La mujer en el mundo del arte y la cultura

*****i77 Mujer
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La mujer en el mundo del arte y la cultura
A lo largo de la historia la mujer desempeñó un papel en el arte y la cultura significativo y de continua evolución, a pesar de que las conocemos como musas o modelos u otro tipo de roles pasivos, todos ellos siempre detrás de los hombres.
Pero también en estos campos hubo mujeres que buscaron cambiar la historia y adquirir los roles artísticos y culturales que desarrollaban y les pertenecían.
Los primeros lugares siempre eran ocupados por hombres pero muchas de ellas continuaron luchando por ser reconocidas por su talento en lo que hacían .
El valor económico de la obra de una mujer siempre fue inferior a la atribuida a las de los hombres, pero ello no las detuvo.
Una de las primeras manifestaciones artísticas, efectuadas por una mujer, se remonta a la Edad Media, al Siglo X.
Desde entonces ha llovido mucho y nos gustaría que nos hablárais de mujeres que admiráis y que forman parte de la cultura a día de hoy y desde siempre.
Queremos dedicar este espacio a libros escritos por mujeres  o sobre ellas. A esas mujeres artistas que han luchado o luchan a través de sus cuadros, su música, o cualquier otro abrazo a la cultura por hacer un mundo más igualitario rompiendo estereotipos cada vez más desfasados.
Os agradecemos vuestra participación en estos foros y esperamos que os animéis a compartirlas con todos nosotros.
Genial... @*****i77
*******o_66 Hombre
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Yo propongo a Maria Moliner para que busquéis sobre su figura.
Buenas genial propuesta, os comparto a LOUISE BOURGEOIS. Una artista conocida quizas por la araña del guggenheim bilbao. Però tiene obras en relación a la libertad, muy interesantes.
*****i77 Mujer
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Hoy he empezado a ver la serie de Movistar+ Mi vida perfecta o La vida perfecta y aprovecharé para decir lo mucho que admiro a Leticia Dolera que pasó de ser una chica guapa que salía en series o películas a dar argumentos feministas que le hicieron perder muchas llamadas de teléfono y contratos. Entonces decidió reinventarse y estar delante y detrás de las cámaras como directora y guionista si no recuerdo mal incluso algún libro que aún no he leído. Para mí se ha convertido en un referente actual sobre rl feminismo y la lucha por la igualdad. Además sus guiones me parecen muy buenos
*****i77 Mujer
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Cita de *******o_66:
Yo propongo a Maria Moliner para que busquéis sobre su figura.
Gracias, me ha encantado leer su historia no la conocía y he quedado gratamente sorprendida y encantada. Os animo a hablar sobre la persona que proponéis, explicando brevemente al menos qué es lo que admiráis de ellas y porqué consideráis que merece su lugar en la cultura de la mujer ❤❤

María Moliner nació en Paniza (Zaragoza) el 30 de marzo de 1900 en el seno del matrimonio formado por Enrique Moliner Sanz, médico rural, y Matilde Ruiz Lanaja. Era un ambiente familiar acomodado en el que los tres hijos que superaron los entonces frágiles años de la infancia —Enrique, María y Matilde— cursaron estudios superiores. 

En 1902, según testimonio de la propia María Moliner, padres e hijos se trasladaron a Almazán (Soria) y casi inmediatamente, a Madrid. En la capital, según sus propias palabras, los pequeños Moliner estudiaron en la Institución Libre de Enseñanza, donde fue, al parecer, don Américo Castro quien suscitó el interés por la expresión lingüística y por la gramática en la pequeña María.

Los primeros exámenes del bachillerato los hizo  como alumna libre en el Instituto General y Técnico Cardenal Cisneros de Madrid (entre 1910 y 1915). En julio de 1915 pasa al Instituto General y Técnico de Zaragoza, del que fue alumna oficial a partir de 1917 y donde concluyó el bachillerato en 1918. 

Entre 1918 y 1921 cursó la Licenciatura de Filosofía y Letras en la universidad de Zaragoza (sección de Historia) obteniendo sobresaliente y Premio Extraordinario.  

En 1922 ingresó por oposición en el Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, y obtuvo como primer destino el Archivo de Simancas.  

Tras una breve estancia en Simancas, María Moliner pasa al Archivo de la Delegación de Hacienda de Murcia. Será en esa ciudad donde conocerá al que fue su marido, D. Fernando Ramón y Ferrando, catedrático de Física. La pareja contrae matrimonio en Sagunto, el 5 de agosto de 1925. Es la unión  de dos intelectuales comprometidos con su vocación y con la sociedad en la que viven, a la que tratarán de dar lo mejor de sí mismos.  

A principios de los años treinta, la familia se traslada a Valencia, Fernando, a la Facultad de Ciencias; María, al Archivo de la Delegación de Hacienda de esa ciudad.  La etapa valenciana cubre el período de su mayor plenitud vital. En ella se produce el nacimiento y la crianza de sus dos hijos pequeños, se encarga de la atención de la casa, continua desarrollando su vida profesional, y, sobre todo, comienza su participación en las empresas culturales que nacen con el espíritu de la II República.  

En primer lugar hay que destacar su colaboración  en la Escuela Cossío, inspirada claramente en la Institución Libre de Enseñanza. María Moliner enseñó en ella Literatura y Gramática, y, además, formó parte de su Consejo Director, como vocal, y de la Asociación de Amigos para su apoyo, como secretaria. 

Prestó asimismo, su colaboración entusiasta a las Misiones Pedagógicas de la República, ocupándose de la  organización de las bibliotecas rurales. De hecho, escribió unas Instrucciones para el servicio de pequeñas bibliotecas que se publicaron sin nombre de autor en Valencia en 1937. Estas indicaciones fueron muy apreciadas, tanto en España como en el extranjero y su presentación preliminar —«A los bibliotecarios rurales»— constituye una pieza conmovedora y un testimonio fehaciente de la fe de la autora en la cultura como vehículo para la regeneración de la sociedad. 

En esta etapa de su vida ocupó puestos importantes de responsabilidad en el terreno de la organización de las bibliotecas populares. En 1935, en el II Congreso Internacional de Bibliotecas y Bibliografía presentó una comunicación con el título «Bibliotecas rurales y redes de bibliotecas en España».

En septiembre de 1936 fue llamada por el rector de la Universidad de Valencia para dirigir la Biblioteca universitaria, pero, ya en plena guerra civil, a finales de 1937, hubo de abandonar el puesto para entregarse de lleno a la dirección de la Oficina de Adquisición y Cambio Internacional de Publicaciones y para trabajar como vocal de la Sección de Bibliotecas del Consejo Central de Archivos, Bibliotecas y Tesoro Artístico.

La lucidez y capacidad organizativa de María Moliner van a quedar plasmadas en las directrices que redacta como Proyecto de Plan de Bibliotecas del Estado, las cuales se publicarán a principios de 1939 —Pilar Faus (La lectura pública en España y el Plan de Bibliotecas de María Moliner, Madrid, Anabad, 1990.) considera dicho proyecto «el mejor plan bibliotecario de España» (op. cit., p. 132)—. 

Al término de la guerra civil tanto María como su marido y amigos sufren represalias políticas. Muchos de ellos se exilian. Fernando Ramón y Ferrando es suspendido de empleo y sueldo, trasladado a Murcia (1944-1946) y rehabilitado en Salamanca a partir de 1946, donde permanecerá hasta su jubilación en 1962.  

Por su parte, María Moliner es depurada y sufre la pérdida de 18 puestos en el escalafón del Cuerpo Facultativo de Archiveros y Bibliotecarios, aunque los recuperará en 1958. En 1946 pasará a dirigir la biblioteca de la E. T. Superior de Ingenieros Industriales de Madrid hasta su jubilación, en 1970. 

En esta nueva etapa de su vida, particularmente cuando se instala en Madrid, criados ya sus hijos y separada físicamente de su marido una buena parte de la semana, María Moliner encontrará el tiempo para dedicarse a su interés intelectual más profundo: la pasión por las palabras.  Será entonces cuando comience, hacia 1950, el Diccionario de uso del español que publicará la Editorial Gredos entre los años 1966 y 1967 en 2 volúmenes. Una obra que ha conocido, en esa primera edición, veinte reimpresiones, que ha sido editada en CD-ROM en el año 1995 y que ha sido reeditada en una segunda edición, revisada y aumentada en 1998.

María Moliner representa, sin duda, todo un estilo de "ser mujer en el siglo XX": pertenece al grupo de las pioneras universitarias que ejercen, además, una profesión. Claramente inteligente, y, al mismo tiempo, vigorosamente responsable y generosa para con los demás. Sencilla, espontánea en sus reacciones y elegante, al no ser elegida académica en 1972, María Moliner recibió su jubilación tan discretamente como había vivido, gozando con los pequeños detalles cotidianos.

Las notas tristes de sus últimos años fueron la muerte de su marido y su terrible enfermedad. Una arteriosclerosis cerebral la privó de su lucidez desde 1975  hasta su fallecimiento, el 22 de enero de 1981.

Información sacada de la siguiente página web
https://www.ugr.es/~anamaria … /biografia_maria_moliner.htm
*****i77 Mujer
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Cita de *****s81:
Buenas genial propuesta, os comparto a LOUISE BOURGEOIS. Una artista conocida quizas por la araña del guggenheim bilbao. Però tiene obras en relación a la libertad, muy interesantes.
Gracias también @*****s81 por dar a conocer a esta artista que, efectivamente, al menos yo, sólo conocía por la araña del Guggenheim. Una vida dura y unas maravillosas obras.

“El arte es garantía de cordura. Es lo más importante que puedo decir”. Estas palabras son un fiel reflejo de lo que la artista Louise Bourgeois (1911-2010) experimentó durante su vida. Considerada una de las creadoras más influyentes, poderosas y profundas de los siglos XX y XXI, Bourgeois no dejó de trabajar en su imaginario artístico particular hasta prácticamente el día de su muerte, a los 98 años de edad. Fuertemente influenciada por sus experiencias vitales, su infancia y su entorno familiar, su obra despliega un corpus creativo de altísimo nivel que se divide en cientos de formatos, materiales e historias. Las obras de Louise Bourgeois no son mera plástica ni espectáculo vacío: son relatos personales que se extienden a todo el colectivo de seres humanos, exhibiendo de forma impúdica sus sentimientos más profundos para llegar al fondo del espectador. Sus famosísimas arañas, sus perturbadoras celdas y sus poéticos e inquietantes grabados conforman una trayectoria vasta, única y fascinante, que trasciende las fronteras de la razón y la cultura para alcanzar el yo íntimo de quien las contempla y penetra.
Una infancia tejida alrededor de la familia

Louise Joséphine Bourgeois nace en París en 1911, en una familia estrechamente relacionada con el negocio textil: sus padres poseían una galería y un taller con telares donde se confeccionaban, restauraban y vendían tapices. Esta circunstancia marca profundamente el trabajo de la creadora, que a lo largo de su vida incluirá tejidos, cordeles, lanas y redes en gran parte de sus obras. El entorno familiar que rodea a Louise Bourgeois es acomodado y protector, pero al mismo tiempo inestable: en 1921, su madre Joséphine contrae la gripe española y cae gravemente enferma. Tan solo un año después, la familia contrata a la joven Sadie Gordon Richmond para trabajar como profesora de inglés. Sadie se convierte en la amante de Louis, el padre, y pasa temporadas viviendo en la casa familiar. Esta complicada situación afectará al carácter de Louise, que durante toda su vida experimentará un profundo sentimiento de abandono y un intenso miedo a la pérdida de sus seres queridos.

Con solo 12 años, su padre le pide que empiece a colaborar con el negocio familiar creando dibujos para los tapices. La artista en ciernes combina este trabajo con su educación y con las temporadas que dedica a cuidar de su madre, quien sufre varias recaídas y fallece en 1932. Ese mismo año, Louise se gradúa con honores en Filosofía. La muerte de su madre hace que caiga en una fuerte depresión de la que decide salir a través del arte: deja los estudios y entra en contacto con los talleres que entonces bullían en Montparnasse y Montmartre. En 1938 estudia con Fernand Léger; ese mismo año se desvincula del todo del negocio familiar y abre su propia galería de arte. Es también el año de su matrimonio con el historiador de arte Robert Goldwater, con quien se muda a Nueva York.
La artista en Nueva York. El comienzo de la escultura

Una vez en Norteamérica, Louise Bourgeois se enrola de inmediato en la Art Students League y se interesa por el grabado, técnica que no abandonará durante toda su vida. Durante esos años investiga la tridimensionalidad en el arte: a mediados de la década de los 40 crea su primera serie de esculturas en madera, tótems de formas estilizadas e inquietantes. En 1945 se inaugura su primera exposición en solitario, que tiene lugar en la prestigiosa Bertha Schaeffer Gallery de Nueva York. Son los años del imperio del Expresionismo Abstracto: Bourgeois entra en contacto con los artistas más representativos del movimiento y expone con figuras como Rothko, de Kooning o Pollock. Sin embargo, su obra se mantiene alejada de las encorsetadas propuestas abstraccionistas para mostrar un universo más carnal e inquietante. Louise Bourgeois desarrolló siempre un imaginario periférico a escuelas y tendencias, a las que trascendió creando una trayectoria artistica íntima y fascinante.

Tras la repentina muerte de su padre en 1951, la artista entra en una profunda depresión y empieza a desarrollar instalaciones envolventes relacionadas con sus recuerdos, experiencias y traumas. Es entonces cuando empieza a asistir a sesiones de psicoanálisis, entrando a la vez en un periodo de reclusión. En 1964 sale de su aislamiento para organizar una exposición en solitario, la primera en 11 años: en ella muestra su última obra, orgánica y plástica, y por primera vez incluye el concepto de “guarida” (que más adelante dará lugar a sus impresionantes Cells – Celdas).

La trayectoria artística de Louise Bourgeois parece ensancharse y enriquecerse a partir de 1973. Son los años de sus primeras instalaciones, basadas en el concepto de “lair” (guarida) y que utiliza como herramienta para enfrentarse a sus fantasmas personales. Tras la muerte de su marido, decide utilizar el dolor y el resentimiento enquistados en su interior para crear obras en las que (literalmente) desnuda su yo interior. Es el caso de The destruction of the father (1974), una impresionante instalación que parece reflejar el interior de un órgano vital y que al mismo tiempo reproduce una siniestra cena. El entorno, revestido de formas orgánicas y teñido de una luz roja, destila degradación e incluso “digestión”: es un enfrentamiento directo al recuerdo de su relación con su padre, que obligó a su familia a convivir con su amante (la tutora Sadie, a la que Louise Bourgeois adoraba) e incluso intentó emparejarla con uno de sus amigos (acto que derivó en su primer intento de suicidio).

En el libro Destrucción del padre/Reconstrucción del padre: escritos y entrevistas (1923-1927), la artista describe el doloroso proceso de creación de la obra: “Con The destruction of the father, el recuerdo que evocaba era tan poderoso, y tan duro el trabajo de proyectarlo hacia fuera, que [… ] sentía como si efectivamente hubiese sucedido. Realmente me transformó”.

Guaridas, celdas y arañas. El regreso del subconsciente

Los años de psicoanálisis de Louise Bourgeois se reflejan en muchas de sus obras. Pero es a partir de 1986 cuando empieza a crear ciertas piezas que contienen la esencia de su relación con sus experiencias vitales, el compromiso social y el subconsciente. Son las Cells (Celdas), instalaciones cerradas que cuentan historias en sí mismas y se convierten en experiencias que se filtran en la mente de quien las penetra. Articulated Lair (Guarida articulada, 1986) será la primera de una serie que comprende unas 60 obras creadas con elementos dramáticos, escenográficos y espacios de interacción. Y con la presencia, siempre, de las emociones. Louise Bourgeois empleó estos espacios para conectar su trabajo con determinados traumas vitales, utilizando esos escenarios como liberación: cuando el espectador entra en ellos y experimenta el mundo subconsciente de la artista, pasa a compartir sus pesadillas.

A mediados de los 90, Louise Bourgeois empieza a explorar otra de sus obsesiones: la araña como madre, depredadora y tejedora. Acudiendo de nuevo a los referentes de su infancia (los telares, la madre enferma y a la vez protectora) y ya octogenaria, la artista empieza a diseñar esculturas con forma de araña que son a la vez terribles y frágiles, destructoras y víctimas.  Para ella, la araña representaba “la inteligencia, la productividad y la protección”. Crea esculturas monumentales (como la famosa Maman de 1999, situada junto al Museo Guggenheim Bilbao) y a escala diminuta: seres casi mitológicos con la misión de reconstruir y restaurar. “Vengo de una familia de reparadores”, dijo en una ocasion. “La araña es una reparadora. Si rompes su telaraña, no se altera. Teje y la repara”.
Louise Bourgeois fallece en 2010 a la edad de 98 años, sin dejar de trabajar e investigar hasta los últimos días de su vida. Su obra, vasta y llena de matices, es fundamental para comprender el devenir del arte de los siglos XX y XXI.

Podéis ampliar la información sobre ella en la página de la que he sacado esta información
https://www.alejandradeargos … ografia-obras-y-exposiciones
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