El erotismo del paisaje
Eran unos bonitos años, éramos libres y cada uno de un lugar diferente que sin buscarlo hicimos familia.Teníamos nuestra escapada, mi amigo Aingeru y yo que eramos los únicos vascos siempre estamos juntos.
Y él fue quien me enseñó,
La cala de Maro un pueblito pequeño a 2 o 4 km de donde se grabó verano azul.
Sentado en una roca y en armonía con el todo, estaba sólo yo lo quise esperarlos aquí. Había luna creciente casi para llena. La luz dibujaba pequeños destellos como si millones de diamantes estarían flotando en el mar. Al lado izquierdo se dibujaba un barranco de piedra desgastadas y afiladas puntas que la más tan fuerte se comía a cada oleaje. Se veía su contorno perfectamente por la humedad que la pared tenía, a la derecha también un hermoso barranco aún más espectacular,ya que la altura te hacía sentir pequeño......la arena ya oscura y fría que con golpes de brisa se levantaba. Los pequeños diamantes se formaban sin patrón no tenían un sentido para brillar, hipnotizado veía cómo ése kaos se iba juntando hasta formar un brillo espectacular con la luz de la luna, se puede ver esa pequeña línea de miles de brillos ahora unidos en una onda de parte a parte de la preciosa cala.
Entonces la mirada sin pensamiento, Pura meditación, se quedaba fija en el movimiento que hacía crecer el oleaje, brillos, espuma , una capa brillante y transparente arriba de cada ola......
El sonido ya dentro de mí después de llevar 10 días con la brisa te hacía ser uno más en la naturaleza. Iba subiendo la ola de altura al acercarse a la orilla y hacer que su interior roze el suelo para frenar por abajo y aumentar la velocidad en la cresta.......El poder del mar tan bonito y brutal que al caer la ola retumba entré los acantilados el gran y fuerte sonido más agudo que ningún grito en ése preciso momento.
Relajación mezclada con el miedo a la naturaleza tan buena y fuerte si la molestas...... volvieron de hacer el espectáculo de malabares y música.
Yo había preparado una manta y debajo los sacos de dormir para hacer de alhomada .
Cuando ya todos estábamos tumbados mientras leían, descansaban yo estaba sentado a tu lado...... que bonito momento al ver tu fijura dibujada por tu piel húmeda de el justo sudor cómo para empezar a recorrer tu cuerpo por los pies. De noche y el perfil era fluorescente como mí dedo.
Tenía una pequeña capa de cristal de agua que parecía estar envuelta el polvo de estrellas. No vi su cuerpo, no, mejor veía la punta de mi dedo brillar por el contorno de tus pies una fina capa de magia y sudor. Todo en silencio mientras ella leía. Mis dedos subían guiados por el brillo de plata de su contorno, el oleaje no dejaba espacio para el sonido. Arena, un cuerpo destaca por su parte superior cómo si con un rotulador de plata estaría pintado. Cuando se relajó me separé, a escuchar el zambombazo de las olas, me di cuenta que somos un rato un momento como el que vivía.
Parecía que el mar me hablaba en forma brusca y atractiva.
Me heche más atrás, quería estar solo con la cala, hablar con ella, con la luna mirar al cielo en cada ola rompiendo.
Erotismo natural y exuberante.
I.B