de Leroy y le pido que ponga a María delante y con la ventanilla bajada.
Hace todo lo que le he dicho y viene a besarme de nuevo antes de entrar en el coche.
Cuando llegamos a su piso, aparca sin problemas con la suave respiración de María que se ha dormido llorando porque se ha acordado de Dirty Dancing y el pobre Patrick Swayze.
Leroy la coge de nuevo en brazos y me pide que cierre el coche y busque en el mismo llavero las llaves de su casa.
Abro y me hago a un lado para que pasen.
La lleva a una habitación con una cama doble y la deja con cuidado sobre ella.
Abre los ojos y dice
• Quiero una michelada.
• María, ¿qué michelada ni leches? Duérmete.
Cierra los ojos y vuelve a dormirse.
Leroy ríe desde detrás de mi en voz baja y le doy un golpe en el hombro. Se protege a la vez que ríe y salimos del cuarto.
• ¿Quieres tomar algo?
• Una cerveza si tienes.
• ¿Una michelada?- pregunta entre risas.
Lo miro seria, pero al ver su cara ambos nos echamos a reír. Me levanto y voy a su frigorífico. Saco 2 botellines de cerveza y nos sentamos en el sofá.
• Ay cuando despierte María, se va a morir de vergüenza- digo.
• ¿Por qué?
Lo miro extrañada por la pregunta.
• No se emborracha tanto siempre, pero de vez en cuando alguien tiene que llevarla a casa- me explica.
• Esa parte de las clases de baile, se la saltó al explicármelo.
Nos reímos de nuevo y me besa.
Coge mi mano y me lleva a otra habitación, la suya.
Me sienta en la cama y pone música suave.
• Es música cubana. Salsa - me explica- Nací allí, aunque ya llevo aquí 5 años. Trabajo como profesor de baile, como has visto hoy y también de camarero, otras veces, de seguridad en alguna discoteca de música latina.
"Yo quiero volver al monte donde nace mi camino
Yo quiero volver al monte donde nace mi camino
Y llegar a mi destino guiada por el sinsonte
El sol en el horizonte, el olor a la guayaba
El sol en el horizonte, el olor a la guayaba
Era lo que yo anhelaba, por eso me voy pa'l monte"
Va quitándose la ropa mientras suena la música y habla.
Yo lo miro embelesada.
• ¿Y tú, a quéte dedicas?
• Yo soy organizadora de eventos. Monté mi propia compañía con otra de nuestras amigas. A veces María nos ayuda.
Ya estamos los 2 desnudos en su cama.
Me pide que me de la vuelta y dudo.
• ¿No confías en mi? - sus palabras y su dulce acento cubano, me hacen girarme. Oigo como trastea en un cajón y noto como echa algo en sus manos que luego van a mi espalda. Me da un masaje completo, estimulante, me relaja y me pone cachonda a la vez.
• ¿Qué tal ahora?
• Como en un cuento.
• Pues esto no ha hecho más que empezar.
Se inclina para besarme y noto su polla en mi pierna y mi coño empapado pidiendo que entre.
• ¿Me dejas taparte los ojos? - en otro momento habría sido un rotundo no, pero confío en él y quiero potenciar otros de mis sentidos, así que le digo que sí y saca un suave antifaz de satén. Limpio, huele a él. Me lo dejo poner y me hace levantar los brazos y cogerme fuerte al cabezal de su cama.
Noto un cubito de hielo en mis pezones que enseguida se endurecen y lo baja con la boca por mi barriga hasta llegar a mi coño, donde con un par de sus besos, el cubito desaparece.
• Abre la boca- me pide, y lo hago.
Su polla entra dentro y mi lengua muere por acariciarla, besarla y que me folle la boca, pero no lo hace y mis labios emiten una protesta que se ahoga en gemidos mientras mueve la lengua en mi clítoris, primero despacio y luego aumentando la intensidad hasta llenar su boca con mi orgasno y subir a besarme para sentir mi rico sabor.
Ahora vamos a bailar, me ayuda a levantarme y no me quita la venda. Ambos estamos desnudos y empieza a sonar Propuesta indecente de Romeo Santos. Mis oídos escuchan su letra con claridad, y a la vez hago caso cuando me aprieta hacia un lado u otro para girar
"Si te invito a una copa y me acerco a tu boca
Si te robo un besito, a ver, ¿te enojas conmigo?
¿Qué dirías si esta noche te seduzco en mi coche?
Que se empañen los vidrios y la regla es que goces
Si te falto el respeto y luego culpo al alcohol
Si levanto tu falda, ¿me darías el derecho
A medir tu sensatez?
Poner en juego tu cuerpo
Si te parece prudente
Esta propuesta indecente..."
Ya no puedo más. Su polla golpeándose en cada giro, yo sin poder mirar a sus ojos, y de repente me quita la venda de ellos y puedo ver su cara, de pasión, de ganas, de querer follar hasta que salga el sol.
Me tira en la cama cubriéndome con su cuerpo mientras sigue la música
"How 'bout if you and I, me and you
¿Bailamos bachata?
Y luego you and I, me and you
¿Terminamo' en la cama? (Que rico)
How 'bout if you and I, me and you
¿Bailamos bachata? (Ay bailamos bachata)
Y luego you and I, me and you
¿Terminamo' en la cama? (Terminamos en la cama)"
Ahí ya le siento dentro de mi, muevo mi cuerpo a su compás , quiero sentirlo hasta dentro, hasta el fondo, hasta incendiar la cama y la habitación.
Sus empujones son cada vez más fuertes, mis gritos más altos al pedirle que no pare, que no salga, quiero retener ese momento en mi cabeza.
Nos quedamos dormidos con mi cabeza en su pecho y su mano en mi nalga. Mi pierna atraviesa su cuerpo y cuando el amanecer nos sorprende se levantas a bajar la persiana y me pierdo en su sombra al ir y en la oscuridad al sentir como entra de nuevo entre las sábanas y me abraza haciendo la cucharita mientras su polla indica, claramente que no le apetece dormir ahora mismo.