De dentro como estás, llámame loco
DE DENTRO COMO ESTÁS, LLÁMAME LOCO.(Si alguien supiera las palabras justas...)
No puede haber días grises
en un mundo sin colores:
por mucho que alguien se empeñe
en disipar las certezas,
que no entre en tu cabeza.
No le dejes ni un resquicio:
no caigas en ese vicio.
Todo el tiempo que precises
para que todo lo explores
sin que nadie te lo enseñe,
aunque te encuentres rarezas,
trae al final sus riquezas.
Que el vivir y su bullicio
no te nublen el juicio.
No es fácil mirar de frente
cuando se vive torcido
porque el mundo te retuerce.
¿Enderezarse, quimera
porque el mundo no lo espera?
La única expectativa:
nunca te aceptes cautiva.
Vivirse es sorprendente
si innovas el recorrido
sin que nadie a ello te fuerce.
Más de uno, si pudiera,
cambiaría la carrera
por alguna alternativa
algo menos agresiva.
Pero no hay cambio posible
tan metidos en harina
como ahora mismo ya estamos.
Hay que mirar adelante,
al susto darle desplante
y lidiar esta faena,
que vale mucho la pena.
La fuerza, quizá invisible,
es fuerza y es femenina:
con esa fuerza luchamos.
Nunca nada interesante
sucedió sin un instante
quizá de locura plena:
de locura de la buena.
Por eso palabras locas
y sin apenas sentido,
las ha aquí reunido
el afecto que provocas.
Al oírlas de mi boca
no tengo miedo al fracaso:
sí temor, por si es el caso
de que al leer te incomodes:
pero no todas las flores
gustan en todos los jarros.
Si alguien supiera las palabras justas
y en el momento exacto del decirlas
allí estuviera yo para escribirlas
con estrofas y métricas robustas,
y al dártelas, viendo que no te asustas,
que las lees despacio al recibirlas,
que vences el pronto de destruirlas
aunque no sea miel lo que degustas,
daría por superado, con nota,
el trance absurdo en que me coloco
cuando mi sitio en el mundo equivoco.
Porque no siendo yo más que un idiota,
me duele tu dolor, llámame loco,
de dentro como estás, aunque remota.