La masturbación femenina – I - ARTÍCULO
La masturbación constituye uno de los temas más importantes que trataremos, ya que es un recurso fácil de placer, alegría, y buenos y garantizados orgasmos para la mayoría de las mujeres.Un poco de historia
Durante siglos nos han estado diciendo que no lo hagamos porque es pecado, fuente de enfermedades, etcétera, pero la realidad es que ya en el arte prehistórico hay muestras de masturbaciones.
El tabú de la masturbación ha variado mucho durante la historia del ser humano, y sus distintas culturas.
Los sumerios tenían una actitud muy positiva hacia el sexo, y consideraban la masturbación como un acto saludable, tanto en solitario como acompañados. Incluso creían que sus dos ríos principales, habían sido creados por la masturbación de uno de sus dioses. Los egipcios tenían una actitud parecida, y uno de sus dioses tras eyacular creó el universo.
Los griegos también consideraban saludable la masturbación junto con otras formas de placer sexual.
Con respecto a los romanos no hay muchas referencias al tema, más bien era algo inferior, más propio de los esclavos y gente de niveles sociales parecidos.
Después prácticamente ha existido rechazo hacía la masturbación, en la mayoría de las culturas asociadas con religiones. A medida que algunas sociedades iban avanzando científica y culturalmente, la mayoría de las religiones han ido adoptando un criterio favorable para no quedarse descolgadas de los avances de la sociedad en la que influencian.
Hasta figuras como Freud, Immanuel Kant, Jean-Jacques Rousseau, Mark Twain y muchos otros, no llegaron a comprender la masturbación, y algunos la rechazaron.
Hasta el mismo siglo XIX en sociedades avanzadas como la occidental se exhortaba por parte de religiones y partidos políticos, en contra de la masturbación. Incluso a las niñas se les prohibía montar en caballo y bicicleta, dado a que las sensaciones de estas actividades eran consideradas similares a la masturbación. Hace escasamente 40 años, en la década de 1970 y 1980, algunas sectas religiosas europeas, prohibían a sus mujeres llevar pantalones vaqueros ajustados, por ser un punto de fricción del pubis y alrededores.
Los trabajos del sexólogo Alfred Kinsey durante los años 1940 y 1950, sobre todo en el Informe Kinsey, insistió en que la masturbación era un comportamiento instintivo tanto para hombres como para mujeres, citando los resultados de las encuestas de Gallup, indicando que esa práctica era común en los Estados Unidos.
A partir del siglo XX, y sobre todo gracias a los medios de comunicación, TV, Internet, más libertad de expresión en la literatura, el cine y el arte; es cuando se empezó a aceptar como normal y sana la masturbación. Aunque siguen existiendo reductos sociales, todavía en contra de ello.
Hite se quejaba en el 2002 en “El orgasmo femenino”, de que la sociedad no ha evolucionado tanto como se esperaba en conceptualizar este tema… ¿y ahora en el 2021?
Sin ir más lejos en el Reino Unido por el Channel 4, se iba a retransmitir una serie de tres programas documentales relacionados sobre la masturbación, y se vieron cancelados en marzo de 2007 ¡estamos hablando de hace 15 años! Y no hay ningún programa de educación en colegios, TV, etc, que aborde el tema.
La situación excepcional de culturas o comunidades, como Joyclub, no son fiel reflejo de lo que pasa en la sociedad en la que está “incrustada”. No hay más que ver las diferencias dentro del mismo Joyclub, entre los países del Sur de Europa y los del Norte.
Nos podemos creer “muy avanzados” con respecto al pasado, y a las opiniones que veremos más adelante, pero pensar hacia adentro, y analizar cómo enseñáis la educación sexual a vuestras hijas.
Al igual se puede observar en los pueblos pequeños, que, aunque estén cerca de capitales importantes, se ve la influencia que ejercen sobre los temas sexuales, las religiones que hay en cada pueblo, una o varias, al igual que la de los distintos partidos políticos asociados a determinadas religiones. Y están al lado de capitales de renombre mundial y en el año 2021.
Un poco de estadísticas y curiosidades
La masturbación es frecuente a cualquier edad en ambos sexos, y también en determinados animales, no es una exclusiva de los homínidos.
La frecuencia de masturbarse suele estar influenciada, por los niveles hormonales que influyen en la “excitación sexual”, la “tensión sexual” generada por unos pensamientos o la cercanía de otra persona, y la actitud hacia la masturbación en la sociedad donde una se ha criado.
Estudios desde 1950 hasta 2007, afirman que el 92% de los hombres, y el 62% de las mujeres se han masturbado a lo largo de sus vidas.
El Manual Merck dice que el 97% de los hombres y el 80% de las mujeres se han masturbado y que, en general, los hombres se masturban más que las mujeres.
La facilidad con que las mujeres orgasman en la masturbación, se contradice con los tópicos sobre su sexualidad. Se pensaba que son lentas para excitarse, y que orgasmaban de vez en cuando. Y ha resultado que la sexualidad femenina es más rica y fructífera que la del hombre, aunque haya estado ocultada hasta hace bien poco.
La forma de masturbarse las mujeres es fundamental para comprender su sexualidad, desde el punto de vista del orgasmo.
Cuando el coito es imposible, la masturbación mutua ofrece a las parejas la oportunidad de obtener la liberación sexual con la frecuencia deseada, o cuando uno de los miembros de una relación desea más sexo que el otro, la masturbación puede proporcionar un efecto de equilibrio y promover una relación más armoniosa.
Al realizarse la mayor parte de las veces en solitario, y por la falta de adiestramiento por parte de padres y colegios; en la mayoría de los casos, es un comportamiento instintivo, y por ello es una fuente de información biológica prístina.
Aunque algunas mujeres no se han masturbado nunca, sin embargo, la mayoría de las que sí lo hicieron, ni se acuerdan cuando empezaron, de lo jóvenes que eran.
Utilidad evolutiva: La masturbación femenina altera las condiciones de la vagina, el cuello uterino y el útero, de forma que puede alterar las posibilidades de concepción a partir del coito, dependiendo del momento en que se produzca la masturbación. Un orgasmo de la mujer entre un minuto antes y 45 minutos después de la inseminación favorece las posibilidades de que ese esperma llegue al óvulo. Si, por ejemplo, ha mantenido relaciones sexuales con más de un varón, ese orgasmo puede aumentar la probabilidad de embarazo de uno de ellos.
La Asociación Médica Estadounidense declaró la masturbación como normal por consenso en 1972. ¡Hace escasamente 50 años! Curiosamente, el apoyo a la inclusión de la masturbación en el plan de estudios de educación sexual estadounidense llevó a la destitución de la Cirujana General de Estados Unidos Joycelyn Elders durante el gobierno de Clinton en 1993, ¡Hace sólo 28 años! Desde ese mismo año, en honor a ella, durante todo el mes de Mayo se celebra el Mes de la Masturbación.
Como escribió Betty Dodson en Liberating Masturbation: “La masturbación es nuestra vida sexual primaria. Es la base sexual. Todo lo que hacemos más allá de eso es simplemente lo que escogemos para socializar nuestra vida sexual.” Por añadidura, nuestros primos más cercanos, los primates, también se masturban instintivamente desde la primera edad.
El hecho de que las mujeres puedan tener orgasmos múltiples o secuenciales, cuando quieran, es una muestra de que saben cómo disfrutar de sus cuerpos, y no tienen ningún problema físico ni mental. El problema es el nivel cultural de la sociedad donde vive esa mujer.
Impresiones acerca de la masturbación
La masturbación tiene muchas cosas a su favor – facilidad de orgasmar, asegurarse el orgasmo, su intensidad y el placer, sana para el cuerpo y la mente -, pero todavía hay muchas culturas y religiones, que afirman que eso no debe hacerse, y que no es sano.
En 1976 Hite escribía literalmente:
“Hemos llegado a un punto en nuestro pensamiento como sociedad en que se acepta que las mujeres gocen con el sexo, siempre y cuando cumplamos con nuestro papel como mujeres, es decir, el de dar placer a los hombres, participar en actividades mutuas. Es posible que en el futuro podamos creernos con derecho a disfrutar con la masturbación también, a tocar, explorar y gozar de nuestros cuerpos en la forma que deseemos, no solamente cuando nos encontremos solas, sino también hallándonos en compañía de otra persona.
La ‘importancia de la masturbación’, como dijo una mujer, “es realmente quererse, y ocuparse de una misma de una manera total, como una forma natural de relacionarse con el cuerpo”.
Se trata de una actividad normal, que ha de ser, lógicamente, parte de la vida de una mujer.”
¿Te gusta masturbarte?
La mayoría de las mujeres dijeron que disfrutaban físicamente (porque las lleva al orgasmo), pero por lo general no psicológicamente.
Psicológicamente, se sentían solas, culpables, no deseadas, egoístas y, por lo general, malas. Otras palabras que usaban con frecuencia son: incómodas, a la deriva, patéticas, avergonzadas, vacías, sucias, egoístas, estúpidas, disgustadas…
Veamos algunos comentarios sueltos entre lineas, de algunas de las opiniones dadas por estas valientes mujeres:
“… Físicamente disfruto con ella… No me masturbo con frecuencia porque tengo una especie de prejuicios a favor del sexo con mí pareja (mí marido), del que casi nunca estoy separada, y quien, normalmente, desea hacer el amor cuando a mí también me apetece. A veces, sin embargo, si no llego al orgasmo durante el coito, me masturbo después.”
"… Disfruto de la masturbación físicamente, pero psicológicamente, por mucho que 'sepa' que es bueno y que no hay 'nada malo con eso', también sé que no lo es socialmente aceptable por la mayoría, y sufro un miedo culpable de ser 'descubierta' y rechazada por ello."
“… Físicamente disfruto, pero psicológicamente todavía tengo dificultades – necesito fantasear. Me masturbo aproximadamente una vez a la semana bajo el grifo de la bañera. Lo hago solo por el orgasmo - tardo aproximadamente media hora en llegar, pero trato de prolongarlo."
“… Siempre lo disfruto mucho, pero después de masturbarme, siento una indefinible inquietud.”
“… He descubierto que las manos de los hombres a menudo van hacia sus genitales cuando se relajan, sin embargo, yo he sido criticada por mí compañero de turno, por tocarme, ya que no podían aceptar la idea de que después de que él se había corrido, yo todavía estaba todavía insatisfecha."
“… Físicamente, está bien. La cuestión mental es lo que me incomoda. Siempre me siento barata y sucia. Por lo tanto, no lo hago mucho y, cuando lo hago, llego al orgasmo. En realidad, procuro contener mis impulsos.”
"Me gusta masturbarme. La estimulación física y el orgasmo son agradables, pero a menudo me siento avergonzada después, porque creo que debería tener un hombre para hacer esto cada vez que yo quiera, y no yo sola."
"… Disfruto de la masturbación físicamente, pero no psicológicamente. Me masturbo más o menos tres veces al mes. Siempre llego al orgasmo y es igualmente intenso sola o con alguien, pero me siento más a gusto sola. El ego del compañero de turno se resiente porque puedo lograr muchos orgasmos contra su único clímax. Por lo general, tengo un solo orgasmo con pareja, pero varios si estoy sola."
"… Físicamente, sí. Psicológicamente, no. En realidad, no he vivido lo suficiente con el hecho de que, sí Virginia, sí, las niñas se masturban. Lo hacía a menudo cuando era joven (de once a catorce años) y luego 'oré' para tener fuerza para evitarla. ¡Mis caminos pecaminosos! Pero también a menudo la "fuerza" me fallaba y yo volvía a rezar pensando que ‘dios’ me enviaría un relámpago para matarme. Sabía que era una pecadora."
"… Cada vez me gusta más la masturbación, y más, tanto físicamente como psicológicamente. Físicamente, es rápido y fácil y satisfactorio. Psicológicamente, a veces, es un poco solitario, pero también lo es hacer el amor con una persona que no te quiere. Yo me masturbo la mayoría de las noches antes de caerme dormida. Siempre tengo al menos un orgasmo y por lo general estoy satisfecha con media docena. Siempre los tengo con igual intensidad, ya sea sola o con una pareja."
"… Sí, lo disfruto mucho, pero siento que, si me masturbo con demasiada frecuencia, será más difícil alcanzar mi meta con un hombre. Me masturbo casi a diario, con un vibrador. Casi siempre tengo orgasmos, pero manualmente acabo de aprender cómo, así que solo tengo orgasmos a veces. Un vibrador tarda de cinco a veinte minutos; con mi mano, treinta minutos o más. Y todavía soy demasiado inhibida para masturbarme con un hombre."
Algunas mujeres solían sentirse culpables por masturbarse, pero lo superaron.
“… Sí, disfruto de la masturbación físicamente, pero solo recientemente psicológicamente... (Por lo general, me masturbo dos veces a la semana, y suelo tener tres o más orgasmos cada vez, en aproximadamente una hora de tiempo.) Me molesta no haber aprendido cómo masturbarme hasta que fui adulta, y ya estaba casada.”
“… Me gusta masturbarme físicamente. Me hacía sentir un poco culpable (o frígida) psicológicamente pero ya no. Siempre llego al orgasmo. Es más intenso a solas, pero dura más tiempo con alguien. Por lo general, tengo alrededor de ocho al masturbarme. Había mucha culpa involucrada con mi masturbación temprana porque mi madre siempre andaba de puntillas tratando de pillarme."
“… A partir de los once años empecé a sentirme culpable por masturbarse. Siempre tenía miedo de que me pillaran. A los diecinueve años, una vez después de terminar de masturbarme, pensé: esto no puede ser un pecado, siempre me hace sentir mejor después, y no estoy haciendo daño ni a mí ni a nadie. Así que Dios no puede pensar que está mal. Por ello fui a ver a un sacerdote muy mayor, y muy estricto para la confesión y le pregunté al respecto. Para mi sorpresa y alivio dijo que no era un pecado. Que las mujeres y hombres lo suelen hacer. Que había habido una nueva investigación en psicología y descubrieron que la masturbación cumplía unas necesidades psicológicas y físicas, y por lo tanto era normal y natural. Esto fue de un sacerdote que no era liberal o de la nueva iglesia. Era tan compasivo. Después de esa confesión nunca más me sentí culpable.”
Otras mujeres no lograron desinhibirse para disfrutar masturbándose, incluso físicamente.
"… Disfruto de la masturbación en todos los sentidos, pero todavía tengo problemas para superar lo que se me enseñó contra esto... Llego al orgasmo, pero realmente no lo disfruto como debería."
“… no culpo a otros por hacerlo, pero me enseñaron que era indecente y que debía mantenerme 'por encima' de tal comportamiento. Así que desarrollé una tolerancia hacia la masturbación de los demás, pero no a la mía. Es una cuestión de orgullo e inhibiciones. Básicamente, soy una snob."
“… Solo lo he probado una vez y en realidad rompí a llorar porque me sentía culpable. Me sentí bien, pero eché de menos tener otro cuerpo para agarrar y acariciado."
“… La masturbación podría ser muy dañina para mí a nivel psicológico, así que trato de evitarla a menos que sea absolutamente necesaria."
Pero otras mujeres disfrutaron plenamente masturbándose
“… Nunca me masturbé cuando era joven, y cuando aprendí me di cuenta qué, era un acto que estaba lleno de un sentido de poder y liberación. Masturbarme me ayudó mucho a aprender sobre los cambios en mi cuerpo para lograr el orgasmo."
“… Disfruto de la masturbación física como mínimo, cinco días a la semana. El noventa y nueve por ciento de las veces lo hago sola, simplemente porque la mayoría de los hombres piensan que es "sucio" ver masturbarse a una mujer. Si el prejuicio no existiera, lo haría frente a ellos."
“… Me encanta. Sin embargo, me avergonzaría admitirlo a la mayoría (no a todas) de mis amigas, principalmente porque creo que lo desaprobarían, y me dirían que encontrara a un hombre. Pero mi grifo nunca me decepciona, y los hombres sí suelen hacerlo."
“… La masturbación es uno de los sagrados rituales que las mujeres pueden disfrutar con ellas mismas. Digo que es 'sagrado' porque es autoiniciado, autocontrolado y auto gratificante - viniendo de una posición de fuerza. No se trata solo de una intimidad física o emocional (ambas son inseparables) con el propio cuerpo, sino también una conquista de todos los miedos que las familias y los hombres han inculcado en las mujeres sobre sus cuerpos y dependencias sexuales. Pruébalo, te gustará."
Casi todas las mujeres no han sido criadas (educadas) para masturbarse.
“… Lo más temprano que recuerdo masturbarme era a los siete años, aunque no supe lo que era 'eso' hasta los quince años. Hasta entonces, era solo algo que me hacía sentir bien, aunque yo sentía muy culpable, porque era en una parte 'pícara' de mi cuerpo."
“… Cuando tenía casi quince años, tuve mi primera experiencia de besos y caricias con un niño. Estos encuentros me dejaban sexualmente excitada (aunque no me di cuenta eso es lo que era en ese momento). Después al volver a casa e irme a la cama, me tocaba y casi me venía el orgasmo inmediatamente. Así comencé mi vida secreta de masturbarme, y llena de culpas. Traté de no hacerlo, pero no pude aguantarme, ¡me sentía tan bien!"
“… A eso de las ocho hice un débil intento de masturbación, pero me pilló mi madre, que me dio una muy larga charla sobre cómo esto sería el camino para que me volviera loca. Este fue mi último intento de masturbación hasta hace siete años, cuando tuve mi primer orgasmo. Ahora tengo cincuenta y un años."
“… Definitivamente 'descubrí' la masturbación por mí misma, aunque creo que las continuas negativas de mis padres me ayudaron a centrar mi interés en esta parte prohibida de mi cuerpo. Al principio, disfrutaba simplemente explorando mí cuerpo. Pero poco a poco, al hacerme mayor, la sensación de que era hacer algo vergonzoso y extraño se convirtió en parte del placer. Empecé a tener fantasías masoquistas siendo alternativamente alentada (por hombres con mentes sucias y perversas) para ser 'traviesa', y luego ser castigada por hacerlo (castigada por los mismos hombres o por otros adultos, no por mis padres). Estas fantasías, de sentirme terriblemente avergonzada, se convirtió en una parte esencial de la masturbación. Cuando tenía unos diez años, una chica de mi edad tuvo un ataque de enfermedad grave. Mi padre me contó que su enfermedad, de la que casi se muere, según él, había sido causada por ella haciendo 'eso'. Así que empecé a darme cuenta de que tal vez otras niñas también se masturbaban, pero aun así no podía creerlo del todo, era toda una locura. La primera vez que me vino un orgasmo tenía unos doce años, creo. Me asusté, pensé que realmente había hecho mal a mi cuerpo, y ese extraño espasmo era el inicio de algún tipo de ataque. Contuve la respiración y esperé a ver qué pasaría después. Nada más sucedió y parecía estar todo bien. Aun así, decidí que era mejor parar un poco. Pero después de unos días de calma, lo intenté con cautela de nuevo, y volvió de nuevo a pasar lo mismo, pero esta vez estaba menos asustada. Pronto acepté el orgasmo como algo natural, y empecé a gozar de la masturbación.”
¿Cuál es la importancia de la masturbación?
La mayoría de las mujeres sintieron que la importancia principal de la masturbación era para sustituir el sexo (u orgasmo) con una pareja.
Si algunas de estas respuestas suenan un poco frías o rígidas, es simplemente un reflejo del profundo embarazo que la pregunta despertó en mujeres:
“… Supongo que es importante aliviarse un poco de la frustración de no poder conseguir un buen orgasmo."
“… Te impide perder la cabeza cuando siente la necesidad de sexo.”
“… Te permite ser menos exigente con tu pareja cuando él no puede."
“… Creo que la masturbación es esencial para la salud de una. Una no siempre puede tener un compañero, y, como aprendí en mi matrimonio: una pareja no siempre es buena sexualmente, aunque puede ser maravilloso en otras cosas, así que creo que todos deberíamos saber cómo masturbarnos, y conocer nuestro cuerpo."
“… Si tú pareja se da la vuelta y se duerme, puedes hacerlo tú misma.”
“… Es importante para la supervivencia: mi esposo no puede aguantar tanto tiempo como yo en la cama."
“… Solían decir que te volverías loca... pero yo me volvería loca si no me masturbara."
Otras la vieron como una experiencia enriquecedora
Muchas mujeres mencionaron que la masturbación también fue importante como una forma de aprender sobre el sexo:
“… La masturbación me ha ayudado a saber cómo tener un orgasmo, y a reconocer las etapas de excitación que voy teniendo.”
“… Te enseña a tener orgasmos y cómo aceptarlos; cómo se sienten, cómo reaccionas y cómo te sientes después del clímax".
“… "Durante largos períodos de tiempo, la masturbación era la válvula de escape cuando el coito no me llevaba al orgasmo. Me permitió examinar y aprender sobre el mí propia sexualidad: lo que realmente me pasa durante la excitación, el orgasmo, y lo que encuentro placentero. Me lo ha puesto más fácil saber lo que me gusta, lo que me da más placer, y me dio ideas sobre las profundidades de mí ser."
Algunas mujeres también sintieron que la masturbación les había ayudado a mejorar su relación sexual con otras personas
“… La masturbación te enseña a conocer tu propio cuerpo, y a darle satisfacción, lo que conduce a aumentar tu sentido de independencia, y también puede aumentar tu capacidad para relacionarte con otra persona; y ser capaz de decirle a otra persona lo que le da a uno placer puede hacer mucho mejor esa relación."
“… Si no puedes satisfacerte a ti misma, ¿cómo puedes amar o satisfacer a alguien?”
“… La masturbación desarrolla la sexualidad de una misma, porque aprendes a tocarte a ti misma, y por lo tanto a otros. Pero tal vez el peligro es que puedes hacerlo demasiado bien, porque puedes hacerlo como más te guste, y luego los amantes puede que no sean capaces de igualarte.”
Pero algunas mujeres la vieron como un medio de independencia y autosuficiencia.
“… La masturbación es la única forma en que puedo tener el orgasmo sin vergüenza, ni pensamientos ajenos, y sin 'tratar de tener éxito' por el bien de mi pareja."
“… Alivia la tensión y preserva la dignidad humana frente a otras personas.”
"… La masturbación te permite tener determinación de cuándo y cuánto sexo quiero tener."
“… La masturbación es sexo a nivel individual... eso es como decir que puedo cuidar de mi misma. Ponerme en contacto con mi cuerpo y mi propio ser. Estoy aquí. Soy sexy. Estoy bien. Me gusto a mí misma."
“… La masturbación es importante para las mujeres a las que se les enseña a confiar en los hombres para satisfacción sexual, y a las que se les enseña que nuestros cuerpos son feos y misteriosos. Y ¡eso es casi a todas!"
“… Dado el horror histórico de nuestra cultura por la masturbación, supongo que ser capaz de masturbarse, y no sentirse mal por ello en otras personas, es un pequeño grado de libertad."
Y otras mujeres la describieron como puro placer, importante por derecho propio
“… La masturbación es importante para el placer, como un aspecto más de la sexualidad de la persona, al igual que la heterosexualidad y homosexualidad. Pienso que suficientes personas han pensado esto mismo, y también creo firmemente que mi iglesia se equivoca al decir que la masturbación resta valor al sexo con otras personas. No es así; es solo diferente."
“… La masturbación es importante para aliviar la tensión, para entregarse a fantasías, además, yo siento que me lo debo a mí misma, como una forma tardía de amor propio. Hasta los veintinueve años nunca me masturbé a pesar de que tuve la tentación de hacerlo. Como adolescente, masturbación significaba "pervertida". Después fui uniéndome tímidamente al movimiento de mujeres, y los sentimientos de valor y auto respeto crecieron gradualmente, hasta caer el manto de 'mártir profesional', que mi esposo, Iglesia, y madre estaban dispuestos a que yo lo fuera. Una alfombra de puerta siente que no merece el placer de masturbarse. Así que la masturbación tenía un simbólico significado para mí. Fue una de mis primeras expresiones evidentes de amor propio, de disolución de la culpa y el comienzo de confianza en mí misma."
“… Para mí, la masturbación era símbolo de deshacerse de las malas actitudes sobre el sexo. Siendo católica, me criaron para pensar que no debería obtener poder o placer de mi cuerpo, ni debería hacerlo cualquier otra persona. Además, sentí que mi cuerpo estaba sucio y equiparé el sexo con estar sucio. Tuve relaciones sexuales antes de aprender a masturbarme. Así que para mí el acto de masturbarme me mostró que había aprendido a aceptar mi propio cuerpo como un medio más para conseguir el placer."
“… La masturbación me despierta por las mañanas. Me da energías.”
“… Creo que es importante que las mujeres nos liberemos del mito de que el único camino al placer está en la penetración del pene en la vagina."
“… La masturbación es importante para sentir que puedes darte placer, puedes hacerlo mientras quieras, hacer lo que quieras, fantasear, etc. También te da una sensación de increíble sensualidad."
“… Te permite satisfacerte mejor, cuando realmente, realmente quieres tener un intenso, y muy profundo y fuerte orgasmo."
Cerrando estás opiniones ponemos un extracto de Betty Dodson en “Sexo para uno”:
“La masturbación es una forma primaria y natural del sexo. No es sólo una cosa de niños, o algo para las épocas solitarias entre un amante y otro, o para personas mayores que se han quedado solas.
Pero hacer el amor con uno mismo sigue siendo el secreto inconfesable de la sociedad. Antes se decía que el incesto era el último tabú; ahora, sin embargo, se usa la palabra con toda libertad. Incluso se han filmado películas sobre el tema. Pero ¿por qué no se ha hecho una película sobre una mujer que aprende a llegar al orgasmo masturbándose y empieza a disfrutar del sexo con su pareja por primera vez?
También sería muy educativo contar la historia de un hombre con problemas de eyaculación precoz, que se enseña a sí mismo a prolongar las erecciones mediante la masturbación y se convierte en un amante fantástico. Si se pusiera en práctica mi fantasía particular sobre la jubilación, cambiaría por completo la idea que se tiene sobre la tercera edad.
Somos trece personas viviendo en comunidad. Cada luna llena nos reunimos delante de la tele para ver el último vídeo pomo prohibido por el código moral. Después de hacer un té bien cargado, enchufamos nuestros vibradores y nos disponemos a pasar una tarde de orgasmos. Las mecedoras chirrían, los vibradores zumban y, de vez en cuando, uno de nosotros sonríe y mueve la cabeza después de uno especialmente bueno.
El rechazo de la masturbación es parte de la represión sexual. Desde la infancia hasta la madurez, la masturbación produce un sentimiento de vergüenza y de culpabilidad.
Las personas que no mantienen una relación sexual consigo mismas son más fáciles de manipular. Yo creo que la clave para acabar con la represión sexual está en la masturbación; sobre todo para las mujeres que creen que son frígidas o que no saben con seguridad si están teniendo orgasmos con su pareja.
Pero también para los hombres que no pueden controlar la eyaculación precoz o que no logran llegar al orgasmo mediante la penetración.
Con la masturbación se aprende mucho sobre las reacciones sexuales, y se conocen los secretos del cuerpo y de la mente que la sociedad enseña a esconder.”
Aquí vamos a atender desde un punto de vista actual a esas dos preguntas formuladas hace 45 años ya por Shere Hite.
¿Te gusta masturbarte?
Pues las mujeres de JOYclub lo tenemos muy claro y respondemos afirmativamente a la pregunta ya que quedamos exentas de la culpabilidad que supone el goce, el placer por el placer, dejando atrás las sensaciones de castigo hacia nuestro cuerpo, inculcados a lo largo de la historia. El género femenino en la humanidad tiene una ventaja sobre el resto de las especies en el contexto del placer. El clítoris. Es el único órgano que le ha sido concedido para gozar, y los ingenieros que han creado satisfyer lo saben.
Sí mujeres, el autoerotismo al poder. Nos gusta masturbarnos por el mero hecho de conectar con el propio cuerpo, obteniendo orgasmos en solitario de forma regular. Sabemos bien que nos hace gozar más dicha exploración, lo que ayuda en los encuentros sexuales con la pareja. Y de alguna forma estamos ahí para guiarlos en el saber hacer y estar.
Las mujeres de entre los 46 y 55 años lo saben bien. Según la Encuesta sobre hábitos íntimos que se ha llevado a cabo entre unas 8.000 mujeres de más de 18 años de 14 países diferentes (de la web de citas Victoria Milan) revela que el 80% de las mujeres de 18 a 24 años se masturba, aunque sólo el 13% afirma que lo hace todos los días. En este sentido son las mujeres de entre 46 y 55 años las que lideran el podio de frecuencia de estos episodios pues casi la mitad de ellas (47%) asegura tener tiempo diariamente para masturbarse, proporcionarse placer y llegar al orgasmo. Mujeres empoderadas por la madurez, asumen su autoerotismo como el pan de cada día. Nos gusta conectar con nuestro organismo. Es más, se ha demostrado que buscamos amantes para ser masturbadas por ellos, cosa que sus parejas no hacen con asiduidad.
¿Qué importancia tiene la masturbación?
Ante todo, siempre se dice que la salud es lo primero. Los beneficios que se asocian a su práctica conllevan un bienestar a nivel físico, mental y sexual. Desencadena múltiples reacciones químicas, fisiológicas y físicas.
En la masturbación, con el consecuente orgasmo, se liberan múltiples neurotransmisores que ayudan en muchos ámbitos a mejorar nuestro bienestar.
Hay un incremento de la sensación de bienestar, se podría incluso aludir a estado de felicidad. Eso es gracias a la dopamina que se genera. Además, en combinación con la secreción de oxitocina calma el dolor. Por eso se recomienda también en la menstruación masturbarse. A parte, la oxitocina actúa en el campo afectivo y genera una sensación de amor tras el orgasmo. Además, ésta hormona al producir las contracciones en la embarazada, también se recomienda la masturbación en ese estado para provocar el parto. Sólo en las embarazadas, no os asustéis.
Y seguimos con los “pro”, tenemos la noradrenalina al segregarse, equivale a realizar deporte (aumento de ritmo cardiaco entre otros efectos) y justo después del orgasmo se experimenta mayor vitalidad.
Por otra parte, estimula el refuerzo del sistema inmunitario frente a infecciones, gracias a la producción de citocinas, componentes de los linfocitos.
¿A quién no le han dicho alguna vez ante el insomnio que se masturbe para después conciliar el sueño? Pues sí, gracias al orgasmo se genera serotonina, lo que nos ayuda a conciliar el sueño. En los hombres también genera este efecto la prolactina tras el orgasmo, de hecho, ellos se quedan dormidos como un tronco, pero eso es harina de otro costal.
Y en las personas mayores, estudios alemanes demuestran que se mejoran las funciones cognitivas, así que no hay más que hablar, dejar de leer el artículo y todas a una.
Por favor, rellenar las cuestiones sobre la masturbación, SOLO MUJERES. En ellas tenéis las instrucciones para hacerlo de una manera Anónima o Pública.
Muchas gracias.
Bibliografía:
Dodson, Betty. Sex para Uno. Edición de Kindle.
The Hite Report. A Nationwide Study of Female Sexuality. Shere Hite. Kindle Edition.
Sexual Behavior in the Human Female. The Staff of the Institute for Sex Research, Indiana University. Kindle Edition.
https://acortar.link/5Mo27U ABC bienestar.es
https://acortar.link/7yqnrh ElDiario.es
https://acortar.link/yccThA Lamentesmaravillosa.com