El punto G vs El punto C

El punto G vs El punto C
Dice Hite:

“En los años ochenta, varios investigadores clínicos publicaron su teoría de que una de las paredes internas de la vagina contiene un punto que, al tocarlo, facilita el orgasmo femenino.
Aunque en los medios de comunicación se ha hablado mucho de ese “punto G” y, por consiguiente, la gente ha tenido tiempo suficiente para intentar encontrar y tocar ese “punto” con el fin de obtener el orgasmo durante el coito, ninguna investigación muestra que haya un aumento significativo de los orgasmos durante el acto sexual si no se estimula la zona del monte de Venus y el clítoris.

Además, hace por lo menos un siglo que se sabe que a las mujeres “les cuesta” alcanzar el orgasmo durante el coito (“el acto”); ¿por qué iba a ser así si huiera un punto interior capaz de provocar el orgasmo en las mujeres? Si existiera un punto G fisiológico, hace tiempo que habría demostrado su eficacia en el orgasmo femenino.

Mis investigaciones indican que lo más importante para las mujeres no es el “punto G”, sino el “punto C”, o clítoris. Si el punto G fuera tan eficaz, ¿por qué no hace siglos que las mujeres tienen más orgasmos durante el coito, cuando se supone que se toca ese punto? ¿Por qué no hay más mujeres que se masturben insertando un dedo e intentando tocarse dentro de la vagina, en vez de acariciarse la zona púbica y el clítoris?

Es evidente que las mujeres están votando en las encuestas a través de sus acciones. Las mujeres tienen derecho a la estimulación externa del pubis o el clítoris para alcanzar el orgasmo durante una relación sexual con su pareja. Puede que a algunos les parezca incómodo, dado que siempre nos han enseñado a centrar la atención en el coito y considerarlo el “acto principal” del sexo, pero eso demuestra lo parcial que es nuestra concepción de “lo que tiene que ser el sexo”.

Ello no quiere decir que la vagina no sea muy erótica y sensible, o que no pueda aportar intensa satisfacción a una mujer con la pareja apropiada: hay algo enormemente simbólico en el hecho de ser “penetrada” por otro, como pueden experimentar también los hombres.

En 1999 y 2001, investigadores de Australia y Estados Unidos demostraron que la teoría del punto G era falsa, con lo que confirmaban las conclusiones del estudio que realizamos hace años y lo que la gente sabía desde hacía siglos; desde luego, en la época de Freud, hace más de cien años.

La exaltación permanente de la vagina (y las sensaciones en el interior de la vagina) frente al clítoris significa que la gente quiere creer que existe un “punto G”. ¿Por qué? Para no tener que cambiar.

La masturbación es la estimulación que las mujeres prefieren, en privado, como forma más eficaz de alcanzar el orgasmo.

Dado que la sociedad no les ha enseñado a masturbarse, se limitan a ir descubriendo las sensaciones y necesidades de su cuerpo, y con su elección indican cómo les resulta más fácil “orgasmar”: con estimulación no interna, sino externa.

Si el punto G fuera una realidad importante para la mayoría de las mujeres, habría al menos algunas que se masturbarían tocándolo, acariciando esa parte de su vagina con un dedo o un objeto, al menos durante la masturbación clitoriana. No ocurre ninguna de las dos cosas en las encuestas.

Esto no significa que las mujeres no deseen la “penetración vaginal” (o “cobertura de pene”) o que no disfruten con ella. Es una de las complejidades del deseo sexual: para muchas, el coito o “penetración vaginal” es una parte enormemente placentera del juego erótico, que les produce una excitación increíble, pero después de esa “estimulación coital” quieren una estimulación clitoriana que les produzca el orgasmo.

El hecho de que la expresión “punto G” parezca moderna y atractiva no debe engañar a la gente y hacerle creer que el coito -después de décadas y décadas sin hacer que las mujeres alcancen el orgasmo-, de pronto, va a ser suficiente.”


En otras publicaciones leemos:

Corría el año 1982 cuando la sexualidad femenina dio un giro de 180 grados. Todo debido al descubrimiento de una pequeña protuberancia de poco más de un centímetro situada en la pared superior de la vagina (junto a la uretra), a la que se le atribuía la capacidad de provocar orgasmos explosivos acompañados de eyaculación. En realidad, el responsable del hallazgo había sido el investigador alemán Ernst Gräfenberg en 1940 (en ese momento fue bastante cuestionado por sus colegas); sin embargo, no fue hasta cuarenta años después cuando la doctora Beverly Whipple y su equipo acuñaron oficialmente el término punto G para referirse a lo que describieron como una «pequeña alubia dotada de sensibilidad».
A partir de ese momento, miles de mujeres (y hombres ávidos de complacerlas) se lanzaron a la búsqueda de lo que parecía el Santo Grial del sexo. Pero sólo unos pocos alcanzaban la gloria y lo encontraban. Por eso continuaron las investigaciones, aunque con resultados dispares.

Mientras, florecía toda una economía en torno a esta zona que no ha dejado de crecer en las tres últimas décadas: vibradores, preservativos y lubricantes para estimularla; talleres especiales e incluso inyecciones de ácido hialurónico con el fin de aumentar la excitación (demos las gracias, o no, a Gwyneth Paltrow, que las recomendaba). A la par, Mr. Google se ha convertido en un discreto consejero que trata de resolver todos los misterios (actualmente, el buscador arroja más de 900 millones de resultados cuando se le pregunta por la polémica alubia mágica).

Lo curioso es que, tras generar este tsunami, ahora su descubridora matiza su teoría. «Se nos fue de las manos», reconoce Whipple, que insiste en que no querían decir que hubiese una localización en concreto, sino un área que podía hacer que ciertas mujeres sintieran placer. Una teoría que ya había planteado en 2014 Emmanuele A. Jannini, profesor de la Universidad de Roma Tor Vergata (Italia), el cual había bautizado esa región como CUV (la conjunción del clítoris, la uretra y la vagina). «Nunca he entendido por qué ese punto se interpretaba como un nuevo órgano sexual –dice Nicole Prause, neurocientífica que estudia el orgasmo–. No se puede estandarizar una vagina, no hay homogeneidad en cuanto al lugar exacto donde cada mujer experimenta gusto. Algunas tienen pequeñas áreas super sensibles y otras no sienten nada en absoluto, porque para ellas ahí no hay nada».
Sin embargo, a pesar de la falta de evidencia científica, todavía hay expertos que creen en su existencia.

La realidad es que esta controversia ha causado más penas (léase frustración sexual) que alegrías. Según una encuesta realizada por COSMO, más de la mitad de las jóvenes se siente mal al saber que otras llegan al orgasmo de un modo que para ellas es imposible. «Tengo amigas que alardean de que les basta con practicar el coito para alcanzar el clímax y que te sueltan un: “Es que no lo has encontrado aún”», cuenta Arancha, una de las participantes. Laura, otra de nuestras lectoras, confiesa que hace poco se apuntó con su novio a un taller específico, porque «puedo tener orgasmos clitoridianos, pero sabiendo que había algo mejor, quería probarlo». Se fueron a casa con una lista bajo el brazo de posturas destinadas a localizarlo y la experiencia fue tan desastrosa que se dieron por vencidos.
Otras parejas aún siguen intentándolo, lo cual resulta muy preocupante, en opinión de Nicole Prause: «Hay chicos que dicen cosas como “mi ex no necesitaba tanto esfuerzo” o “esto funcionó con la última con la que me acosté” , lo que hace que ellas se cuestionen si son normales». Este tipo de situaciones ha hecho reflexionar a algunos especialistas, que han reparado en que precisamente los hombres son los mayores defensores de la zona de la discordia (la mayoría de las investigaciones están encabezadas por un líder masculino) porque requiere penetración. «Si tienes un pene, es muy conveniente que el placer de tu pareja dependa de esto –afirma la doctora Emily Nagoski, autora del libro Come as You Are: The Surprising New Science that Will Transform Your Sex Life (Llega tal como eres: la nueva ciencia sorprendente que transformará tu vida sexual)–.
La mayoría de las mujeres necesita la estimulación del clítoris para alcanzar el éxtasis y, a principios de los 80, había estudios que se centraban en él, pero fueron eclipsados por los del punto G, que generaron una gran presión para la obtención del orgasmo por vía vaginal». Por fortuna, la mayor parte de la comunidad científica está ampliando su perspectiva con respecto a este tema. «Lo verdaderamente revolucionario es poner el foco en que los mejores indicadores de satisfacción son la intimidad y la conexión», sentencia Debby Herbenick, profesora de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Indiana (EE. UU.) e investigadora del Instituto Kinsey. Damos por inaugurada una nueva era G-spot free con esta cita, cortesía de Nagoski: «Si sientes placer, lo estás haciendo bien». Llámalo como tú quieras.
Según una encuesta realizada por COSMO entre más de 2.000 mujeres y hombres de 18 a 34 años, parece que los chicos siguen confiando ciegamente en la existencia del punto G. Sorprendente.
El 82% cree que todas nosotras estamos dotadas con el famoso botón.
Un 60% lo califica como «la mejor manera» de que una pareja femenina consiga excitarse. «Cuando reúnes la suficiente experiencia como yo, puedes encontrarlo en todas las chicas», revela uno de los encuestados.
El 22% dice que encontrarlo es el objetivo número uno cuando se practica sexo. ¿De verdad?

Nuestro gozo, en un pozo. Es lo que puede deducirse del citado sondeo de COSMO, que muestra una clara diferencia entre el enfoque masculino y el femenino con respecto a la controvertida zona erógena. Mira las cifras, no son muy alentadoras.
El 84% de las millennials cree que el punto G existe.
Casi un 40% piensa que es la mejor forma de obtener placer sexual.
El 44% ha sentido frustración, confusión o ansiedad al intentar localizar su punto G.
Más del 10% de las jóvenes revela que ha evitado un encuentro amoroso porque no lo localizaba.
Un 31% de las mujeres dicen que su pareja se ha frustrado mientras trataba de buscarlo, lo que ha provocado que acabasen con una pelea.


Investigaciones recientes sugieren que el punto G ni siquiera existe

Pero según el ginecólogo y autor de 'La Biblia de la Vagina', el Dr. Jen Gunter, investigaciones recientes sugieren que el punto G ni siquiera existe. E incluso si lo hace, creer que encontrarlo es la clave para los orgasmos del más allá es peligroso, ya que el placer sexual es muy complicado.

Los investigadores que han estudiado más recientemente este concepto no han podido localizar este punto especial que Gräfenberg describió hace décadas, incluso con el uso de escáneres por imágenes y biopsias.
Gunter dijo que es probable que Gräfenberg malinterpretara otras partes de los genitales de una mujer, como el clítoris lleno de terminaciones nerviosas siendo lo que aparentemente conocemos como punto G.
"La parte inferior de la vagina, cerca de la uretra, se sentirá muy bien para muchas mujeres porque la estimulación aquí está accediendo al clítoris, pero se necesita la estimulación correcta — no es un 'interruptor de encendido/apagado'", escribió Gunter.
Creer que esa área funciona como un botón es peligroso porque puede llevar tanto a hombres como a mujeres a creer que una mujer debería ser capaz de tener un orgasmo solo a través de la estimulación del punto G, señaló Gunter en el libro. Si no puede, concluyen que algo anda mal con su cuerpo.

La idea de que el punto G tiene la clave del orgasmo femenino perfecto es falsa y ha dado lugar a expectativas sociales injustas en torno al concepto de placer de la mujer.

La estimulación del clítoris proporciona la mejor oportunidad para el orgasmo

Gunter dijo que los ultrasonidos que examinaron el clítoris durante la masturbación y la penetración vaginal revelaron que ambas acciones hacen que el clítoris se hinche, lo que significa que varias formas de estimulación sexual, ya sea que impliquen tocar físicamente el clítoris o no, hacen que el cerebro envíe señales de placer al clítoris.
"Básicamente, todos los caminos del placer conducen al clítoris", escribió Gunter.
Por el contrario, la idea de que el punto G es la clave del orgasmo femenino perfecto es falsa y ha dado lugar a expectativas sociales injustas en torno al concepto de placer de la mujer, lo que puede lograrse de muchas otras maneras que no se centran únicamente en el interior de la vagina.
Por ejemplo, la estimulación anal y del pezón puede resultar en placer sexual e incluso en un orgasmo para algunas personas. El cerebro también juega un papel esencial en la función sexual y el placer. Sin las señales cerebrales adecuadas, el cuerpo no sabe cómo excitarse sexualmente, independientemente del área o áreas que se estén tocando.


Bibliografia
El orgasmo femenino. Share Hite
Cosmopolitan
BussinesInsider
Internet
Web del Departamento de Medicina de EEUU


¿Y tú chica Joy, crees que es una farsa el punto G?

¿Te decantas más por el punto C?

*****ema Mujer
1.657 Publicación
Moderador de grupo 
*sextoy*

Pero a estas alturas cuando ya se está hablando de otros puntos como el punto K no vamos a echar por tierra lo que la mitad de los sexólogos y científicos afirman sobre el punto G, ¿no os parece?
No se tiene por qué hablar de un punto sino de una zona más bien. Es cierto que si introduces en la vagina tu dedo corazón, a modo de Spiderman (lanzando telarañas), llegas a una zona en la pared anterior de dicho órgano muy rugoso. Ahí es donde al estimular se genera la excitación y con ello se puede llegar a un orgasmo. Realmente se está estimulando una zona, complejo Clitouretrovaginal. Digamos que es la forma interna de estimular el clítoris, ya que se estimula la raíz del mismo. Así que todo queda en casa y no sería un punto G VS punto C, sino la fusión de ambos lo que nos garantiza un clímax no, el éxtasis.
Como chica Joy te respondo:
• sí he tenido orgasmos estimulando dicha zona, con squirt incluido y por lo tanto me declaro pro punto G
• La estimulación externa en la masturbación es de más fácil acceso pero ya que nos ponemos prefiero un completo por lo tanto también soy pro punto C
Chicas Joy a estimular y estimular *leck* *fisting* *sextoy*

¿Alguien se anima a escribir artículo sobre el punto K?
*****a45 Mujer
845 Publicación
@*****ema totalmente de acuerdo.
*****i77 Mujer
7.349 Publicación
Yo soy de la opinión de que les den a los puntos y a sus letras y nos masturbarnos buscando excitarnos y disfrutar, y cuando estemos con alguien igual, sin nombres ni búsquedas que no sean el placer y la diversión del sexo. A mí me empiezan a hablar de puntos mientras follamos y creo que lo mando al punto de salida... 😋
*******ICE Mujer
1.802 Publicación
@*****ema yo si quiero el articulo porfa.

Como siempre, un gran articulo @*****iso . Un gran placer aprender.
*******o_66 Hombre
387 Publicación
Creo que el mejor punto de la mujer es el "dyc". Que es "despacito y con Calama". El problema de los puntos y de los estudios es que el sexo ha sido siempre el placer del que la mete. Pero con el tiempo y siendo cada vez más liberales vamos a el placer de compartir el placer entre los que disfrutan del sexo.
******dos Pareja
972 Publicación
Estoy completamente de acuerdo con @*****ema y con @*****i77 con poco más que añadir o más bien nada jajajaja
ANONIMAS

Somos un grupo de azafatas activas y retiradas, que nos reunimos de vez en cuando para hacernos una fiesta. Tenemos desde los 22 años a los casi 60. Algunas tenemos perfil en Joy y, por razones laborales preferimos opinar en anónimo.
Y en la fiesta estamos hablando sobre lo de los puntos A, C, G, K, Z… y, curiosamente esto está dividido entre nosotras por edades, más o menos:
De 22 a 30 se tocan el Punto G, el C y usan dildos y Sytisfier y, no follan con pilotos y copilotos. La mayoría tienen miedo a ser denunciados.
De 30 a 45 se tocan el punto C, usan dildos, vibradores y han follado de vez en cuando con compañeros de trabajo.
De 45 a 60, no usábamos nada, el clítoris en caso de extrema necesidad, y follábamos con los pilotos y copitolos casi en cada viaje que teníamos que pasar noche fuera. Nos lo pasábamos pipa, eran otros tiempos.

Las encuestas de la masturbación y el orgasmo las completaremos en los próximos días.

Gracias por este rincón de Joy dedicado a las mujeres y nuestras “historias”.
El grupo “las conejitas voladoras”
**********eFear Hombre
222 Publicación
Yo creo que los seres humanos somos únicos, y cada uno funciona de una manera diferente. En mis relaciones me he encontrado de todo tipo de mujeres (y no por la cantidad, si no por que cada una es diferente, y por lo tanto, única).

A cada una le gustaba una cosa en mayor o menor medida. Dependiendo del momento y estado de animo. Es cierto que se tienen preferencias, pero son unos órganos tan sumamente receptivos y excitables, que prácticamente lo toques donde lo toques, eres bien recibido.

No os lo vais a creer, pero me ha costado tanto entender el orgasmo femenino (tan diferente al masculino) que no ha sido hasta hace unos días que he podido imaginar. Veréis, tengo una espalda que es altamente erógena. Si se me rasca de la manera adecuada puedo hasta entrar en un estado de placer tal, que hasta me mareo levemente... Hay varios sitios claves pero en general van "moviéndose" de un lado a otro, hasta llegar a un clímax que puedo hasta notar como mi cerebro desprende endorfinas en el torrente sanguíneo. Poco a poco la intensidad va bajando hasta que ya, el roce empieza a molestar mínimamente, pero sintiendo placer al mismo tiempo por el contacto.

Creo que todos los puntos de los que se habla generan lo que he descrito, en todas y cada una de las mujeres, en mayor o menor medida... Cada una con su preferido, pero con la opcion de poder explorar su propia sexualidad, si es que la apetece.

¿Qué opináis?

Un saludo a todos y gracias por leer!
*100* con @******der , gracias.
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