CLUB DE LECTURA FANNY HILL
Saludos a todos, os cuelgo aquí el foro previo sobre el libro para refrescaros la mente:La Mujer y su Sexualidad: Fanny Hill
Vamos a la carga...
@*******rers
@*********zaria
CLUB DE LECTURA FANNY HILL
La estructura del libro se compone de dos cartas en las que la protagonista escribe sus aventuras y desventuras amatorias a una mujer desconocida para así justificar su comportamiento.
Acto seguido, tras leer el libro, os expongo mis observaciones. Lógicamente se desvela todo el libro porque esto es un club de lectura sobre el mismo y hemos venido a exprimirlo, cada cual con sus propias reflexiones.
Es muy posible que se me escapen demasiadas cosas ya que empecé a leerlo cuando lo comenté en el foro, por septiembre, pero supongo que nos podemos complementar entre les diferentes lectores.
En un primer acto y tras dejar a la pobre muchacha desvalida aquella que iba a ser su mentora, en medio de la nada, la recoge una dama y la lleva a su especie de posada, espacio libertino que para ser una muchacha de 15 años es avispada y entiende a la perfección de qué lugar se trata.
Es curioso como la introducen en este mundo, o lo pretenden a través de Phoebe una trabajadora del lugar. Es una doma previa, en la que más bien la tutora comprueba el material, mostrado lo más cercano en el libro al sexo lésbico. John Cleland no se pronuncia mucho sobre el tema.
En la escena que le obligan a permanecer en un cuarto con el primo de la madame, que desde primeras le echó el ojo para él, el tipo, un viejo y feo en cuestión, se queja por la ausencia de virginidad de la campesina, cosa que no es cierta. Pero como es avispada, parece que sabe más de lo que realmente conoce.
Ella entiende que ha sido criada y no educada y comprende la necesidad de convertirla en aquel espacio en una de ellas. Decide escapar con un muchacho del que se enamora locamente desde el principio. Y es entonces cuando pierde su virginidad. El autor hace alusión al derramamiento de sangre y el dolor y cómo el muchacho en principio desconocía la situación. Poco a poco se va recuperando y ponen en práctica su pasión en varios actos. Cambia de lugar en una pequeña pensión y allí sigue viviendo como pareja. Pero el muchacho tiene un problema en la familia, un padre envidioso que lo envía a luchar a la marina por cuatro años para poder obtener él la herencia. Y la protagonista se queda de nuevo sola y desvalida.
La casera de la pequeña pensión, a la que debe bastante dinero, decide venderla a un señor de la aristocracia para solventar sus deudas. El señor H, hombre maduro con el que descubre nuevos placeres, la cuida como una reina, e incluso la vitalidad de éste caballero, a pesar de su edad, la tiene agotada. El tipo debido a sus apetencias, le inquieta la curiosidad del goce que le reportaría la sirvienta, y la protagonista se entera, por lo que decide serle infiel con un joven humilde que acude a la casa a llevar las cuentas. Un muchacho virgen y con un pene considerable que le genera hinchazón en sus labios mayores y lo que ella teme incluso el descubrimiento de tal deformación cree que podría ofender, sin embargo le reconforta saber que es algo que excita, junto a la estrechez interna femenina, como refiere en el libro. Hace comparaciones sexuales con la gastronomía en éste encamamiento según va descubriendo nuevas experiencias.
Señor H le echa de casa al enterarse de la infidelidad por adultera, a pesar de reconocer su propia infidelidad con la criada. En este espacio hace reflexiones sobre las clases y los goces, hay un desequilibrio con respecto a la superioridad por posición y cultura por parte del señor H, que remarca el autor.
Digamos que partiendo de aquí se genera la segunda carta en la que tras pedir perdón al señor H y no obtener buenos resultados se incorpora a una casa de citas, elegante y discreta camuflada con una sombrerería, pero es realmente el momento en el que se dedica a la prostitución, como cortesana siempre. Y donde recalca la hermandad entre las muchachas que allí prestan sus servicios y como la madame ejerce de madre y amiga. Quiere aclarar la protagonista en la carta como el goce se escapa entre las palabras y no puede transmitir todo quedando cosas en el tintero.
En aquel lugar se realiza un ritual de iniciación y es aceptada por todas ellas en una prueba pública sin hacer referencias a lo que es una orgía puesto que cada oveja va con su pareja. Previamente cada una de ellas hablan de su descubrimiento del sexo en un relato. Algunas definiciones sobre el pene de las cortesanas son divertidas. Penacho negro y musgoso, del que parecía surgir una cosa blanca, redonda, blanda y cimbreante, que oscilaba en todas las direcciones aunque no hubiera corriente ni remolinos.
En aquella hermandad encuentra un muchacho espontáneo y joven, divertido, pero al tiempo se va. A partir de ahí transcurren diversas historias con diversos hombres variopintos. Se hace pasar por una virgen, cosa que consigue. Por otro lado se mete en la aventura del BDSM a pesar de que la madame no quiere porque la tiene en buena estima y vela por su bienestar. Para ella es todo un reto pero en ningún momento muestra sumisión, que en cuestión es lo que pretende el tipo. Hay latigazos, sobre todo refleja eso el autor y bastante dolor que en algún momento puedo sentirlo como goce, pero es sólo un atisbo. En un momento hace alusión al shibari aunque no con ese nombre, y dice así El apetito requería la brida y no la fusta.
Si bien parece tolerante la protagonista con todas y cada una de las apetencias carnales, hasta que llega el delicado tema de la homosexualidad. Muy mal tolerado por la protagonista que acude a la madame amiga y consejera para hablarle de una situación vivida de cerca con un desconsuelo exagerado aludiendo a la contranatura. Parece más bien cosas del autor en primer plano, que describe de forma irónica cómo la madame asiente a lo que le dice la muchacha riéndose en parte de la ignorancia de la protagonista.
Uno de los momentos, corto pero interesante es como alude al orgasmo y refiere la petite morte como crítica agonía. Otras aventuras de una compañera, que describe con tolerancia pero con inquietud, es el abuso de un muchacho deficiente por parte de una de las cortesanas, aunque hay un disfrute por parte de ambos pero lo trata con reparo.
Otro aristócrata adinerado le retira de la sombrerería para convivir con él como su querida. Adquiere una buena herencia tras la muerte del anciano (de unos 60 años pero de salud delicada) y decide marchar de allí y recorrer algo de mundo cuando en un lugar campestre apartado, encuentra su primer y único amor, empobrecido y de vuelta de luchar. Había indagado previamente y algo sabía de él, tal vez por eso su marcha. Y entonces entiende que sólo quiere estar con él y trata de defender todo lo que ha hecho para sobrevivir y para poder mantenerlo con la herencia obtenida. Quiere dar un mensaje moralizador en el último momento del libro teoriza sobre vicios y virtudes, realzando el amor por encima del sexo, tal vez ese sello era necesario para que el puritanismo británico no le molestara a la hora de poder publicarlo.