LA HOJA MUERTA
Ando cruzando El Cardener por aquel viejo puente a escasos metros de la Basílica Santa Maria de la Seu de Manresa. La mente evadida, los pensamientos sobrevolando los confines de mi subconsciente, está vez no hay música que retumba en mis oídos, solo el silencio de aquel lugar, a esas horas todo parece desierto, las familias celebrando el día de Reyes Magos en sus casas, imagino a los niños jugando y cantando, felices y sonrientes con sus nuevos regalos, los padres ya maquinando estrategias pensando en que les tocará tirar o donar de los anteriores años con tal de no acumular montañas de juguetes que ya no sirven y solo acumulan polvo.También los padres y madres cantan, beben incluso bailan porque no, así quiero imaginar a aquellas familias, felices y disfrutando.
A medio camino en ese puente, después de pasar el riachuelo, observo la carretera que pasa justo debajo, con sus hojas muertas amontonadas en los laterales de la misma, otras decayendo lentamente...le hago una fotografía mientras me recreo en las espléndidas vistas y en la soledad de aquel preciso momento que me transmite aquel lugar, me percató con detalles que a primera vista no tienen mayor importancia pero le doy un vuelco de 360° hasta encontrarle un sentido...
Tantas cosas de primeras, insignificantes, que mirándolas con perspectiva, es como si de repente se abriera un nuevo mundo ante mi ojos...
Y ahí están aquellas hojas muertas, abandonan su nido, de aquellos árboles que le dieron la vida, se alejan y bailan en aquellas corrientes de aire frio que las empujan, se sustentan en el aire como pueden, hasta caer rendidas.
Se amontonan en aquellas aceras y forman juntas, un manto de colores, entre anaranjado, amarillo y marrón...hoy, hace mucho sol, el haz de luz cálido que deja a su paso el sol calienta esa manto como para dormirse plácidamente sobre el.
No se porque, pero una hoja muerta llama mi atención, se poso justo delante mío, sobre la barandilla de aquel puente viejo, parece saludarme, antes de volver a emprender su vuelo hacia la nada...la observo, es bella, particularmente bella entre todas.
La sujeto por el pecíolo y miró fijamente al sol a través de su limbo, aún se conservan perfectamente las nervaduras de la hoja a pesar de tener su contorno arrugados, cansado, al punto de romperse, esa hoja es tan bella como única, aún vive mientras consiga hacerme sonreír y deleitarme con su belleza, no está muerta, aún vive lo sé...
Se suele llamar "hoja muerta" pero de verás lo esta? Caerse la hace parte de la nada pero aún así, seguirá siendo parte de algo, de la vida misma, no? Será parte de un ciclo que seguirá su curso....
Abandona su lugar del árbol si, para que otra hoja salga más adelante, esa nueva hoja tendrá un color renovado, verdoso en primavera, su brillo será espectacular no me cabe ni la menor duda...
Cuando volveré a pasar por aquel puente, recordaré a aquella hoja muerta que se poso y recogí, la recordaré porque las cosas de la vida, muchas empiezan, siguen y terminan para cerrar un circulo pero ese mismo no se cierra nunca, es más, se agranda a límites desconocidos, simplemente es un ciclo que sigue su curso como la vida misma.