Creadores de Necesidades
Hace un par de días me invitaron unos antiguos amig@s a uno de sus “almuerzos”, se empieza a las 9 en la masía de alguno y, se termina casi siempre alrededor de las 13 horas y, con el cuerpo predispuesto a irse a la cama. Estos amig@s, son de los auténticos, unos son cazador@s, otr@s son gentes del campo y otr@s son vaquer@s, algun@s no saben leer ni escribir, pero tienen un corazón enorme, y un instinto y sentido del tacto y educación impresionantes. Las edades van de los 50 a los 83. Están tod@s perfectamente de cuerpo y cabeza, el único que no está bien de la cabeza soy yo…😉No tienen picardía, celos, envidias, ni nada de esas cosas que tenemos los de las ciudades, la montaña y la mar, les ha dejado la cabeza totalmente despejada de esas cosas que les estorban para hacer sus tareas y sus vidas. Disfrutan con sus tareas, hablan de ellas como si estuvieran construyendo una catedral o un cohete para la Luna.
El almuerzo transcurrió como siempre, lleno de carne de caza, pescado, pescado por ellos, vegetales de sus huertos, vino de la tierra, pan del pueblo y todo así…
Los postres lo mismo, hechos por ell@s, exquisitos también.
Llegados a las copas, me fijé que ellos fumaban Marlboro auténtico, el de siempre, el de la caja roja y, sólo uno fumaba puros.
Siempre les he visto fumar Marlboro. A uno de los cazadores jóvenes le pregunté que por qué siempre Marlboro. Respuesta con risa:
• ¡Porque es el de los machotes, el de los vaqueros, el de los hombres duros! – ja, ja, jaaaa
Eso me dejó pensativo, porque me recordó un libro buenísimo y muy interesante, que leí hace años sobre la Avenida Madison en New York. Esa avenida es famosa en especial porque en ella están las principales empresas de publicidad del planeta. Las más poderosas tanto en dinero, como en poder de “comernos el tarro” con sus anuncios, o sea, “crearnos necesidades”.
Si mal no recuerdo un capítulo del libro está dedicado precisamente a “ese” Marlboro. Cuando vuelva a la capital, lo miraré y si me he equivocado en algo lo corregiré.
El asunto es que esa empresa creó “esa cajetilla y ese cigarrillo” ¡para las mujeres ¡
Hicieron la campaña publicitaria correspondiente y lo que empezó como un éxito, fue un fracaso, porque la boquilla tenía un problema con la pintura de los labios.
Retiraron toda la campaña publicitaria y dejaron pasar el suficiente tiempo como para que la gente se olvidara del asunto.
Pasado un tiempo, reaparecieron con la famosa mega campaña publicitaria del famoso “HOMBRE Marlboro”, un vaquero rudo del lejano y profundo Oeste americano, la fiel imagen del “hombre machote” por excelencia.
La campaña rezaba que, si eres un machote de verdad, tienes que fumar Marlboro y, ese cigarrillo en concreto.
El éxito fue rotundo, uno de los más grandes de la Avda. Madison. Esa campaña estuvo vigente hasta que la ley prohibió los anuncios de tabaco.
Y caló tan profundo, que todavía perdura en la mente de aquellas personas que la vivieron.
Entonces yo me preguntaba en los postres:
¿Cuánto de lo que hacemos, compramos, consumimos, nos comportamos, etcétera…es auténtico nuestro?
Es decir, nos sale de nuestros razonamientos y no de la Avda. Madison y sus sucursales por todo el planeta.
Si han sido capaces de que un producto para mujeres, ahora se lo fumen los "machotes" ¿de qué no serán capaces estas empresas?
Y en especial son sus campañas dirigidas a las mujeres. No hay más que ver la planta baja de algunas grandes superficies, están casi al 100% dedicadas a perfumes, cosmética, bolsos, joyas y otros artículos de lujo para las mujeres. Y eso es porque obtienen muchos beneficios de esos artículos. Incluso las empresas de esos productos parecen inmunes a las bajadas de las bolsas.
¿Hasta dónde llegan en nuestros cerebros los tentáculos de esos “creadores de necesidades”?