La tormenta perfecta
La tormenta perfectaLas olas van y vienen, crecen a nuestro paso, subimos y bajamos continuando a nuestro destino incansablemente, cogiendo el timón con fuera y solventando cada una de las dificultades que nos va poniendo el mar de vida.
El salitre se nos pega a la cara, nos empapamos e intentamos no perder el equilibrio, izamos las velas, nos vamos a popa a proa y seguimos observando como la fuerza del agua inunda nuestro ser.
Pero después de la tempestad, exhausto, agotados, empapados de vida y de vivencias, oímos a lo lejos graznar las gaviotas, sale el sol y nos seca esa agua que nos había calado por dentro, el aire es cálido y vemos tierra.
Gritamos ¡Tierra a la vista! La conquista no es el destino es el camino.