Adagio
¿Quién estableció la doctrina de lo que puede ser y no? ¿Quién podría juzgar cuando se estima de verdad, dejando de lado cualquier atisbo de lo que se considera como la razón? ¿Quién dijo que no se puede amar a dos personas a la vez con la fuerza de un mismo corazón?No puedo ni imaginar el momento de volver a verte. Que es cruel tenerte a mil malditos kilómetros y amarte con este deseo que me rompe la mente mientras te fundes en mi vientre. Tu recuerdo, el de tu mirada clavándose como espinas mientras tus labios se alimentan de lo que por los míos provocas. El sudor perlado que surca tu cabello del esfuerzo de entrar, de escuchar mi gemir casi tan fuerte como el de mi latir. Tus manos navegando por mis clavículas, apretando mis pulsaciones para mirarte en una súplica que te pide que no me dejes, que a mi lado te quedes y que nada te haga dudar de lo que tu niña te quiere.
Sabes que rompería hasta el último reloj que existiera sobre la faz de la tierra para que el destino cinco putos minutos más a tu lado me concediera.
Debería estar prohibido amarte con estas ganas que me impulsan a buscarte hasta debajo de las piedras, que levanta las envidias de quien sabe que tienes a las tormentas en tus manos desbocadas para hacer con ellas lo que quieras.
T'estimo amb bogeria i absoluta devoció. Aviat, senyor meu.
S. Mateo 7:1-14
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