TIERRA BALDÍA
Las palabras se hicieron agua humedecido el papel donde estaban. Ya no había consistencia. Hablar por hablar. Escribir palabras vanas. El continente y el contenido eran lo mismo, acuoso, inconcluso.
Todo emborronado, todo embarrado. Lo que se usa para comunicar se ensucia, se pierde en el sustrato de una tierra baldía.
Una tierra que no florece, esta gastada. Como el lenguaje que se hace para no decir nada, simplemente para enredar almas.
Aquello que es para crear se convierte en veneno y el agua ya no es agua sino ácido, no hay semilla, no hay simiente y si la hubiera lo que se filtra lo corroe.