Decidió ser feliz
Marcos, un hombre de unos 35 años, exitoso en su carrera como programador, que lleva años en una relación con Vera, una mujer dulce y comprensiva, pero con quien la pasión se ha apagado. Marcos siente que su vida se ha vuelto monótona y predecible.Cada mañana, Marcos se despierta a la misma hora, prepara el mismo desayuno, toma el mismo camino al trabajo. Sus días transcurren entre reuniones, correos electrónicos y líneas de código. Por las tardes, regresa a casa, cena con Vera y se sienta en el sofá a ver televisión. Los fines de semana, suelen estar en casa y de vez en cuando salen a cenar o visitar a familiares. Todo es muy cómodo, pero también muy aburrido.
Una noche, después de unos días tensos con Vera, Marcos decide tomar una ducha fría para despejarse. Mientras el agua helada recorre su cuerpo, sus pensamientos divagan. Recuerda su juventud, cuando soñaba con viajar por el mundo, escribir una novela o restaurar motos antiguas. Se da cuenta de que ha dejado de lado sus pasiones para construir una vida estable y convencional.
En ese momento, una imagen vívida surge en su mente: él, de niño, sentado en un árbol, mirando las estrellas y soñando con un futuro lleno de aventuras. Se siente como si hubiera olvidado quién era realmente. La revelación es dolorosa, pero también liberadora. Comprende que ha estado viviendo una mentira y que necesita hacer un cambio radical en su vida.
Al salir de la ducha, se siente diferente. Hay una nueva energía dentro de él, una sensación de propósito. Decide tener una conversación seria con Vera, explicándole cómo se siente y la necesidad de tomar caminos separados. Aunque es una decisión difícil, ambos saben que es lo mejor para los dos.
Con el corazón pesado, pero también con una sensación de alivio, Marcos comienza a reconstruir su vida. Empieza a escribir por las noches, planea un viaje por Asia y localiza una moto de que había pertenecido al ejército Alemán en la II Guerra Mundial. En principio, siente miedo e incertidumbre, pero a cada paso que da, se siente más vivo y auténtico.
La moraleja de todo esto, es que seas tu mismo, que estés donde quieras estar, con a sin alguien al lado en el viaje de la vida, pero sea lo que decidas, que hagas las cosas que te hagan feliz.