Espejismo
Esta es tu vida ahora, te has acomodado, acostumbrado, simplemente estás dejando la vida pasar, sin coger las riendas, sin ser tú quien guía los pasos que das, dejándote llevar por una inercia que ni quieres ni te gusta. Pero ahí estás, paralizada por el miedo, miedo sin sentido que estira de ti cada vez que intentas respirar de otra manera. Y de repente te sorprendes, mirando de soslayo el reflejo en el cristal, preguntándote quién es la persona del espejo.
Te miras, pero no te ves.
Te buscas, pero no te encuentras.
Apartas la cara a un lado, incapaz de sostener la vista ante los ojos sin vida que te buscan al otro lado.
¿Quién soy? Te preguntas mientras dejas tu reflejo a su amparo y te colocas una sonrisa creíble en la cara.
Vives en tu propio espejismo intentando saciar tu sed con el agua que crees ver, pero el oasis se desvanece a cada rato y tu sed aumenta con cada una de las lágrimas de tus apagados ojos.
Un inesperado día tus ojos se encuentran frente al espejo y ves un sutil centelleo, te vuelve a parecer un espejismo, pero ese leve fulgor te ayuda a enfrentarte a tus miedos.
Y lo haces.
Les plantas cara, te enfrentas a ellos sabiendo que el oasis está al otro lado de esos temores.
Y ahí es donde te encuentras, en la luz de tu mirada.
¿ Fácil? No, fácil no va a ser, nunca es sencillo liberarse de los espejismos ni de los miedos.
Pero tu no dejes de mirarte al espejo y mientras veas tus ojos brillar, ahí estará siempre tu oasis.