Garabatos en un papel...
(Reflexión en voz alta)Hacía mucho que no cogía la pluma para susurrarle al papel, personalmente el suave raspeo de
la pluma con el papel me recuerda mucho al ruido de un susurro, las coses que me vienen y
van por la cabeza...
Pero hay algo que me impulsa a garabatear a poner en papel lo que da vueltas por mi cabeza, y
no es precisamente mi única neurona funcional perdida en mi basto vacío craneal, es algo más
profundo. Es un sentimiento de asombro, mezclado con gratitud y afecto. Afecto y gratitud
hacia determinadas personas que en los últimos meses han entrado en mi vida, personas que
por su forma de ser se han convertido en okupas de mi corazón. Y asombro por que no
esperaba oír, dirigidas a mí, palabras tan bonitas y amables como las que me han dicho.
Soy alguien más habituado a escuchar palabras crueles y algún que otro exabrupto,
posiblemente algunas de ellas bien merecidas por mis actos mayoritariamente inconscientes.
Pero oír esas palabras tan amables y bonitas, no solo me descolocan, si no que hace que se me
dibuje una sonrisa en mis labios y se me quede cara de bobo. Yo que poco a poco voy logrando
hacer realidad un “cosplay” de Capitán Cavernícola, sigo sonrojándome cuando me dicen cosas
así (gracias melena por taparme la cara en estos momentos) porque no sé cómo reaccionar.
Que aún haya gente que, con su amabilidad, su ternura, unas palabras amables y un trato
sincero consigan hacer reflotar ese lado tuyo que creías perdido hace ya décadas, consumido
por una mala racha de malas decisiones y aún peores relaciones. No esperaba que, a mi edad,
de ese lado amable, inocente e ilusionante que un servidor gastaba en una juventud tan lejana
que hemos de remontarnos al pasado milenio (chúpate esa Jordi Hurtado no eres el único con
más de un milenio a tus espaldas) aún quedaran los suficientes restos como para volver a
florecer y renacer.
Es bonito y agradable, volver a tener esa relativa inocencia que te hace alegrarte por las cosas
buenas que te ocurren que, sumado a la tranquilidad que te dan la edad y la experiencia al
asumir las cosas no tan buenas que te suceden, hacen que tengas una madurez de lo más
equilibrada, o al menos tengas esa sensación, porque a este paso aún puede aparecer alguien
que ponga mi vida patas arriba, en el mejor de los sentidos. Pero la sensatez me hace tener
expectativas 0 respecto a que esto pueda suceder ☺️☺️☺️