Creo que sobre el tema que ha abierto el post tengo más bien poco que aportar. Todos estamos de acuerdo en que a cada uno tiene el derecho de gustarle o atraerle lo que sea (siempre que no esté recogido en el código penal claro). Y, por supuesto, de poner los límites o ceñirse a los estereotipos que considere (otra cosa es lo que esos límites y estereotipos nos transmitan a terceras personas pero no quiero avanzar por ahí).
Me gustaría reflexionar sobre algo en lo que me habéis hecho pensar las últimas semanas con algunas cosas que he visto o me habéis contado. Se trata de la relación que tenemos actualmente los hombres con nuestra sexualidad y porqué, a medida que el mundo se vuelve más liberal, esta resulta ser más tóxica.
Soy relativamente novato en el mundo liberal más, digamos, militante (clubes, conocer gente liberal, etc.). La cuestión es que hasta que no me he movido un poco en este ambiente no me había dado cuenta lo enormemente pesados que podemos ser los hombres. Siempre había considerado una exageración cuando las mujeres decían que, por ejemplo, saliendo por la noche acababan hartas de “espantar moscones” hasta que fui a un club, con una amiga, en horario mixto.
Con todo hasta ahí puedo llegar a entender la situación. La sexualidad de los hombres es diferente a la de las mujeres y, aunque sea un concepto muy incel, creo que dualidad Polígamo/Hipérgamo es una realidad social muy evidente (como siempre habrá casos y casos pero hablamos de “la mayoría”). Los hombres, polígamos por naturaleza, tienen el instinto de querer sexo con cuantas más mujeres mejor sin importarle otras cosa (edad, atractivo, estereotipo…). En contraposición las mujeres son hipérgamas, es decir, les importa muy poco la cantidad y más que el hombre que buscan les guste (por la razón que sea).
Hasta aquí tengo las cosas claras y comprendo, por tanto, el motivo por el que los hombres somos “pesados”. Hasta aquí, y para mejorar la situación, creo que las cosas podrían mejorar con algo más de empatía por ambas partes.
Los hombres deberíamos entender la realidad de las mujeres e intentar respetar sus tiempo y sus momentos (básicamente deja de disparar a todo lo que se mueve, apunta, busca el momento adecuado y asegúrate que al hacerlo no molestas).
Pero también creo que las mujeres deberían mejorar su empatía. A fin de cuentas los hombres también estamos en una situación que no es precisamente envidiable: muchos están insatisfechos, sin posibilidad fácil de resolverlo y con la única salida de intentar que nos hagan caso.
Y, por supuesto, hablo de tener empatía no de que las mujeres tengan que cambiar o amoldar sus deseos o los de los hombres. Faltaría más. Pero la próxima vez que llaméis moscón a un tío, o baboso, pensar también cuál es su situación. No en este post, pero si en este foro privado, he leído ejemplos en los que pegáis entradas de tíos que sí, pueden ser cursis, torpes o incluso un poco fuera de lugar, pero no hace falta que nos riamos de ellos. También he visto varias veces como algún despistado, en los foros públicos, ponía cosas como “quiero quedar con mujeres…” Y le dabais caña en público. Que sí, que tenéis razón, pero pensar también en el tipo que está detrás y, a lo mejor, cuesta lo mismo enviarle un privado aconsejándole como actuar, o simplemente ignorarlo, antes de del escarnio público.
Yo mismo dudo mucho que sobreviviese a un escrutinio vuestro de mi mensajería. Aunque me da un poco/mucha vergüenza voy a poner algunos ejemplos.
“Hola! Soy un hombre de 44 años de Madrid. Me ha gustado mucho tu descripción. Si alguna vez te apetece charlar aquí estoy. Quién sabe, a lo mejor te animas a dar algún paso conmigo en ese camino que has empezado a recorrer.”
“Y... ¿No te vale un adulto semifuncional pero autónomo?“
“Hola! Yo mido 1,78. ¿Es suficientemente alto? 🤞🤞A parte de eso me pasó la vida viajando lo que significa que llevo una vida incompatible con una pareja o una familia.
Me encantaría conocer a alguien como tú. Si te apetece charlar alguna vez por aquí ando”
“Tu nick...¿Es por la película o te pareces a Isabella Rosellini? O ambas...”
“Sorprenderte no estoy seguro. Cocinarte podría declararse agresión. Conversación inteligente tengo.... O eso creo.”
¿Son entradas torpes? Seguro. ¿Son entradas hechas un poco al tun-tun a ver “si suena la flauta”? Pues sí. ¿Son de baboso? Pues parece que si. Lo cierto es que ninguna ha sido mal contestada. Varias han sido ignoradas. Otras educadamente rechazadas e incluso alguna ha sido bien acogida. Y puestos a desnudarme del todo delante vuestro no tengo inconveniente en enseñar mi rechazo:
“Por ser clara, busco algo cercano y con quien pueda quedar en persona.
Sorry. Ahora sí, te mando besos y te agradezco la charla.”
Mujer hermosa de Joy
“¿Porque las mujeres atractivas sois siempre las más educadas? Pregunta retórica. Gracias por contestar y a ti por la charla!
Seguro que encontraras lo que buscas sin dificultad!!”
Nexus con el corazón roto.
Ahora, ¿De dónde vienen las malas respuestas, la mala educación o el no saber estar de muchos hombres?. Pues creo que de la frustración. Y ahí es donde creo que los hombres no tenemos bien resuelta la relación con nuestra sexualidad.
Esa hipergamia de la que hablábamos hace que haya gente que esté cada vez más excluida del mundo de las relaciones. Y eso provoca un nivel de frustración tal que, con el tiempo, puede volverse resentimiento (ahí tenéis a los Incels). Se que para las mujeres es difícil de entender ( cualquiera de vosotras podrías conseguir uno o varios hombres para esta noche, otra cosa es que esa no sea vuestra sexualidad) pero esa certeza de que, hagas lo que hagas, no tendrás intimidad con una mujer mantenida meses y años es devastadora para el carácter de un hombre.
Se que no es en absoluto una excusa. Y que estoy exponiendo casos límite que seguramente no tengan que ver con los energúmenos que os responden. Pero la frustración, en menor o mayor grado, está ahí. Frustración con la que, precisamente los más jóvenes, no han aprendido a convivir o gestionar.
En este caso no hay empatía que valga. Quiero decir que aquí la responsabilidad es exclusiva de los hombres y somos nosotros los que tenemos aprender a vivir y a comportarnos. Y en ese aprender lo que he dicho varias veces:
Tenemos que aprender que no importa como seas o que problema tengas. No tienes el derecho de gustarle a la gente.
Ninguna mujer va a estar contigo por el hecho de estar. Tienen demasiados pretendientes como para conformarse con lo primero que pasa. ¿Qué tienes tu que ofrecer?, ¿Por qué una mujer querría estar contigo? Más vale que tengas una respuesta para ello.
Supongo que, al final, todo este ladrillo simplemente es para pediros algo de cuartelillo.