Pi
A la mente se me viene 3,14.... Cuando en la oscuridad de la noche y bajo un cielo estrellado (todo tipo de clichés como podéis ver) en el silencio parcial, porque se ameniza en parte por los grillos, escucho un “Pi” .No es ni una alarma, ni un móvil, ni una batería agonizante. Es un Pi que capta mi oído derecho como si tuviera el dichoso Pi en mi hombro. Y sigo observando el cielo, pretenciosa yo de ver una estrella fugaz para pedir un deseo (más tópicos)
Algún satélite se intuye, me conformo con que se caiga alguno y como bólido hecho basura espacial, trace una línea de fuego a la que yo pueda pedir un deseo y con esas me voy a dormir de una vez. Pero las lágrimas de San Lorenzo esta vez se ausentaron, este año habría alegría en la hoguera del santo, porque estuvo disfrutando de joyclub seguramente, y no hubo lágrimas sino diversión. Y sin lágrimas no hay deseos, bueno, deseos hay, pero no se pueden solicitar a las estrellas fugaces para ser cumplidos.
Así que entre hastío y curiosidad, decido comunicarme con el 3,14... Desde luego que las michis que visitan mi casa no saben hacer un Pi, solo saben saborear bien un bacalao al pilpil. Tal vez sea un mirlo, pero no es nocturno. Entonces sigue el Pi y le respondo Pi. Silencio absoluto, esta vez callaron hasta los grillos, en espera de que aquí hay tomate. Y de nuevo vuelve el Pi. Sigo respondiendo con Pi, porque con Po o 3,14 o un buenas noches mañana lloverá, el ser del Pi no responde. Así que sigo con el Pi y voilá (a todo esto los grillos siguen callados y las michis ausentes) con dos narices, si es que tiene nariz porque me da que va a tener pico, dice un PiPi.
Eureka! Esto es real, no como esos vídeos manipulados de relaciones entre diversas especies, es decir, humanos con monetes, perretes y gatetes... Me estaba comunicando con un Pi, y no era precisamente matemático, pero había una sincronía cronométrica en sus Pi hasta que se inicia la comunicación, que yo como humana creo haber establecido y me vanaglorio por ello. Porque ahora ya se notaban los silencios de la comunicación, un toma y daca que muchos humanos no entienden tampoco y solo saben hablar ellos de ellos, por ellos y para ellos, lo que se viene denominando soliloquio. Por otro lado te da tiempo a regar plantas, cortarte las uñas, cargar el móvil y elegir qué ver en el prime. Pues mi Pi tenía educación y nos comunicábamos con sucesivos Pis. Ya iba teniendo yo ganas de otro tipo de pis y a la cama, pero mira, unas ligan en Mercadona y otras ligamos con seres intrépidos de la noche que ni son vampiros ni son miembros de joy con un hola q tal? hola que ases? hola estas? eres una mal educada. Fin de la conversación.
El problema es que aquí también finalizó la conversación y dos no hablan si uno no quiere. Tan solo porque le dije PiPi, que atrevimiento por mi parte, cómo pude ser tan osada y hablar tantísimo. Con un Pi habría bastado. Y el problema es que yo notaba su presencia y él callado y yo desesperada, ya diciéndole cualquier cosa como que fue un error, que no le estaba haciendo burla. Suplicando una respuesta.
Triste, sin estrellas fugaces y sin conocer a mi Don Juan nocturno, marché a casa y recurrí a San Google. Me había estado comunicando con un autillo, un búho enano que nadie ve pero todo el mundo escucha y que existe, no se trata de un gamusino.
En parte estoy desconsolada y necesito volver a saludarnos con un Pi esta noche, pero por otra parte, podría ser un narcisista o tal vez un misógino que no le gusta que le lleven la contraria, y menos una dama que trataba de conquistar con el don de la palabra Pi. Que osadía la mía, cortejar como hembra en el mundo de las aves. Aunque algún pollo humano tampoco lo vea con buenos ojos.
Continuará...