No
Reflexión en voz alta¿Por qué les cuesta tanto aceptar una negativa a algunas personas?
Es algo que se me escapa de mi comprensión, quizás porque yo estoy más habituado a
recibirlas y al rechazo en forma general, las acepto sin más. En definitiva, cuando me dicen que
no, no pierdo nada, me quedo absolutamente igual que antes de conocer a dicha persona. No
negaré que las primeras veces, en mí ya lejana adolescencia, me costaba más asimilar ese
rechazo y trataba de entender el porqué del mismo hasta el punto de mortificarme si no
encontraba una respuesta. Con los años, aprendí que no siempre hay un porqué a toda
negativa. Y entendí el rechazo como parte de la vida. No puedes gustar a todo el mundo, de la
misma forma que no todo el mundo te puede gustar a ti. Y una actitud así, aunque no lo
parezca, refuerza la seguridad en uno mismo y su propia autoestima.
Volviendo al meollo del asunto, se me hace raro que adultos funcionales, o al menos
supuestamente, tengan reacciones tan infantiles a un “NO”. Que su reacción recuerde más a
los berrinches o pataletas de niños pequeños, que no a las reacciones más calmadas y
mesuradas de adultos.
A ver, que no es cuestión de orgullo herido, si te lo tomas como tal digamos que tienes un
problema. Simplemente la negativa puede ser porque no seas su tipo, la distancia sea un
problema o tenga ya suficientes vínculos y no desee establecer más por ahora, o simplemente
un problema de disponibilidad de tiempo, que prefieren darte una negativa ante la
imposibilidad de tener el tiempo necesario para empezar un vínculo nuevo.
Oye si te dicen que NO, no se acaba el mundo, acéptalo con elegancia. Deséale a esa persona
lo mejor y haciéndolo de corazón y con una gran sonrisa. Y al menos saldrás de su vida dejando
buen sabor de boca. Y no necesariamente has de cerrar la puerta, déjala entornada y házselo
saber. Al fin y al cabo, nunca sabes las vueltas que da la vida.