Observaciones - 20220109
Como carecía de pretensiones intelectuales, nunca decía nada importante sin acompañarlo con una sonrisa que, dándole un barniz de frivolidad, lo ponía al alcance de todos. Así comunicaba ingenio a los que no sabían que lo tuvieran y que, a cambio, la amaban hasta la adoración. En última instancia, una bella sin inteligencia no ofrece al amante ningún recurso tras el goce material de sus encantos; una fea que brilla por su inteligencia enamora a un hombre a tal punto que no le deja nada que desear. Que pregunten a una mujer bella pero poco inteligente si no querría dar alguna porción pequeña de su hermosura a cambio de un poco más de inteligencia. Si es sincera responderá que está satisfecha con la que tiene. ¿Por qué está satisfecha? Porque como tiene poco no puede comprender lo que le falta.
Giacomo Casanova