Cuando llegues a casa...
Entro por la puerta de casa, intento no hacer demasiado ruido, los niños duermen. Te busco por toda la casa, pero no te encuentro, las luces están apagadas, al acercarme a nuestro dormitorio, veo un pequeño resplandor que sale del cuarto de baño. Entro sigiloso, la puerta está entreabierta y ahí estás tú solo con la parte de arriba del pijama, sin nada que tape tus piernas, tus nalgas... Tus labios.
Estás apoyada en el lavabo y me haces una señal de silencio, me coges de la mano y tiras hacia abajo para que me agache, obediente, lo hago. Me coges por la parte posterior de mi cabeza y la acercas despacio a tus blancas nalgas, te agachas un poco más hasta sentir mis labios junto a los tuyos.
Beso suavemente tus labios, se abren, noto la humedad y saco la lengua. Me aprietas más y más con tu mano.
Beso, lamo, saboreo... Tus piernas tiemblan, te corres sin hacer ruido.
Me susurras: "hoy me ha tocado a mí, te dejo a solas para que termines "tu" trabajo".
Te pones el pijama, te vas y cierras la puerta.
Es hora de dormir. Hasta mañana.