El reencuentro
Hacía tiempo que no nos veíamos, no nos sentíamos preparados para ello, solo fueron unos meses y ni siquiera era una relación como tal. Pero habíamos decidido quedar esa semana. Ahora los 2 teníamos parejas estables aunque abiertas, pero no queríamos que pasara nada sexual entre nosotros, teníamos un sexo fantástico, pero no buscábamos lo mismo. Llegó la tarde elegida y fuimos a tomar una cerveza donde la primera vez que quedamos, yo había vuelto por allí en muchas otras ocasiones y con otros hombres, tú, pues imagino que también habrías vuelto muchas veces con otras compañías.
Nos vimos y nos dimos 2 besos mientras notaba como se encogía un poco mi corazón.
Empezamos a hablar, la conversación entre nosotros siempre fluía sola y en un momento me recordaste aquel primer encuentro y yo intenté cambiar de tema.
Me pediste que te acompañara a tu casa a recoger algo que debías llevarte y acepté. Vivías cerca.
Entrar de nuevo en aquel portal, coger el ascensor, tu casa que había presenciado tantos juegos sexuales entre los 2 me llenó la cabeza de recuerdos.
Me senté en tu sofá a esperarte, ese sofá en el que también habíamos disfrutado tanto.
Uno de tus gatos vino a olerme y lo agradecí. Se tumbó sobre mi y cuando saliste con los papeles vi cómo me mirabas y supe que tú también tenías esos recuerdos.
Te sentaste a mi lado y acariciaste a tu gato dejando tu cara cerca de la mía, me giré y nos miramos a los ojos, el deseo inundaba los de ambos, así que decidí levantarme prácticamente temblando, recordando tus cunnilingus, tus gritos con mis mamadas.
"Tal vez no ha sido buena idea acompañarte"
Notaste mi nerviosismo y te levantaste también, soltaste los papeles y me abrazaste desde detrás
"Aún te echo de menos" no quería mirarte.
" Yo a ti también "
" Y xq nos hacemos esto?"
" Lo sabes" te respondí mientras una lágrima bajaba x mi mejilla.
Me diste la vuelta y empezamos a besarnos como si no existiera nada más en el mundo, como siempre que estábamos juntos y fuimos hacia tu habitación.
"No puedo" te dije
"Solo es sexo"
"Sabes que no"
Entonces apartaste la mirada, sabías que tenía razón. Volviste a mirarme
"No pasará nada que no quieras, lo sabes"
"Pero claro que quiero "
Volvimos a besarnos y nos tiramos en tu cama quitándonos la ropa dejándola en cualquier parte a pesar del frío.
Tu lengua fue directa a mi clítoris y la mía a tu polla.
Me corrí y te pusiste sobre mi cogiéndome de las muñecas para inmovilizarme, como si eso fuera necesario.
Besabas mi cuello y mis zonas erógenas, las conocías tan bien... era como volver a casa.
Quería seguir y seguimos, sentirte dentro de mi hizo que gimiera fuerte. Me diste la vuelta mientras me dilatabas x detrás sin olvidar seguir tocándome por delante. Era tuya. Te disfrutaba por detrás, por delante, me diste la vuelta y empezaste a comerme mirándome, recordando cada parte de mi, cada ruido y mis preferencias por los juguetes, pero ese día no los utilizamos, queríamos rozar nuestras pieles, ansiábamos follar, besarnos, tocarnos, chuparnos.
Cuando los 2 alcanzamos el orgasmo nos miramos sonriendo sabiendo que volvíamos a un punto ya pasado, sin arrepentimiento, me dejé abrazar x ti, desnudos, tumbados en tu cama y nos dormimos olvidando el resto del mundo, como si el reloj se hubiera detenido.