Miradas que hablan
Nuestras miradas se cruzan en la pista del local y bailamos y bebemos sin dejar de mirarnos. Siento un calor en el bajo vientre que empieza a escalar por todo mi cuerpo.
Una fuerza magnética me atrae hacia ti y empezamos a bailar sin siquiera hablar.
No quiero besarte, pero me excita sentir tu aliento en mi cuello.
Veo tu piel erizada con mis labios unos centímetros por encima de ella.
Puedo sentir como crece la excitación entre nosotros.
Siento nuestra respiración agitada bailando con mi boca frente a la tuya sin rozarse siquiera.
Siento que es un momento íntimo rodeados de otra gente.
Y entonces y solo entonces entrelazamos nuestras manos y nos besamos.
Cierro los ojos y escucho tus gemidos y los míos mezclados con la música y un montón de cuerpos bailando junto a nosotros.
¿Quieres ir a otra zona? Pregunto en un susurro junto a tu oído y sin soltar nuestras manos.