SOLA

Esta noche estoy sola en casa. Los niños están en casa de sus abuelos y mi marido en una cita.
Y justo nos ha llegado la puerta nueva del armario de nuestra habitación, es un espejo y es enorme, del suelo al techo.
Qué ganas tenía de una noche para mi.
Después de una ducha y una cena ligera, me pongo un precioso conjunto de ropa interior negra con encaje y una pequeña cadena que baja por mi espalda y acaba en un pequeño brillante. Encima mi nuevo camisón rojo transparente y una de mis listas favoritas de Spotify con el volumen alto.
Me subo a la cama y me siento delante del espejo.
Empiezo a mirarme, me guiño un ojo a mi misma y mirando los juguetes que tengo por encima de la cama decido que hoy no quiero juguetes, hoy quiero disfrutarme yo, con mi tacto, mi sabor y mi vista.
Me pongo de pie en la cama y empiezo a bailar y cantar mientras suena "La Bicha " de Bebe.
Mientras no dejo de mirarme en el espejo, él es mi aliado esta noche.
Empiezo quitándome mi bonito camisón y lo tiro a cualquier parte.
Me pongo de rodillas, con las piernas entreabiertas y bailo con mi cabeza haciendo volar mi pelo húmedo hasta rozar de nuevo con él mi piel. Hoy mis sentidos están a tope y ese roce húmedo hace que mis pezones se pongan erectos bajo el sujetador.
Vuelvo a mirarme y sonrío, me gusta lo que veo. Me siento sexy, poderosa, dueña de mi propio placer, de mis sentidos.
Sin dejar de bailar empiezo a quitarme el sujetador y lo sostengo delante de mí, metiendo la cadena de la espalda en mi boca. Me gusta su tacto frío. Lo saco junto a mi lengua y me veo hacerlo, me gusta. Y tras soltarlo acaricio mis pechos y pellizco mis pezones. Me recreo un rato con ellos y sigo bailando hasta quitarme también mis bragas que también lanzo a cualquier lugar.
Meto dos dedos en mi boca y se van directos a mi clítoris mientras con la otra acaricio mi pelo y cierro los ojos para acariciar mi cara.
Me siento en el borde de la cama para poder ver mejor mi coño mientras juego con él.
Ahora subo y bajo por mis labios vaginales y un gemido sale de mi boca.
Empiezo a lubricar y meto dos dedos decidida a estimular por dentro todo para ver qué me gusta más. También pienso en cómo será hacerlo la próxima vez a otra mujer después de esta exploración. Me encanta compartir esos estímulos con otra mujer...
Noto esa zona rugosa de la que tanto hablan últimamente y empiezo a palparla con cuidado, en círculos, a golpecitos y con un movimiento de sube y baja que creo que me gusta más.
Mis ojos se entornan y mi boca suspira de placer. Un poco más rápido, y más, me gusta esta sensación y ya no escucho la música, solo mi respiración agitada, mis jadeos y gemidos y ese sonido a agua que chapotea dentro de mí. Estoy muy excitada y no puedo parar, me gusta verme y de repente ese agua sale fuera de mi, como si no aguantara más ahí dentro. Mi espalda se arquea y necesito tumbarme un momento. Ya limpiaré luego...
Sigo acariciándome tumbada. Mojo de nuevo mis dedos en mi boca y bajan por mi pecho y mi estómago, acarician mis caderas y la parte interna de mis muslos, un escalofrío me recorre entera y esta vez sí voy directa a mi clítoris y con destreza muevo mis dedos en pequeños círculos que me hacen volver a escucharme, hasta que mi otra mano sigue acariciando mi cuerpo y empiezo a temblar. Me cojo a las sábanas y dejo que el orgasmo me inunde todos los sentidos. Es un momento maravilloso, sentirte dueña de ti, de tu placer, de tu cuerpo...
Decido descansar unos minutos mientras suena otra canción que me encanta "Tocarte" de C. Tangana.
Me entra la risa, qué canción tan apropiada.
Estoy sudando. Me fumo un cigarro mientras sigo cantando y vuelvo a mirar mis juguetes por la cama.
Creo que después de mi autoexploración también se merecen un rato de marcha.
Termino mi cigarro y empiezo a decidir cuál voy a utilizar primero.
Desvío mi mirada hacia el espejo y veo como brillan mis ojos y me devuelve esa sonrisa rebelde que escapa de mis labios.