Maldita seas
Ayer llegaste otra vez, vieja conocida. Nunca avisas, bien sabes que no eres bienvenida. Sin importar cuando, porque tú marcas el tiempo y los ritmos. Intrusa que carcomes vidas trayendo sombra.
Estaba a punto de emprender el camino pero tenías otro plan. Decidiste que era el momento perfecto, el de tu gloria y mi ocaso. Asaltaste mi día y mi noche para convertir mi infierno en tu gozo.
De improviso, como siempre.