Ensoñaciones

… en un sueño en nada inferior a los encantos de la realidad, Henriette se me aparece sonriendo y … me habla en estos términos:

«Para destruir todos los ofensivos sofismas que has amontonado, vengo a decirte que te amo, y a probártelo. No conozco a nadie en Parma, no estoy loca ni desesperada, y sólo te quiero a ti».


Tras haber pronunciado estas palabras, no me engaña: se deja llevar por mis arrebatos amorosos, que los suyos excitaban.

En sueños de esta especie, el soñador suele despertarse un momento antes de la crisis. La naturaleza, celosa de la verdad, no permite que la ilusión vaya tan lejos. Un hombre que duerme no está completamente vivo, y debe estarlo en un instante en el que puede dar vida a una criatura semejante a él mismo. Pero, ioh prodigio! no me desperté y pasé toda la noche con Henriette entre mis brazos. iPero qué largo sueño! No pude reconocerlo por sueño hasta que, en el momento de despertarme, lo obligué a desaparecer. Durante un largo cuarto de hora permanecí inmóvil y atónito resumiendo las circunstancias en mi asombrada memoria.


Giacomo Casanova