„Entonces esa esencia previa, con la que nacemos y nos predispone, ¿Donde deja nuestro libre albedrío?
Me resulta muy perturbadora la idea de que la maldad pueda explicarse por una condición inherente a la persona.
Supongo que ahora me haréis trampas diciendo que, como seres inteligentes, nos sobreponemos a la esencia y nos hacemos buenas personas pero sigo pensando que justificaríamos la maldad como una condición del ser y no de la libertad de actuación.
Me gusta la definición que ha dado alguien por ahí arriba sobre que si tenemos esencia pero está la creamos y moldeamos a lo largo de nuestra vida con nuestra educación y cultura. Viene a ser lo que he dicho yo pero bien expresado.
La existencia del alma, o la trascendencia del ser, no tiene necesariamente que ver con lo que estamos hablando. O al menos con lo que yo he entendido sobre la existencia de una serie de caracteres preexistentes codificados en nuestro ADN/cerebro/alma que nos predisponen hacia un determinado comportamiento.
De hecho en la definición de alma desde la filosofía griega (Platón y Aristóteles), hasta los filosofos modernos que se han preocupado por el tema (Descartes, Spinoza, Hegel...), pasando por Santo Tomás (que asentó la definición base del alma occidental como la parte inmaterial del ser humano que le otorga la capacidad de razonar), ninguno se ha metido en el jaleo de predisponer el alma hacia el bien, el mal o cualquier otro comportamiento.
Y eso por no meternos en la filosofía oriental donde el concepto de alma occidental no existe.
Con todo es verdad lo que dice
@***77 (y ojo que por decir esto me dijeron que olía a Brummel, así que prepárate para oler a machirulo...): existen determinados comportamientos inherentes al ser humanos y que están codificados en nuestro ADN, en nuestro cerebro y en nuestra biología.
Pero, pregunto por ignorancia, ¿Esto son instintos y patrones primitivos de comportamiento o realmente se ha estudiado si yo estoy cerebral o biológicamente predispuesto a ser bueno, malo, simpático o similar?
Si fuese así me resultaría, como decia arriba, en extremo perturbador.
Creo que el azar afecta desde el inicio de tu existencia, tanto genética como ambientalmente. Y partir de ahí cada elección nuestra o de nuestro entorno va abriendo miles de posibilidades nuevas. Por eso es tan bonito y tan perturbador el darnos cuenta de que cada elección que tenemos, por pequeña que sea, puede condicionar nuestro futuro en mayor o menor medida. Un "efecto mariposa" a pequeña escala.
Y ahora abro yo el melón definitivo @****s10 con paraguas incluido.
Está claro que en nuestra programación instintiva todos somos violadores. Básicamente porque como animales el cuerpo nos empuja a esparcir nuestra semilla en la mayor cantidad de hembras posibles. Pero ahí entra el contrato social que firmamos todos para tener una convivencia pacífica. Siendo conscientes de que si todos nos dejáramos llevar por nuestros impulsos esto sería el Apocalipsis.
Y esto se puede aplicar a la caza para comer, a la violencia para tener un techo y mil temas más.
Lo malo es que muchos hombres no son conscientes de que esos impulsos pueden ser controlados y, al final, suele ser gente sin escrúpulos con la que compartimos género pero de la que estamos muy lejos en cuanto a educación cívica.