SANGRE EN LA COCINA
"- Pero aquel niño" dijo, "aquel niño sigue debajo del telefono, en la cocina. Por que nadie le ha dicho que ya no va a volver; que ya no volvera a sonar. Que ya no volveria.
Que ha de marcharse y abandonar la vida"
Con lagrimas fragiles como vidrio fino,
que le hieren la cara a su paso, por sus mejillas.
Y mezclan el llanto con la asfixia, y su rojo dolor,
por donde brota la vida.
Antes del fin del dia, se va la luz en su cocina.
Y como tantas otras noches, se vuelve solo;
a oscuras.
De dia.