Hace muchos años me pasó lo que relata
@*****a45. Me dejaron el libro
LO QUE EL VIENTO SE LLEVO, de Margaret Mitchell. Me lo leí casi sin parar. Me encantó el argumento.
Ya me imaginaba yo como Escarlata O’Hara galopando a caballo, vistiendo esos maravillosos vestidos… Sabía que la película la interpretaba Clark Gable, así que me imaginaba a Rhett Butler sin ningún problema…
Al cabo de un tiempo me entero que echan la película en el cine y le suplico a mi madre que me deje ir. Planifico ir con mi amiga y nos llevamos un montón de pañuelos porque pensamos que íbamos a llorar….
Y lloré, vamos que si lo hice…. ¡La película no era como el libro!, se había comido personajes… Habían cambiado diálogos… Salí del cine hecha una furia, despotricando contra quien hubiera hecho semejante salvajada con la novela…
Me prometí a mi misma no volver a ver una película de la que ya hubiera leído el libro. No volvería a sentirme decepcionada nunca más.
Ahora, como mucho, leo el libro después de ver la película, pero nunca antes.