Elige tu propia aventura
Todo comienza en un momento concreto, el cómo lo comiences dice mucho de ti.Todo acaba como uno quiera, de manera abrupta con una lágrima recorriendo tu rostro acompañando la tristeza o poco a poco como cuando los granos de arena se resbalan por el cuello del reloj de arena.
Todo tiene un inicio y un final, lo importante es el proceso.
El proceso de construir una catedral de intimidades, una castillo de seguridades, una pared gigante de comprensión, un monumento de pasión, un puente de comunicación, sin puertas que lleven a pasillos oscuros, sin pequeñas verdades, con antorchas que iluminen tu rostro más sincero, más cercano, más amable.
El hilo que une sin tiranteces, sin miedo a romperse, con un movimiento suave y sensual que baile a la reciprocidad.
Que los dos polos opuestos se atraigan, se junten y se froten, que creen energía conjunta pero también solos.
Valorar la dimensión procesual y dejar de tener miedo al inicio o al adiós.
Todo comienza para tener un final.
Elige tu propia aventura.