Aquel paseo por Madrid
Todavía recuerdo nuestro primer paseo por Madrid. Tu mirada curiosa al describir el paso del tiempo en la ciudad, su evolución, acercarnos a contemplar los restos de muralla medieval. Tu mirada pícara cuando recorrimos los recovecos por donde se escapaba Felipe IV para encontrarse con sus amantes, precisamente en lo que te convertirías en apena unas horas. Tu mirada lasciva al susurrarte los usos sexuales que se dieron en aquellas calles que ahora nos envolvían.-Calla ya-, me soltaste de modo abrupto mientras llevabas tu dedo índice a mis labios. Y me besaste en un lugar cercano a las casas del Conde de Villamediana, uno de los más famosos y atrevidos galanes que ha visto la ciudad.
-Me acercas a casa? Ahora soy yo quien quiere mostrarte cada cicatriz en mi piel y explicarte su breve historia.
Con tu mano introducida en el bolsillo trasero de mi pantalón, entendí que el destino me había reservado algo maravilloso.