El Faro
Perdido, dando tumbos arriba y abajo en el temporal en el que se convirtió mi vida en diciembre del 2022. Sacrificando mi vida y perdiendo en el camino todos mis proyectos, mis sueños y esperanzas. La libertad, la escasa libertad que empezaba a tener ahora que por fin había puesto en orden mi vida emocional, se derrumbó como un castillo de naipes con la primera rafaga de aire.Surcaba mi vida sin pena ni gloria, desesperanzado de poder disfrutar de nuevo de unas risas, de la emoción de conocer a gente nueva y trabar nuevas amistades. Mi trabajo y cuidar de mis padres enfermos había absorbido por completo mi vida. Con 0 ayuda de mi hermana pequeña que, cual Poncio Pilatos, se lavó las manos en el día a día de nuestros padres.
Cual barco perdido en un temporal amenazado de zozobrar en cualquier momento hallé Joyce por pura casualidad. Creí sentirme en casa rodeado con gente afín a mi y mi mentalidad. Hubo descubriemientos interesantes no lo niego, pero tambíen descubrí que ni aquí me libraba de cruzarme con gente falsa y manipuladora, que te dejaban tirado en otra provincia sin explicación alguna, gente con la que planeabas hacer unos vinos y conoceros y de un día para otro desaparecián y borraban su perfil. ¿Donde estaba la empatía y el respeto que ilusamente créi que en este sitio encontraría?
Y un día por una simple casualidad nuestros caminos se cruzaron por un like mio a un texto tuyo. Fuiste como la luz de un faro en medio del peor temporal. Conversar contigo me devolvia la alegria, me dibujaba sonrisas, pero tu no eras puerto seguro para mi, nunca lo fuiste ni tan siquiera para un "hola que tal" y un abrazo en persona. Pero la culpa fue mia, por dejarme llevar por la ilusión y la felicidad de encontrar a alguien con quien conversar, con quien tenia afinidad incluso en el amor por la cultura japonesa. Pero ya lo dice el refran "no esta hecha la miel para los cerdos".
Tu eras, y sigues siendo, alguien radiante cual amanecer, contemplarte en persona debe ser un espectaculo asombroso como ver por primera vez una aurora boreal, pero solo son suposiciones, porque eso jamas pasará. Y mi bajel sigue navengando, dando tumbos perdido en el temporal en el que se ha convertido mi vida. Quizás mis dias esten contados, quizas sea mejor rendirse y zozobrar, aún sabiendo que ni en mi vida, y mucho menos en Joyce, habrá ya ni un remanso de paz para mi.