Días de esos
Hoy es un día de esos,Yo los llamo mis lunes al sol.
Esos días en los que tus propios pensamientos te destruyen en pedazos.
Días sin sueños ni anhelos, donde la oscuridad te perturba.
Días en los que sientes que todas las decisiones que has tomado en tu vida han sido incorrectas, que todos los caminos recorridos han sido erróneos.
Días donde todo es mal.
Días que más que pasar hay que atravesar, como un río desbordado donde corre el agua a raudales y no te queda otra que, con tu balsita, hacer un gran esfuerzo y conseguir llegar a la otra orilla sin que la corriente te arrastre. Porque la corriente es jodida, si te dejas llevar por ella arrasa con todo.
En definitiva un lunes al sol en toda regla.
En esos días, que por suerte vienen muy de vez en cuando, intento dejarme llevar lo menos posible por los pensamientos intrusivos haciendo cosas sencillas pero que me gusten y me entretengan, me refugio mucho en mi música de asilo ( que es un término muy mío) y aunque no me apetezca ver a nadie intento hablar o quedar con personas bonitas, esas que saben cuidarte y quererte, que con un par de frases ya te hacen sentir mejor. Las parrafadas muchas veces se las lleva el viento y hay momentos que con un solo “si me necesitas aquí estoy” es suficiente.
Y así el día pasa.
Y llega la noche, y si te has hablado un poquito como hablarías a alguien a quien quieres, sin flagelarte por tu vida, tus decisiones o lo que sea que te pase por la cabecita indómita, te vas a dormir tranquilo, sabiendo que hoy tu mente te quería sabotear, que no hay malas decisiones tan solo otras diferentes, que el camino que has tomado está bien porque es el tuyo y que si hay algo que no te gusta en él en tu mano está cambiarlo si eso es lo que necesitas.
Sobrepensar y recrearse en el fango no es buena solución nunca. Comprensión hacia uno mismo, quererse y valorarse por los triunfos y también por los fracasos, que al final son los que más nos hacen crecer.