SENTIMIENTOS DE UN DOMINANTE
Leo mucho sobre los sentimientos de l@s sumis@s en su sumisión, pero muy poco de los de l@s Dominantes. Hoy quiero compartir con vosotros lo que siento y experimento durante una sesión profunda, sin ningún ánimo de dogmatizar ni de que nadie se compare conmigo ni a la inversa. Como es habitual en mí, me gusta expresar lo que tengo en mi alma y que necesita salir para alimentar a la bestia que llevo dentro.Hace un tiempo, mi sumisa me preguntó que qué sentía durante una sesión, y ello me hizo reflexionar de modo intenso para poder explicárselo con fidelidad, y así lo hice.
Prefiero hablar de Ds que de BDSM, ya que en una relación de este tipo, la base es esta, en mi opinión, de total profundidad y compromiso.
Cuando entro en sesión, lo que por su intensidad considero el cénit de cualquier relación Ds, pero no más importante que la Dominación en el día a día y los detalles que parecen sencillos, siento que comienzo un trance. Este trance es totalmente diferente del subspace (trance del/la sumis@). Es una sensación en la que, estoy seguro de que mi sistema hormonal y neurocerebral tienen muchísimo que ver, se multiplican mi capacidad mental y emocional de concentración, autocontrol, enfoque, cuidado y amor. No se si alguien ha visto la película Lucy, de Scarlett Johanson, en la que ingiere por accidente una cantidad exagerada de una droga que potencia su inteligencia hasta niveles sobrehumanos. No quiero parecer exacerbado, pero de alguna forma, se parece a lo que experimento en esos momentos. Es una sensación de gran poder, pero no sobre la sumisa, sino sobre mí mismo. Mis sentidos se potencian hasta un nivel desconocido, la sensación de máximo bienestar controlado me envuelve, y aunque no me gusta hablar de euforia, porque el término podría confundir, mi trance tiene una buena cantidad de este ingrediente. Pero es una euforia total y absolutamente modulada, algo supervalioso y extraño que únicamente experimento de este modo. Entonces, todo lo que hago, mis palabras a mi sumisa, mi tono de voz, mis gestos, mis decisiones, mis actos… están totalmente controlados y dirigidos hacia la sumisión y máximo placer de ella. Está clarísimo que el mío viene de cómo se sienta ella y de su entrega hacia mí. En esos momentos mi dedicación hacia ella es total y absoluta, de un modo mucho más sublime que en el resto de nuestra vida. Es generosidad en grado superlativo, y no desvío ni un gramo de atención para nada que no sea ella. Es algo obsesivo, diría que incontrolable… toda mi vida y mi mundo gravitan en torno a ella. Y creo que eso es lo que produce mi trance. Todo me sale de un modo natural y sin tener que pensar, como si llevase el guión grabado en piedra dentro de mi mente. Todo es tremendamente fluido. La leo y escucho de un modo nítido, convirtiendo constantemente sus señales en acciones.
Lo único que puedo deciros es que es algo totalmente indescriptible y que únicamente he experimentado de este modo. A diferencia del subspace, donde se pierde la noción de la realidad, en mi trance la realidad se incrementa, se torna en una hiperrealidad donde mi autoconsciencia llega a unos niveles desconocidos. Hablar de placer se quedaría realmente corto y pobre. Mi sensación va muchísimo mas allá. El placer sexual es algo colateral cuando se da… pero estoy hablando de otro nivel, como casi tod@s sabéis.
Por eso y por mucho más, me siento privilegiado de vivir y sentir mi Dominación de este modo, que me lleva a un sentimiento de plenitud vital y amor que he ido desarrollando con los años y me provoca máxima felicidad, paz, equilibrio y el sentimiento de haber sido tocado por una varita mágica. De hecho, me encantaría que cualquier persona pudiese experimentarlo en algún momento, porque es algo que me hace mejor persona.