Mujeres con historia – I

Con este primer mini relato histórico, sobre una mujer especial, pretendemos iniciar otro de los muchos capítulos (como se indica en la introducción al grupo), que iremos abriendo en este Grupo de Foros distintos dedicados a la mujer, y que los hombres también pueden participar y aportar sus relatos, comentarios y opiniones.

De las muchas mujeres con historia que lucharon por la igualdad de las mujeres y otros temas, como no sabía por cuál empezar, la primera elegida ha sido usando un juego de azar.

Nancy Astor

La primera mujer en la Cámara de los Comunes británica

Era 1919 y, los miembros parlamentarios de la Honorable Cámara de los Comunes del Reino Unido, estaban flemáticamente consternados. Una mujer, norteamericana y divorciada, colocaba su feminidad en la banca el Parlamento de Westminster por primera vez en la historia.

Se centró en promover medidas a favor de los niños y la igualdad entre hombres y mujeres.

Nancy Astor, nacida como Witcher Langhorne, hija de un acaudalado hombre de negocios sureño, abrió los ojos en Virginia, Estados Unidos, en 1879. Se casó a los 18 años, tuvo un matrimonio desastroso, se divorció y partió hacia Inglaterra con su hijo.

En su primer viaje a Inglaterra Nancy su tendencia extrovertida y su buena conversación, combinada con una conducta cortés y puritana resultaba agradable para los conservadores interesados en conversar con una americana simpática y vivaz, pero que al mismo tiempo se atenía a las reglas de la moral. Durante esta época Nancy comenzó ya a mostrar su capacidad de ganarse a sus críticos. En una ocasión una mujer inglesa le preguntó: "¿Ha venido usted a llevarse a nuestros maridos?" Su respuesta fue: "Si supiera usted los problemas que he tenido para librarme del mío…", encandilando a los oyentes y manifestando un ingenio que posteriormente la haría famosa.

Allí conoció a Waldorf Astor, también nacido en EE.UU., político, hombre de negocios y miembro de una familia rica y distinguida, la familia Astor. Misma edad, fuego y temperamento apasionado, unieron a los expatriados y comenzó un nuevo cuento de hadas. Tuvieron la mejor de las bodas y el papá del novio preocupado por el “techo propio” de los recién casados, les obsequió Cliveden, la mansión señorial que antes había sido de un Conde, dos Duques y un Príncipe de Gales.

Nancy y Waldorf, eran muy felices, hacían una vida social y política por partes iguales, pero todo cambió cuando el ilustre Primer Vizconde William Waldorf Astor, falleció. Hasta ese momento, Waldorf Astor hijo, había sido representante y miembro parlamentario del distrito de Sutton, de Plymouth en la Cámara de los Comunes y, la muerte de su progenitor lo elevó automáticamente a segundo Vizconde de Astor y miembro de la Cámara de los Lores. La vida también varió para Nancy. Con su nueva dignidad de Milady y el apoyo familiar, ese mismo año se hizo candidata para el escaño de la Cámara de los Comunes que su esposo había tenido que dejar vacante por responsabilidades familiares y, lo ganó.


Si los masculinos componentes de aquel templo inglés de la democracia imaginaron que esa mujercita, menuda, bonita como una muñeca y vestida de un sencillo traje negro, estaría quieta y callada hasta aprender las cuestiones políticas, rápidamente salieron de su equivocación. Desde el primer día Nancy fue un molesto moscardón que despertó amores y odios, y una especial atracción en monstruos políticos como Churchill.

Una de las muchas anécdotas:
Nancy: - Si usted fuese mi marido, le daría gusto a su café…con veneno.
Churchill: - Señora, si yo fuese su marido lo bebería con mucho gusto.

Los “amistosos” diálogos entre el Primer Ministro y la primera mujer en el Parlamento continuaron. Tanto, que en una ocasión el ilustre conservador quiso ponerla en evidencia en plena sesión parlamentaria, preguntándole cuántos dedos tenían las patas del cerdo.
- Descálcese – le contestó ella – descálcese y cuénteselos usted mismo.

Ingeniosa, contradictoria, dueña de una asombrosa capacidad para improvisar y desconcertar, era una verdadera animadora que dominaba con maestría cualquier situación que encontrase. Por todo eso, tuvo reconocidos logros, como aumentar la edad para beber alcohol, más mujeres en la administración pública, reformas en la educación, defensas de derechos de los niños.

Durante este período Nancy Astor más allá de su papel en el Parlamento destacó en su apoyo para la creación de centros de cuidado infantiles. Se unió a esta causa a través de la socialista cristiana Margaret McMillan pionera en la creación de parvularios. Astor utilizó su riqueza para apoyarla en sus proyectos sociales.
Nancy se las arregló para sobrevivir 26 años en ese mundo dominado por los hombres de la estricta política inglesa.

Algunas citas suyas

. Las mujeres tienen que hacer el mundo más seguro para los hombres ya que los hombres lo han hecho tan inseguro para las mujeres.
. Nosotras, las mujeres, hablamos demasiado, pero ni siquiera así decimos la mitad de lo que sabemos.

. La primera vez que Adán tuvo la oportunidad le echó la culpa a una mujer.