Bodypaint

Fuimos las primeras en apuntarnos a una nueva quedada en grupo, era temática. Disfraces de superhéroes y villanos.
Yo quería ir de Catwoman, tú de Wonderwoman.
De repente se me ocurrió xq no hacer mi disfraz con bodypaint y te lo dije, te viniste arriba y quisiste que el tuyo también lo fuera.
Fui preparando los bocetos de los maquillajes de las 2. Necesitaría tu ayuda para mí espalda, pero no era nada difícil y sabía que podrías hacerlo.
Llegó el día y quedamos en mi casa para no llevarme todos los maquillajes y aguacolores a cuestas.
No había nadie en casa y yo ya había terminado el maquillaje de mi máscara y el resto de mi cara. También una diadema con unas orejas en negro.
Te abrí con un batín sin nada más que un tanga negro debajo.
Me miraste y empezaste a emocionarte con la idea de que empezara contigo.
Te acomodaste donde te dije e hice que pasaras a quitarte la ropa para no mancharte y dejarte otro batín como el mío.
Empecé a maquillarte estilo cómic con algunas rayas blancas para dar profundidad a algunas zonas.
Yo estaba ensimismada en mi trabajo, y aunque teníamos la música puesta apenas la escuchaba, tal era mi concentración.
Ya casi estaba tu cara cuando me detuviste y me quedé parada.
• ¿Qué pasa? ¿Quieres un espejo ya?
Reíste con esa risa contagiosa que provocaba esa sensación de mariposas en mi estómago.
• Que yo así no puedo concentrarme- me dijiste.
• ¿Así cómo?
Me señalaste y vi mi batín abierto x completo con mis pechos al aire.
Me reí y te pedí que me dejaras acabar tu cara, para pasar al cuerpo.
Me acerqué a pintar tus labios, estábamos una frente a la otra. No me di cuenta de que habías cogido una de mis brochas y el color negro.
Te deshiciste del cinturón de mi batín y pasaste la brocha negra x mi pecho haciendo que mis pezones reaccionaran, así que desabroché la tuya y te di una pincelada dorada en el tuyo provocando la misma reacción.
Empezamos a reír y nos quitamos los batines.
Me pediste empezar a pintarme de negro, yo ya tenía hecho el boceto de mi cuerpo con un lápiz marrón. Me tumbé y empezaste a maquillarme sentada a horcajadas sobre mi.
Nuestros clítoris siempre se adaptaban a la perfección y con tus brochazos con el maquillaje yo estaba cada vez más cachonda, así que cogí otro pincel para maquillarte a ti.
Ya estábamos besándonos, tus besos eran dulces y apasionados. Y tu sonrisa y tu mirada cuando estabas caliente me desarmaban.
Dejamos los pinceles para untarnos la pintura con las manos, el pecho, la parte interna de los muslos, yo ya estaba lubricada y como llevábamos aún los tangas nos los quitamos.
Primero quise lamer tus labios vaginales, notaba el clítoris duro, esperando, pero quería recrearme con ellos, introducir mi lengua en ti, saborearte y hacer que arquearas hasta sentir tu corrida en mis labios, lamer hasta la última gota.
Tus gemidos eran escandalosos y me encantaba escucharlos.
Me giraste y parecía que amasabas mis nalgas, nunca podías resistirte a ellas. Me diste la vuelta y esta vez era mi coño el que lamías, mordías y mis manos volvían a tus perfectos pechos, con una amalgama de colorespor el efecto de la pintura corpo. Me moría de ganas de morder tus pezones y saborearlos. Pero mis piernas empezaron a temblar, eras la persona con la que más fácilmente me corría e hiciste como yo, saborearme mientras de vez en cuando me mirabas y oías mis gemidos.
Empezamos a gatear x el piso como por un ring en una lucha de barro, pero sin dejar de reírnos y de seguir intentando cogernos la una a la otra .
De repente nos miramos y echamos a reír mirándonos la una a la otra.
Ya no teníamos disfraces.
Éramos como un cuadro abstracto y te propuse ir a ducharnos juntas y empezar de nuevo con los disfraces.
Te hiciste la difícil, lo que nos gustan unas risas y el sexo...
Aceptaste al fin y mientras yo te enjabonaba, para dejarte bien limpia, x suerte aún no estaba nada sellado y salía fácilmente con agua, entre caricias y más deseo nos fuimos deshaciendo de colores y fluidos por el desagüe.
Salimos desnudas, nos secamos un poco y peinamos con suavidad la una a la otra.
• Vamos a la cama hasta que nos sequemos bien o el color no cogerá bien.al tener ya agua en el cuerpo- te dije.
Te vi sonreír de medio lado y seguirme hasta la habitación.
No sabía si acabaríamos en la fiesta de disfraces o no, pero nos lo estábamos pasando de maravilla y aquello prometía mucho más.