TODO MAL

Sudorosos, descojonados, desnudos, tirados a lo largo de la cama como si hubieran caído del techo, no podían parar de reír.

Eso sí, era una risa nerviosa, excitada , dolorida, como ellos, que lo habían intentado todo. Arañazos, marcas de dientes, un chupetón en el cuello (-Cabrona ¡!-le había soltado él- que luego me machacan en el curroo!-), pieles enrojecidas por azotes, surcos de sudores y otros fluidos, decoraban sus cuerpos.

Ella tenía hinchada la vulva y enrojecidos los labios. El coloradísimo el glande y la polla en ese estado morcillón de perpetua excitación.

Enredados entre las sábanas, preservativos, lubricantes, bragas de encaje, juguetes, restos de frutas, envoltorios de bombones..

Les venían imágenes excitantes de aquellas horas, colgados como dos computadoras – que cantaría Drexler. El, recordaba con un espasmo de su polla, como, al ir a penetrarla , se había movido, o tal vez fue él que con las prisas, pinchó en hueso…OOOUCHHH que dolorrr. A ella le seguía latiendo ese arañazo en sus labios menores, cuando él se equivocó de mano y usó la que tiene uñas largas.. - sii tocas la guitarra capullo- le dijo- usa la otra mano!!

A la vez y sin saberlo, se excitaron de nuevo al pensar en ese 69, de lado, que comenzó suave , como dándose permiso para empezar de nuevo y correrse al fin… y que acabó con un ataque de tos de ella, que casi le hizo salir corriendo al baño.

Como estaban tirados en la cama al contrario el uno del otro, comenzaron a acariciarse los dedos de los pies muy suavemente. Se miraron con cierto cachondeo, retándose y pasaron a darse besos en las yemas de los dedos. Casi sin labios, de esos que son mas caricia que beso y de a poco, la lengua hizo su aparición. Se lamieron los dedos, mordisqueando alrededor del empeine y según subían casi sincronizados por las tibias, las manos entraron en juego.

¿¿Es una rotula un punto erógeno?? Si, cuando todo tu cuerpo sobreexcitado late pidiendo placer.

El mordisco que ella le plantó en la rótula le lanzó un calambre de placer y dolor que subió por el muslo con un impulso eléctrico, atravesó la cadera y el pecho y rebotó en la clavícula. Bajó suavemente haciendo ondas por su esternón, recorriendo su tripita cervecera hasta hundirse en sus huevos, que temblaron ligeramente.

Ni había soltado su presa , cuando él le levantó una pierna y buscando la corva hundió su lengua como si fueran esos labios que comenzaron a temblar con cada embestida.
Así que las manos buscaron los sexos de nuevo dispuestos a todo, a pesar de escocimientos y rojeces. Ella le agarró firme la base de la polla y él le buscó con la mano correcta, entre los labios, el clítoris hinchado. Con cara de cachondeo puro, ella le cogió la mano a él y se la puso en sus huevos, diciendo: “ ahí puedes clavarte las uñas todo lo que quieras “ mientras empezaba a masturbarle. Riéndose y aguantando los gemidos que le empezaban a surgir cogió la mano de ella y la puso en la entrada de su vagina: “ A ver con esas uñitas rojas si puedes tu solitaaa…” A lo que ella, sacándole la lengua se metió tres dedos sin dudarlo y por supuesto¡ sin hacerse ningún daño.

La Ley del Deseo hizo el resto y al poco estaban los dos al borde el orgasmo, ella metiéndose los dedos hasta el fondo y curvándolos para frotar su punto G y el apretando y soltando sus huevos , clavándose las uñas y gimiendo mientras se masturban el uno al otro, sentados, clavándose una mirada feroz, tratando de no cerrar los ojos.

La cascada iba llegando con un rugido , mientras ella le masturbaba cada vez más rápido y el trataba de mantener él mismo ritmo con dos dedos alrededor de clítoris muy hinchado casi sin tocarlo, como sabía que le gustaba. “Mírame – le decía- mírame” . La cama temblaba , los cuerpos temblaban y su mundo entero vibraba de placer.

Justo al llegar el orgasmo, ella echó la cabeza hacia atrás y se puso a gritar de puro gozo, derramándose entre los dedos de él, que hizo justo lo contrario, agachó la cabeza con un espasmo y gimió hacia dentro con un sonido ronco, mientras chorros de su semen saltaban y tenía temblores de placer.

Se miraron de frente con el ultimo espasmo y se lanzaron a besarse como dos tarados, chocando sus dientes con los labios del otro. Un labio partido y una encía sangrando les devolvieron el dolor de todas heridas que acarreaban en esas horas. Se dejaron caer en la cama, de nuevo descojonados de la risa.


Sin parar de reírse, ella levantó la cabeza y le soltó: “ TODO MAL???” Y él, pidiendo un givemefive, le contestó entre risas: “FATAL!!!”

Chocaron con fuerza sus manos y entrelazando los dedos se hundieron en un sueño agitado, profundo, con una medio sonrisa aun en sus caras, muy cerquita de los pies del otro.

Por el patio suena Zenet : Eres lo que menos me conviene...