Juguete
Me dices que me ponga el vibrador, ese que controlas tú desde el móvil y me das una dirección. Debo estar en la azotea a las 22:30, contigo nunca se sabe.
La expectación me puede, sabes como jugar conmigo. Estoy preparándome en casa, no necesito lubricación para meter el vibrador. Las bragas las dejo en casa. Un vestido de tirantes y listo, este calor no pide nada más.
Andar con el vibrador dentro de mi no puede ser más erótico.
Te mando un mensaje para que sepas que estoy en camino y como respuesta obtengo una vibración fuerte dentro de mi que me hace parar en seco en medio de la calle y expulsar todo el aire de mi pulmones.
.“Cabrón”, escribo
.”Aún no he empezado”, me contestas.
La sonrisa, esa sonrisa se dibuja en mi cara.
Cojo el bus, son las diez.
Sentada, notó que estás jugando conmigo, suave, muy suave, es violento, erótico, caliente…todo junto. Todo rodeada de extraños, que van atrapados en sus móviles. Yo voy atrapada por el tuyo.
Vas subiendo la intensidad y me obligas a cerrar las piernas. Me revuelvo en mi asiento. Suena mi móvil.
. “Te gusta?”, me preguntas
No te contesto, no tienes todo el poder, aumentas la potencia.
.”sisisisii”, contesto precipitada
Te ríes
Llego a mi destino. Y mis gemidos están ahogados en un mar de claxones y vida rutinaria, todos ajenos a la humedad que empieza a descender por mi pierna.
Meto el código, y subo al último piso.
. “Ya estoy aquí”, te digo
. “Te veo”, me contestas
Empiezo a mirar a todos lados cuando siento que alguien me observa.
.”Caliente caliente”, me dices.
.”Mira en frente”
Alzo la vista y te veo desnudo en la ventana que está al otro lado de la calle con el móvil en la mano.
De repente la potencia entre mis piernas aumenta y desciende de forma exagerada obligándome a sujetarme en el alféizar.
Mis gemidos ya no los controlo.
La veo entrar en la habitación y empezar a acariciarte la espalda. Sé lo que quiere, yo quiero lo mismo. La besas al mismo tiempo que me masturbas a mi desde la distancia.
Estoy fuera de mí, el morbo me puede.
La pones contra el cristal y la acaricias con la mano libre. La otra está en mi.
Haciéndome sudar al calor de este día, deseando tenerte detrás de mi. Igual que lo estás de ella.
Las sensaciones son tan intensas que me tiembla el cuerpo. Subes y bajas la intensidad a tu antojo, te veo mirarme cuando la penetras y siento cada embestida en el vibrador. Fuerte, débil, fuerte, débil.
No puedo más. La velocidad aumenta al mismo ritmo que tú y lo siento cuando te corres. Porque está vez la fuerza dentro de mi es mantenida y paras en seco.
Agitada, temblando, sudando, excitada, cuando suena el teléfono de nuevo.
.”Quítate el vestido, abre las piernas y agárrate al alféizar. Te prohibo darte la vuelta”
Obedezco sin cuestionarlo ni un sg. Dejo caer mi vestido deslizándose por el cuerpo, me agarro y abro las piernas.
No han pasado ni cinco minutos cuando siento toda la vibración dentro de mi. Mi cabeza hacía atrás gimiéndole a la ciudad, cuando siento que me agarras del pelo, sacas violentamente el vibrador de mi interior y me penetras como un animal.
Me agarro con una mano a ti arañándote, era tanto el deseo, la necesidad. Te dejo embestirme sin mirarte, cuando veo que ahora es ella la que mira.
Me rio por tu juego y me excito más si cabe. Me exhibo antes ella que tiembla agarrada a la ventana. Nuestro placer en tus manos. Sin control, intenso.
Me follas una y otra vez cuando te digo que me voy a correr y sales de mi notando que estas entorpeciendo la salida de un mar de placer. Vuelves a penetrarme una y otra vez. Hasta que me dejas vacía, hasta que nos dejas vacías. Llenas de placer. Juego de tres