Segador

Me muevo entre los campos donde crece la simiente de aquello que plantas y riegas con mimo y cuidado. En un terreno libre de maleza, has dejado que mi amor libre crezca. Como la flor más inesperada que una vez llegó a tu jardín desde un lugar lejano, me siento protegida cuando vuelo una vez más tu lado. Y al regresar a mi eterna realidad, le doy gracias a la vida por los momentos que contigo me ha otorgado.

Ser tu amanecer es un regalo impecable, donde las sábanas guardan la prueba latente de lo que sobre ellas ocurre. Cuando horas antes, entregada a tu piel, siento cómo entras hasta el más profundo de mis confines para extraer aquello que por mi vientre transcurre.

Mi precioso mirlo blanco...

A través de tus ojos veo la vida con los colores del sueño que inmortalizo contigo. Sólo quien ha tenido la inmensa fortuna de conocerte puede darse cuenta del increíble ser humano que eres. Como una fantasía, mi eterna fantasía, surcas mis pensamientos a puro golpe de recuerdos en los que en todos ellos me esbozas tu sempiterna sonrisa en los labios. Memorias que nacen de momentos donde sentimos en que nada más es necesario, en las que tu piel se funde con la mía, tus manos sujetan con fuerza mi osadía y tu esencia se apasiona con mi existencia mientras hacemos el amor mezclando tu devoción con mi pleitesía.

T'estimo amb bogeria.

Justo un año desde ese primer fortuito contacto, y desde entonces me bebo las horas cantándote al oído las pasiones que me despiertas, dejándote el cálido rastro de la locura que contigo siento en cada vértice de tu cuerpo, en cada vez que me dejas sin aliento, en cada grito que esgrima tu nombre a los cuatro vientos cuando recibo en tu lecho el placer de mi merecido escarmiento, porque me es imposible no amarte con semejante profundidad, con este infinito sentimiento.

Y sólo cuando el reloj dicta sentencia y me indica que he de marchar, cuando se nos acaban las horas hasta nuestro próximo encuentro y siento el nudo en el cuello que me asfixia en este bendito tormento...

Las perlas que surcan mi rostro por el sendero hacia mis labios reflejan esta felicidad cuando alcanzo a comprender la profundidad de lo que contigo siento. Y es que es tan grande, tan real y tan vivo, que no me va a dar la vida para agradecerle al destino el momento en el que decidió cruzar nuestros caminos.

T'∞!