La noche
Me acosté aun sabiendo que no iba a poder dormir Cerré los ojos buscando los brazos de Morfeo, pero mi mente solo me llevaba a brazos en los que me había sentido cómoda, acompañada, atrapada en juegos exquisitos
Cuerpos que me habían enseñado que era fácil dejarse llevar, subir al cielo y descender a los infiernos del placer
Mentes que habían hecho que mi ropa cayera prácticamente sola al suelo
Ojos que me miraban con deseo, con fuego
Bocas ardientes de lenguas juguetonas que me habían hecho arder a cada roce
Dedos que acariciaban mi cuerpo como si pudiera romperse y dedos que quedaban marcados por la fuerza con la que me sostenían contra la pared
Piernas que se enroscaban con las mías en posturas imposibles hasta llegar a un infinito placer
Voces susurrando, gimiendo, gritando mi nombre una y otra vez
Pechos turgentes de pezones erectos que mis manos acariciaban con dulzura
Pollas duras, preciosas, deliciosas de mil y un sabores
Culos de mujeres que adoraban los azotes que mis manos seguras les daban
Culos de hombres que disfrutaban mientras jugueteaba con su punto P
Clítoris hermosos y calientes deseosos de ser besados por mi lengua
Espaldas esperando mis arañazos, mis uñas clavadas en ellas al sentir el ardor del deseo y el placer
Había sido una semana de juegos y sexo maravillosa
Y solo podía pensar en que no quería pasar esa noche sola mirando al techo y pensando
Cogí mi móvil y empecé a pasar los nombres de la agenda
Hice una llamada y en 20 minutos sonó el timbre de mi casa
La noche alberga secretos que muchas veces no te permiten dormir
Pero te permiten jugar hasta caer rendida
Sin nombres, sin promesas
Juegos de mayores para experimentar